El aumento de los niveles de hormonas tiroideas en la sangre tiene como consecuencia la aceleración de la actividad metabólica del organismo. Conoce los tratamientos existentes para contrarrestar el hipertiroidismo.
Médico Interno Residente, especialista en Dermatología Medicoquirúrgica y Veneorología
Actualizado: 22 de septiembre de 2022
En general, las personas afectadas por hipertiroidismo sufren un aumento de la excitación en todos sus órganos y sistemas. Estas alteraciones se producen poco a poco, así que al principio pueden ser achacadas al estrés y el nerviosismo.
En los ancianos, sin embargo, el hipertiroidismo puede manifestarse solo con cansancio, pérdida de peso y depresión; se llama hipertiroidismo apático y es más difícil de detectar. En otras ocasiones los síntomas surgen de repente en su máxima intensidad, es lo que se conoce como “tormenta tiroidea”.
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Los síntomas del hipertiroidismo más importantes son:
Pérdida de peso: el metabolismo global del enfermo está aumentado, de forma que consume más energía aun sin hacer ejercicio. La sensación de hambre, sin embargo, se incrementa, y apetece comer más cantidad y con más frecuencia.
Hiperactividad: el estado mental está alterado y los enfermos se muestran inquietos, con ganas de hacer muchas actividades continuamente, aunque no sea el momento adecuado. A esto se le añade insomnio, por lo que es normal que cuando la enfermedad lleva un tiempo instaurada el paciente se sienta fatigado, pero siga estando nervioso.
Falta de concentración: cualquier estímulo externo (un pequeño sonido, luces de electrodomésticos, etc.) distraen la atención de los hipertiroideos. Esto es de especial importancia en los adolescentes en época de estudio.
Irritabilidad y cambios de humor.
Temblor fino: el sistema nervioso y el muscular están hiperestimulados, incluso en reposo. Es fácil observar un temblor en las manos cuando se extienden los brazos (más fácil de ver si se pone un folio encima).
Bocio: se conoce así al aumento de la glándula tiroides que protruye en la parte más baja del cuello, provocando a veces problemas al tragar o respirar. No ocurre en todos los casos de hipertiroidismo, y a veces solo se palpa y no se ve. Hay zonas donde la población general tiene bocio, principalmente por falta de yodo en la dieta, pero también por tomar alimentos que contienen sustancias que provocan bocio de por sí (como las coles, el repollo y la coliflor); en España, por ejemplo, esto era típico en algunas comarcas de Galicia.
Exoftalmo: es decir, ojos saltones o “mirada de asombro”. Ocurre por dos motivos: primero, los músculos y la grasa que están detrás del ojo se inflaman, empujando el ojo hacia fuera; segundo, los músculos que abren los párpados están hiperexcitados y hacen que el ojo esté siempre muy abierto.
Debilidad muscular: la falta de relajación muscular hace que se pierda fuerza y aumente el cansancio.
Palpitaciones y taquicardia: el corazón late más deprisa y el pulso es más fuerte. Si el enfermo tenía antes algún problema de corazón es frecuente que ahora empeore y, en ocasiones, requiera estar ingresado para poder controlarlo. También es habitual que aparezcan arritmias cardíacas, como la fibrilación auricular.
Aumento del sudor: la piel siempre está caliente y húmeda; los hipertiroideos no toleran bien el calor, incluso se quejan de calor cuando la temperatura real no es alta.
Picores y enrojecimiento de las palmas de las manos.
Pelo frágil: el cabello se torna fino y quebradizo. El 40% de los pacientes continúa con una alopecia difusa durante algunos meses después de la curación.
Aumento del ritmo intestinal: al igual que el resto de órganos, el tubo digestivo está sobreestimulado y el tránsito intestinal es más veloz. Por ello, la frecuencia de las defecaciones aumenta, a veces con diarrea.
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Disminución de la menstruación o, a veces, amenorrea (desaparición de la menstruación).
Disfunción sexual (en hombres).
Osteopenia: la reabsorción del hueso viejo es más rápida que la formación de hueso nuevo, así que los huesos son más frágiles y las fracturas ocurren con más facilidad.
Mixedema pretibial: se trata de una alteración de la piel de las piernas, a la altura de la espinilla. Se forma una placa inflamada, rosada o violácea, de aspecto de “piel de naranja”.
En general, se recomienda a la población general que acuda al médico si:
Aprecia cambios en su estado emocional, como excitación o depresión. Se marea.
Nota palpitaciones, es decir, que el corazón late rápidamente y de forma irregular.