Cerca de 250.000 españoles desconocen que padecen glaucoma
14/03/2011
El pasado 12 de marzo se celebró el Día Mundial del Glaucoma. Un día que sirvió para recordarnos que cerca de medio millón de españoles padece glaucoma, aunque la mitad de ellos no lo sabe. Y es que, el glaucoma es una afección que no presenta síntomas, por lo que muchas veces se detecta demasiado tarde. Seguramente éste sea el mayor problema relacionado con esta enfermedad en la que el diagnóstico precoz y el tratamiento inmediato son fundamentales para su control.
El glaucoma es una enfermedad neurodegenerativa caracterizada por el daño en el nervio óptico secundario provocado, en un porcentaje elevado, por el aumento de la presión intraocular. El deterioro progresivo de las fibras del nervio suele conducir a la pérdida del campo visual y, en los casos más graves a la ceguera. De hecho, está considerado como la segunda causa de ceguera evitable, después de la diabetes, y afecta a más de 60 millones de personas en el mundo. Sólo en España se calcula que afecta en torno al 2% de las personas mayores de 40 años, incrementándose el riesgo de desarrollarlo a mayor edad.
Revisa tu vista para evitar el glaucoma
“En la gran mayoría de los casos, el glaucoma es asintomático hasta fases avanzadas. Por esta razón, es fundamental que las personas con perfiles de riesgo, como los pacientes con antecedentes familiares, diabéticos, personas con miopía elevada y los mayores de 50 años se sometan a revisiones oftalmológicas periódicas”, señala la Dra. Gema Rebolleda, Directora de la Unidad de Glaucoma de Clínica Baviera. Un procedimiento de screening para la detección del glaucoma es la tonometría de no contacto, una prueba sencilla e indolora cuya duración no supera los dos minutos, con la que se mide la presión intraocular.
“Teniendo en cuenta que el daño que se produce en el glaucoma es irreversible, cuanto antes se realice el diagnóstico e instaure el tratamiento oportuno mejores son los resultados. Aunque no existe cura, sí podemos frenar su progresión, deteniendo el deterioro progresivo del nervio óptico y la pérdida de campo visual mediante la reducción y el control de la presión intraocular”, explica la Dra. Rebolleda.
Fuente: Clínica Baviera
Actualizado: 12 de noviembre de 2018