Hemorroides
Te explicamos cuáles son los factores de riesgo que predisponen a la aparición de hemorroides, las mejores formas de aliviar las molestias que ocasionan, y resolvemos las dudas más frecuentes sobre esta incómoda afección.

Qué son las hemorroides

Por: Dr. José Antonio Nuevo González

Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid

Actualizado: 4 de abril de 2024

Las hemorroides, también conocidas como almorranas, son pequeñas varices que se sitúan en el canal anal, se producen cuando las venas situadas en la zona baja del recto o en el ano se dilatan excesivamente, sobre todo al defecar, convirtiéndose así en varicosidades. Según el Dr. José Luis Elósegui, cirujano general y digestivo de Policlínica Gipuzkoa, estas "son unos acúmulos de vasos, de arterias y venas, que almohadillan el canal anal". En principio cualquier persona puede presentar hemorroides y no padecer ningún síntoma, por lo que no debe considerarse una enfermedad ni tampoco buscar un tratamiento. El problema surge cuando estas varices anales producen molestias que llevan a consultar al médico buscando alguna solución. Es entonces cuando hablamos de síndrome hemorroidal y es entonces cuando la situación es patológica.

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El síndrome hemorroidal se refiere al conjunto de síntomas que acompañan a las hemorroides, incluyendo dolor, sangrado durante o después de la defecación, picazón y, en algunos casos, prolapso (cuando una hemorroide se extiende fuera del ano). Este síndrome puede afectar significativamente la calidad de vida de una persona, aunque las hemorroides en sí, repetimos, no son peligrosas.

Las hemorroides aparecen sobre todo a partir de la tercera década de la vida, siendo bastante infrecuente por debajo de esa edad, así como en la vejez.

Tipos de hemorroides

Se distinguen tres tipos de hemorroides atendiendo a su situación respecto al conducto anal:

  • Hemorroides internas: si las venas afectadas se localizan en la zona baja del recto, por encima del ano, y están cubiertas por mucosa. No son visibles desde el exterior del ano y, generalmente, son menos dolorosas porque en esa zona hay menos nervios sensitivos. Sin embargo, pueden sangrar y, en casos más graves, pueden prolapsarse fuera del ano. En este caso se distinguen a su vez cuatro subgrupos atendiendo a su severida o al grado de prolapso, yendo desde el grado I (menos grave) hasta el grado IV (más grave):

    o    Grado I: se prolapsan hacia el ano, pero no descienden durante la defecación.
    o    Grado II: se prolapsan hacia el ano durante la defecación, pero vuelven a su lugar tras ésta.
    o    Grado III: se prolapsan, no regresan salvo que se las reintroduzca manualmente.
    o    Grado IV: se prolapsan, no regresan ni con reducción manual, o vuelven a prolapsarse inmediatamente tras la reintroducción.
  • Hemorroides externas: cuando están situadas debajo de la unión del ano con el recto. En esta situación están recubiertas de epitelio anal. Son visibles y pueden sentirse al tocar. Estas hemorroides son las que suelen causar más dolor y molestias porque la zona tiene más nervios sensitivos. Pueden inflamarse y formar un coágulo (trombosis), lo cual puede ser extremadamente doloroso.
  • Hemorroides mixtas: si afectan a los dos tipos de venas. Esto significa que una persona con hemorroides mixtas tiene venas hinchadas tanto dentro del recto (hemorroides internas) como debajo de la piel alrededor del ano (hemorroides externas). La presencia de hemorroides mixtas indica una afectación más extensa del área anal y rectal, por lo que es importante consultar a un médico para un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento personalizado.

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