Eyaculación precoz
La eyaculación precoz es el problema sexual más frecuente en los hombres, sin embargo, son muy pocos los que lo confiesan al médico. Craso error, ya que, con la ayuda de un profesional y los siguientes consejos tiene solución.

Qué es la eyaculación precoz

Por: María Dolores Tuñón

Médico Residente de Medicina Familiar y Comunitaria

Por: Dr. José Antonio Nuevo González

Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid

Actualizado: 5 de septiembre de 2022

Qué es la eyaculación precoz

La eyaculación precoz consiste en una expulsión súbita de semen, de forma incontrolada, y antes del momento deseado por el varón, que no es capaz de controlar el reflejo eyaculatorio. En ocasiones se produce incluso antes de iniciar la penetración. Se acepta como eyaculación precoz aquella que se produce antes de 1 minuto, y “probable” aquella que oscila entre 1-1,5 minutos.

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Es la disfunción sexual más frecuente en el varón, ya que afecta de manera habitual a casi el 30% de los hombres, y al menos el 70% ha tenido algún episodio de eyaculación precoz a lo largo de su vida. Puede aparecer a cualquier edad. Suele ser consultada con menor frecuencia que la disfunción eréctil, aunque es más prevalente que ésta. 

Eyaculación precoz, soluciones a tu alcance

No se trata de un problema de gravedad para la salud del hombre, y no suele estar causada por una complicación física. Sin embargo, debe tratarse para evitar problemas psicológicos que puedan alterar la estabilidad emocional del paciente o su relación de pareja. Puede incluso ser una causa de infertilidad en las parejas si no consigue nunca llegar a eyacular dentro de la vagina.

Clasificación de la eyaculación precoz

La eyaculación precoz puede ser primaria o secundaria. En el primer caso, la disfunción se mantiene desde la adolescencia y el varón nunca ha tenido una relación con una pareja en la que haya sido capaz de controlar el reflejo eyaculatorio. La eyaculación precoz primaria está asociada a la masturbación practicada de forma inadecuada, debido a la prisa que se da el adolescente por alcanzar el clímax, en muchos casos por falta de privacidad o por tener sentimientos de culpa.

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La eyaculación precoz secundaria afecta a los hombres que tuvieron control durante un tiempo pero, posteriormente, lo perdieron por algún motivo, normalmente relacionado con problemas emocionales, estrés, inactividad sexual prolongada, o una nueva pareja que les ocasione ansiedad o un alto grado de excitación sexual.

Eyaculación precoz

Existen, además, varios grados según la gravedad del caso:

  • Grado 1: es el grado menos grave y más fácil de corregir. Está asociado con la ansiedad y un estilo de vida muy estresado. Se trata de hombres que anteriormente tenían buen control sobre su eyaculación.
  • Grado 2: se desarrolla cuando no se supera el grado 1, y la eyaculación precoz se cronifica. Puede tratarse con la ayuda de un profesional mediante terapia sexual.
  • Grado 3: se produce cuando el grado 2 se prolonga demasiado en el tiempo. La eyaculación se produce antes de la penetración o al comienzo de la misma, y los varones que padecen este grado suelen verse muy afectados a nivel psicológico.
  • Grado 4: en este último grado, la eyaculación precoz se convierte en un trastorno crónico que incide sobre todos los aspectos de la vida del paciente. Es necesario ya el tratamiento farmacológico.

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Alguna clasificación más reciente distingue los siguientes tipos:

  • Eyaculación precoz permanente: aquella que sucede en menos de 1 minuto de penetración, y que suele ser genética.
  • Eyaculación precoz adquirida: generalmente de causa somática o psicólogica.
  • Eyaculación precoz natural variable: no es constante, sino que ocurre en algunas situaciones concretas, y se considera una variante de la normalidad.
  • Disfunción eyaculatoria prematura: son eyaculadores normales en cuanto a tiempo, pero se quejan subjetivamente de eyacular antes de lo deseado.

Sea cual sea el grado que presente el paciente es imprescindible que lo consulte, sin pudor, a su médico, que será quien indique el tratamiento correcto.

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