Herpes
Tras una primera infección, el virus herpes permanece de forma inactiva en el cuerpo humano y se reactiva en ciertas situaciones, como otras infecciones, menstruación, estrés, cambios de temperatura…

Diagnóstico del herpes

Por: María Dolores Tuñón

Médico Residente de Medicina Familiar y Comunitaria

Por: Dr. José Antonio Nuevo González

Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid

Actualizado: 29 de julio de 2022

En muchos casos, la clínica que origina esta infección ya es suficiente para establecer la sospecha. El diagnóstico definitivo del herpes se establece cuando se aísla y se demuestra la presencia del virus en el organismo, ya sea en las vesículas, en la sangre, o en cualquier secreción del cuerpo; para lo cual será necesario obtener muestras.

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En el caso de que esté afectado el sistema nervioso, se debe realizar una punción lumbar para analizar el líquido cerebral y comprobar la presencia del virus del herpes simple en el mismo. Debido a que se tarda varios días en conocer el resultado de esta prueba, el tratamiento debe iniciarse cuanto antes, para prevenir lesiones más graves.

Además, se llevan a cabo otras técnicas de imagen como la resonancia magnética o la tomografía computarizada. Estas pruebas son muy importantes porque se verán directamente las lesiones causadas por el virus, especialmente la inflamación. En los casos graves, en los que se sospeche una posible encefalitis, también puede ser aconsejable tomar una muestra cerebral para analizar en el laboratorio.

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En el neonato hay que diferenciar esta infección de otras muchas que pueden afectarle (rubéola, toxoplasmosis…). Por ello también se debe confirmar la presencia del virus del herpes en el organismo mediante el examen de las lesiones y la toma de muestras.

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