Qué es la hipertensión arterial, causas y riesgos
Por: Dr. José Antonio Nuevo González
Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid
Actualizado: 16 de mayo de 2024
¿Qué es la hipertensión arterial?
La presión arterial es la fuerza necesaria para que la sangre circule a través de los vasos arteriales. Cuando esta fuerza ejercida por el corazón a las arterias de forma sostenida es excesiva o más alta de lo recomendable, se habla de hipertensión arterial (HTA). Actualmente existe consenso entre los expertos para definir la hipertensión como aquellas cifras de tensión arterial por encima de 140/90, si bien lo deseable sería estar en 130/80 como límite máximo.
De estas dos cifras, una o ambas pueden ser altas en los hipertensos. Así pues nuestra tensión arterial es alta cuando supera las cifras de 140/90 mmHg. Se entiende que tenemos una presión arterial normal cuando la cifra que nos han medido es inferior a 120/80 mmHg. Y si estos valores de presión arterial son superiores a 120/80 pero no llegan a 140/90 se conoce como prehipertensión y habría que empezar a cuidarse aún más.
La hipertensión arterial es el principal factor de riesgo cardiovascular. Se la conoce como 'el asesino silencioso', porque en la mayoría de casos no presenta síntomas, por lo que se pueden llegar a desarrollar problemas cardiacos, cerebrales o renales sin ser conscientes de padecer hipertensión. La OMS estima que unos 1.000 millones de personas padecen hipertensión en todo el mundo, con unas cifras de mortalidad que se acerca a los 9 millones de fallecimientos anuales por esta causa. En España, alrededor del 30-40% de la población adulta es hipertensa, incluyendo aquellas personas que lo desconocen. Si hablamos de mayores de 60 años, este porcentaje se incrementa hasta el 60%.
Por lo general si has tenido algún problema relativo a la tensión tu médico te la revisará con frecuencia, en todo caso, sobre todo si se tienen antecedentes familiares o sospechas de sufrir un problema de presión arterial elevada, conviene chequearse los niveles de tensión de forma frecuente y acudir a su médico en caso de lo que las cifras no estén dentro de lo normal.
Causas de hipertensión arterial
La mayor parte de las veces no hay una causa concreta desencadenante de hipertensión, por lo que se denomina hipertensión primaria o hipertensión esencial. El 90-95% de los hipertensos serían de este grupo. A pesar de no haber causa específica sí se sabe que hay condicionantes que aumentan la probabilidad de desarrollar hipertensión arterial, como son la edad avanzada –ya que los vasos sanguíneos se vuelven más rígidos a medida que envejecemos– y los antecedentes familiares de HTA.
La presencia de otras enfermedades como diabetes, colesterol elevado y obesidad también predisponen a padecer hipertensión arterial (se conoce como hipertensión secundaria), así como si eres una persona que con frecuencia sufre estrés o ansiedad.
Hay un porcentaje más pequeño de casos en los que la hipertensión arterial es secundaria a alguna circunstancia concreta: consumo de alcohol (sobre todo en el sexo masculino), tabaquismo, algunos fármacos (corticoides, antiinflamatorios, anticonceptivos en mujeres, antimigrañosos), enfermedades renales, y otros trastornos menos comunes.
Por supuesto, si la ingesta de sal en tu dieta diaria es muy elevada también se tienen más papeletas para tener la presión arterial alta. Tomar más cantidad de sal de la recomendada –5-6 gramos al día, o el equivalente una cucharadita de postre de sal de mesa– se asocia a un mayor riesgo de que los vasos sanguíneos pierdan elasticidad y se vuelvan rígidos y las arterias se estrechen por la acumulación de colesterol, grasa y otras sustancias y dar lugar al desarrollo de hipertensión.
De hecho, un informe presentado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en mayo de 2024 alertaba de que 10.000 personas morían cada día en Europa por enfermedades cardiovasculares relacionadas con un excesivo consumo de sal, señalando que "casi todos los países de la Región de Europa (52 de 53) tienen una ingesta diaria promedio de sal superior al nivel máximo recomendado por la OMS de 5 g por día".
Riesgos y complicaciones de la hipertensión arterial
La hipertensión arterial es el principal factor de riesgo de las enfermedades cardiovasculares, que son todas aquellas que afectan a los vasos arteriales (infarto de miocardio, ictus…). Particularmente es esencial la prevención y su control para evitar el ictus (tanto infarto cerebral, como hemorragia cerebral). Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en nuestro entorno. Por tanto, es prioritario que la población conozca cuáles son los factores de riesgo y las consecuencias de esta enfermedad de cara a tomar las medidas necesarias para modificar los estilos de vida e intentar el cumplimiento del tratamiento cuando el médico lo inicie.
No existe un riesgo cero, y no hay línea divisoria por debajo de la cual no haya ningún riesgo, pero los valores en que consideramos la tensión normal son los que menor riesgo tienen de complicaciones.
Complicaciones de la hipertensión
La hipertensión puede ser el primer signo, y el más fácil de medir, que indique que muchos órganos en el cuerpo están siendo atacados y corren el riesgo de sufrir lesiones. El reconocimiento precoz de lesiones, y el control y tratamiento de la hipertensión arterial, pueden retrasar el avance de las enfermedades cardiovasculares generadas por esta.
Los principales órganos a los que afecta la hipertensión arterial son el corazón, los riñones, el cerebro y las arterias. En el corazón, la HTA es el principal factor de riesgo para enfermedades como la angina de pecho o el infarto de miocardio.
La tensión alta no controlada a lo largo del tiempo puede conducir a una insuficiencia renal, que puede requerir diálisis. En el caso de los riñones, su deterioro puede ser una complicación de la HTA, pero también el origen del problema, puesto que se consideran una de las causas de hipertensión secundaria.
Como se ha mencionado con anterioridad, el ictus y la hipertensión arterial tienen una relación directa y potente. Así, la incidencia de ictus en algunas zonas de Europa en los últimos años ha descendido en la medida en que se ha conseguido un mayor control de la HTA.
Y en cuanto a las arterias, la hipertensión las deteriora, provocando su endurecimiento y estrecheces que pueden originar un déficit en el riego de los distintos órganos. Dependiendo de la zona del cuerpo donde se encuentren las arterias afectadas pueden producirse otras problemas de salud asociados a la hipertensión como dolor al caminar, alteraciones de la visión, o incluso disfunción eréctil.
Como es lógico, cuando ya existe una lesión orgánica en los tejidos (cerebro, corazón, riñón y vasos sanguíneos) el pronóstico es peor. Se pueden desarrollar enfermedades graves y que pueden provocar la muerte. En general, a más tiempo de evolución y peor control de la presión arterial, más posibilidades de que exista lesión en esos órganos.
Creado: 13 de julio de 2010