Diagnóstico de la faringitis
Por: María Dolores Tuñón
Médico Residente de Medicina Familiar y Comunitaria
Por: Dr. José Antonio Nuevo González
Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid
Actualizado: 22 de septiembre de 2022
En la mayoría de los casos de faringitis infantil no es preciso ninguna prueba para la sospecha diagnóstica y para iniciar un tratamiento. Se debe hacer una valoración minuciosa de los síntomas y una exploración de la cavidad oral y de la faringe, observando la presencia de pus en las amígdalas como dato muy sugerente de una causa bacteriana. Por tanto, la clínica y la exploración física del paciente son suficientes para establecer ya un diagnóstico de faringitis.
En la práctica habitual se consideran los criterios de Centor para estratificar la probabilidad de que el origen de la faringitis sea estreptocócico:
Cuando no existen estos datos dicha probabilidad ronda el 2%, mientras que cuando se presentan los cuatro se estima cercana al 50%.
Se pueden cultivar las secreciones faríngeas para obtener un diagnóstico definitivo de faringitis (aunque a veces resulta innecesario, o incluso imposible, por no poderse obtener suficiente muestra). El resultado de esta prueba tarda 24 horas en conocerse. Es frecuente que en niños se obtenga una muestra rápida de la faringe para detección de antígenos de estreptococo betahemolítico de grupo A, que implicaría un uso inexcusable de antibióticos. No es necesario practicar cultivos a familiares del paciente si están asintomáticos.
Del mismo modo, cuando la sospecha pueda ser una faringitis por un germen no frecuente, como pueda ser la Neisseria gonorrhoeae, es preciso realizar cultivo de una muestra ya que el antibiótico requerido puede ser diferente a los habituales, y sobre todo, de cara a establecer información con carácter preventivo y evitar complicaciones.
En algunos casos muy similares a aquellos producidos por bacterias, la causa puede ser una mononucleosis. Aquí deberá determinarse mediante la detección rápida de antígenos (prueba de Paul-Bunnell o monotest), la presencia del virus de Epstein Barr, pues precisa tan solo de antiinflamatorios ya que los antibióticos incluso pueden ser perjudiciales.
En pacientes con faringitis crónica, deberá realizarse una evaluación completa de las vías aéreas y digestivas para descartar la existencia de un posible carcinoma. Esto puede llevarse a cabo con una broncoscopia y gastroscopia. En algunos casos de faringitis crónica en los que se sospeche malignidad, puede obtenerse tejido faríngeo para su análisis, o de alguno de los ganglios inflamados en el cuello.
Creado: 28 de julio de 2010