Gota
Un exceso de ácido úrico en el organismo puede acumularse en distintas partes del cuerpo como las articulaciones, los riñones o los tejidos blandos, produciendo gota. Descubre sus fases, y fármacos, hábitos y dieta para controlar sus síntomas.

Qué es la gota

Por: Natalia Dudzinska Camarero

Bióloga, especialista en Microbiología Ambiental y Epidemiología

Por: Dr. José Antonio Nuevo González

Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid

Actualizado: 5 de septiembre de 2022

¿Qué es la gota?

La gota es un síndrome caracterizado por episodios repetidos de dolor articular e inflamación. Surge como consecuencia del depósito de cristales de ácido úrico o urato en las articulaciones, preferentemente en las más bajas del cuerpo. Inevitablemente este depósito de cristales de ácido úrico es consecuencia de la hiperuricemia o niveles altos de éste en sangre. 

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El ácido úrico es un producto de deshecho procedente de la descomposición de unas sustancias llamadas purinas, que se encuentra normalmente en pequeñas cantidades en la orina. Si se presenta un exceso de ácido úrico en el organismo, este puede acumularse en distintas partes del cuerpo como las articulaciones, los riñones, o los tejidos blandos. Si se acumula en las articulaciones, concretamente en el líquido sinovial, se produce la formación de cristales de ácido úrico, que son los responsables de la inflamación y la hinchazón. Es importante aclarar que un individuo con hiperuricemia (niveles elevados de ácido úrico en sangre) no tiene por qué desarrollar necesariamente la enfermedad de la gota.

Los puntos que se ven afectados con mayor frecuencia por este tipo de artritis son las zonas inferiores del cuerpo, tobillos, pies (sobre todo los dedos gordos) y rodillas, pero también ataca a manos y muñecas.

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La gota es una enfermedad más frecuente en varones, con una incidencia baja, de 0,3%, aunque con una prevalencia en torno al 2%. De manera aislada, la hiperuricemia tiene una prevalencia del 6-7%. Esto explica que los niveles elevados de urato no siempre desembocan en gota. Esta incidencia tiene relación directa con los niveles de ácido úrico, de tal manera que llega al 5% para niveles de ácido úrico en sangre superiores a 9 mg/dl. Asimismo, esta incidencia aumenta paralelamente con la edad, siendo más frecuente a partir de la quinta década de la vida.

Si la hiperuricemia se corrigiese, los depósitos van lentamente disolviéndose hasta desaparecer, por tanto, se considera una enfermedad reversible. Si esto no sucede, persiste la sobrecarga en sangre de acido úrico, con el tiempo se cronifica y se forman nódulos alrededor de la articulación que se conocen como tofos.

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Solo en España, se calcula que los afectados por gota rondan los 880.000, lo que supone en torno a un 2,5% de la población adulta, según estimaciones de la Sociedad Española de Reumatología. Este problema, además, incrementa en un 30% las posibilidades de morir por cualquier causa, y un 40% de hacerlo por enfermedad cardiovascular.

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