María Jesús Ordóñez y Roberto Álvarez-Higuera

Autores del libro "No estáis solos", sobre el TDAH
Padres, y pediatra ella, han publicado un libro donde cuentan, en primera persona, su experiencia con su hijo, al que tardaron 7 años en diagnosticar TDAH.
María Jesús Ordóñez y Roberto Álvarez-Higuera, autores del libro "No estáis solo

María Jesús Ordóñez, pediatra, y Roberto Álvarez-Higuera, empresario, autores del libro 'No estáis solos'.

“El TDAH es un trastorno de origen biológico, que ha de ser valorado y tratado por especialistas”

2 de febrero de 2011

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), suele diagnosticarse tarde, entre otras cosas porque en niños muy pequeños es difícil distinguirlo de una actitud propia del carácter o la edad del niño, y porque es necesario que los síntomas que presenta el menor se repitan en al menos dos ámbitos distintos, por lo que hasta que no surgen los primeros problemas en la escuela, no se empieza a sospechar que pueda existir un problema. Sin embargo, como afirman Roberto Álvarez-Higuera, empresario, y María Jesús Ordóñez, pediatra, autores del libro No estáis solos, “el diagnóstico y tratamiento precoz es fundamental en estos niños, ya que el tiempo corre en su contra”. Por eso, han publicado un libro donde cuentan, en primera persona, su experiencia con su hijo, al que tardaron 7 años en diagnosticar un TDAH.

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Roberto y María Jesús hablan de sus estrategias para intentar ayudar a su hijo, sin saber cuál era el problema que tenía, y de su alivio cuando por fin tuvieron la certeza de saber a qué se enfrentaban. Saben que, como ellos, otros muchos padres se encuentran perdidos y solos, y creen que conocer una experiencia real, contada por sus protagonistas, puede servirles para responder a muchos de los interrogantes que se plantean, y adoptar la actitud adecuada para ayudar a sus hijos. Apelan también a la solidaridad y la comprensión de todos para que estos niños, que en la mayoría de los casos seguirán padeciendo el trastorno en la edad adulta si no son tratados, puedan integrarse en un sistema educativo y una sociedad, que deben aprender a adaptarse a los que son diferentes.

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El TDAH tiene su origen en una alteración de ciertas áreas del cerebro encargadas de regular la atención, la hiperactividad y la impulsividad. ¿Se puede considerar entonces el TDAH, en cualquiera de sus formas, como una disfunción cerebral?

Sí, se trata del trastorno más frecuente del neurodesarrollo en edad pediátrica, con una prevalencia en torno al 5% (1-2 niños por aula).

Dado que el diagnóstico es fundamentalmente clínico, ¿puede una persona padecer el trastorno sin que exista un condicionante biológico?

El que sea un diagnóstico clínico no tiene nada que ver con la existencia de alteración biológica-neurológica, que es el origen del problema.

Son niños a los que les cuesta mantener la atención, sobre todo en actividades monótonas; empiezan muchas cosas pero no terminan nada, les cuesta seguir instrucciones largas, olvidan cosas constantemente…

En los casos de hiperactividad puede ser más fácil detectar el problema precozmente, pero, si sólo presenta déficit de atención, ¿qué signos pueden hacer sospechar a los padres que su hijo tiene este trastorno y diferenciarlo de una conducta inadecuada u otra afección?

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Son niños a los que les cuesta mantener la atención, sobre todo en actividades monótonas; empiezan muchas cosas pero no terminan nada, les cuesta seguir instrucciones largas, olvidan cosas constantemente... causando un deterioro en sus relaciones escolares-familiares. El diagnóstico y el diagnóstico diferencial han de ser realizados por un especialista.

Como en cualquier otra patología, un diagnóstico y tratamiento tempranos son imprescindibles para evitar secuelas. Sin embargo, un diagnóstico incorrecto también implica graves consecuencias, ya que, en este caso, se trataría de medicar a una persona para corregir un defecto que no tiene. ¿Cómo se puede estar seguro, antes de iniciar el tratamiento con fármacos, de que realmente el niño padece TDAH? En caso de comenzar con la medicación, ¿cuánto tiempo se tarda en obtener resultados visibles que confirmen que el diagnóstico es acertado?

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Como en cualquier patología, un diagnóstico erróneo o la ausencia de él puede generar graves consecuencias para el paciente. Por eso lo tiene que realizar un especialista, y él será el que haga el seguimiento del tratamiento.

¿Creen que sería conveniente que se evaluara a todos los niños que presentaran problemas de conducta (hiperactividad, impulsividad) o inatención a partir de cierta edad (tres o cuatro años, por ejemplo) para detectar a tiempo el TDAH?

El diagnóstico y tratamiento precoz en niños con TDAH es fundamental . El tiempo corre en su contra. En niños menores de seis años es mas difícil hacer esta detección, porque los síntomas pueden entrar dentro de la normalidad en estas edades, pero sí que se puede realizar una valoración en determinados casos.

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Una vez diagnosticado y tratado el TDAH, ¿qué medidas se pueden adoptar en los colegios para ayudar a estos niños a recuperar el tiempo perdido?

Medidas sencillas como: colocarles en primera fila, vigilar que anotan bien las fechas, los deberes, más tiempo en exámenes, repartir las tareas en partes mas pequeñas, clases de apoyo…

Hasta un 60-80% de los casos de TDAH mantienen síntomas en la edad adulta

¿Creen que es necesario asociar algún otro tipo de tratamiento a la medicación para ayudar a un niño con TDAH?

Por supuesto, el tratamiento siempre ha de ser multidisciplinar: médico y apoyo psicosocial (en el colegio y en la familia).

Hay muchas personas que no fueron diagnosticadas en la infancia y, aunque hayan conseguido llevar una vida más o menos normal, el TDAH no es algo que se cure con el tiempo. ¿Puede la medicación ayudar a una persona si se le diagnostica TDAH cuando ya es adulta?

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Cada paciente es diferente, tiene que ser el especialista quien lo determine. Pero claro que puede ayudar. Hasta un 60-80% de los casos mantienen síntomas en la edad adulta.

En el libro afirman que cuando su hijo fue diagnosticado, al principio dudaron en contarlo, y a quién, debido a la desconfianza y reticencia que todavía despierta este trastorno. ¿Aconsejan entonces a otros padres cuyos hijos sean diagnosticados con TDAH que mantengan también esta discreción? ¿No es mejor que las personas más allegadas, como familiares y, sobre todo, maestros, lo sepan cuanto antes para poder ayudar al niño?

La información es fundamental para poder trabajar con estos niños, pero el rechazo que se sufre en determinados círculos puede ser muy dañino. Hay que ser muy prudentes y saber cómo y a quién informar.

Los padres sienten un amor incondicional por sus hijos y van a hacer todo lo posible por apoyarles, pero también son necesarios otros apoyos, ¿qué puede hacer la sociedad para ayudar a estas personas?

Como sociedad, primero debemos ser conscientes de qué problema estamos hablando y de las consecuencias que puede tener. Sólo tenemos que ver los resultados de los estudios y sus estadísticas (accidentes de tráfico, despido laboral, toxicomanías…). Es nuestra responsabilidad conseguir un diagnóstico y tratamiento precoces para estos niños.

Es obvio que el TDAH existe y está infradiagnosticado pero, ¿no existe también el peligro de que padres desesperados lleguen a creer que un medicamento puede resolver los problemas de su hijo?

El TDAH es un trastorno de origen biológico, que ha de ser valorado y tratado por especialistas, y ellos son los que marcarán las pautas. Por supuesto que no puede convertirse en un cajón de sastre. No pensemos nunca que un medicamento puede solucionar todos los problemas de educación, comportamiento y convivencia familiar y social.

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