La fascia plantar es una banda de tejido elástica situada en la planta del pie, que amortigua el impacto que se produce al caminar. El deporte, el exceso de peso, o un calzado inadecuado, pueden dañarla.
Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid
Actualizado: 22 de septiembre de 2022
El tratamiento para la fascitis plantar es simple y por lo general bastante efectivo, aunque suele tardar varios meses en resolverse, por lo que se debe mantener el tratamiento hasta la remisión del dolor (al menos durante tres meses). Las dos medidas principales son la administración de antiinflamatorios y la recomendación de ejercicios de estiramiento para el talón. En ocasiones los antiinflamatorios pueden administrarse localmente mediante infiltraciones.
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Algunos de los siguientes ejercicios pueden ayudar a reducir el dolor en la zona pero, antes de realizarlos, debe consultar con su médico si son los adecuados para su problema y cuándo debe realizarlos, o incluso con un fisioterapeuta, que puede ayudarle a realizarlos correctamente o aplicar otro tipo de técnicas manuales para el alivio de la sintomatología de este problema:
Estiramiento en tabla inclinada: se apoya uno de los pies en una tabla inclinada (o, en su defecto, en una escalera), con ambos pies situados en el mismo escalón y, con la rodilla contraria al pie que está realizando el ejercicio ligeramente flexionada, se presiona con el talón hacia abajo. Se mantiene durante aproximadamente un minuto, y se repite el ejercicio unas cinco veces.
Peso sobre una sola pierna: asegurándose un punto de apoyo estable, se adopta la típica posición de “pata coja” sobre el pie lesionado. A continuación se levanta progresivamente la parte trasera del pie hasta dejar todo el peso del cuerpo sostenido en los dedos. La bajada se realizará lentamente, asegurándonos de no sobrecargar el empeine. Este ejercicio puede repetirse unas diez veces.
Estiramiento de la pantorrilla: frente a una pared, apoyamos las manos y mantenemos una pierna delante y otra detrás. La pierna delantera debe quedar ligeramente flexionada, mientras que la trasera debe estar estirada y con la mayor parte de la planta del pie en contacto con el suelo. En esta posición se echa el cuerpo hacia delante hasta notar tirantez en la pantorrilla; en ese punto se mantiene la posición unos diez segundos, se relaja, y se repite la misma operación diez veces.
Estiramiento con toalla: sentado en el suelo con las piernas estiradas, el tronco erguido y los pies rectos (con los dedos hacia el techo), pasamos una toalla doblada (a modo de cinta) por detrás, a una altura justo por debajo de los dedos. En esta posición y tomando los extremos de la toalla con las manos, debe tirar de ella hacia usted. Se mantiene la posición entre 10 y 30 segundos, se relaja, y se repite el proceso diez veces.
Ejercicio con frío: tomar por ejemplo un refresco en lata de la nevera o del congelador y hacerlo rodar hacia adelante y hacia atrás con el pie desnudo. Además de estirar el pie, aplicar frío a la zona lesionada ayuda a disminuir el dolor. Este es un buen ejercicio para realizar después de caminar.
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Además de esto, existen otras medidas que también pueden realizarse en casa:
Poner hielo en la zona afectada, al menos dos veces al día, durante 10 o 15 minutos.
Reposar lo máximo posible para evitar esfuerzos extras al pie.
Emplear calzado adecuado, con una buena sujeción y amortiguación. Un zapato con el talón ligeramente elevado reduce la tensión sobre la fascia.
Si estos métodos no funcionan, y el dolor persiste, se recurrirá a otros tratamientos para la fascitis plantar:
Almohadillas y vendajes: las primeras se emplean con el objetivo de amortiguar el impacto al caminar. Los vendajes sujetan el pie, asegurando que se pisa correctamente y que no se realiza ningún movimiento repetitivo que agrave la lesión (para proteger la zona lesionada, al caminar se tiende a pisar de distinta forma, apoyando el peso en otras zonas que finalmente también resultan perjudicadas).
Dispositivos ortopédicos: estos se colocan en el interior del calzado para corregir anomalías estructurales (como los pies planos). Se utilizan arcos plantares, plantillas de silicona, taloneras, etcétera.
Férula nocturna: se emplea para estirar la fascia durante un número de horas significativo, permitiéndola sanar, pero no condiciona la actividad diaria del paciente.
Ultrasonidos-iontoforesis: la aplicación de ultrasonidos, combinada con pequeñas corrientes eléctricas mediante electrodos impregnados de ácido acético o dexametasona, pueden mejorar el dolor de esta patología.
Kinesiotaping: realizado por un fisioterapeuta experto, aplicando bandas de distinta tensión.
Acupuntura: ha demostrado en algunos casos mejoría de la dolencia, pero requiere experiencia para su recomendación.
Cirugía: en los casos más graves (menos del 1%), puede ser necesario recurrir a la cirugía. Este procedimiento se requiere en muy pocas ocasiones, y consiste simplemente en desprender la fascia del talón.
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Lo que parece probado es que una vez iniciado el tratamiento de la fascitis plantar, generalmente asociando varias técnicas de las descritas junto con fármacos antiinflamatorios, se observa mejoría tanto del dolor como de la funcionalidad en las primeras 6 semanas, aunque debe completarse un período de al menos 12 semanas.