Las infecciones vaginales son la causa del 80% de las visitas al ginecólogo
23/04/2011
Las infecciones vaginales son el motivo más común de las consultas ginecológicas. Se calcula que hasta ocho de cada diez mujeres acude a su ginecólogo por problemas relacionados con este tipo de infecciones. La alteración del flujo vaginal, sensación de quemazón en la vulva o la vagina, o tener los labios vulvares enrojecidos e hipersensibles son algunos de los síntomas más característicos de este tipo de problemas.
“Las causas de este problema pueden derivarse de un desequilibrio en la flora vaginal, que puede dar lugar a patologías como la vaginosis bacteriana –el tipo más común de infección vaginal– o la candidiasis, que es la segunda causa de vaginitis en mujeres en edad fértil y adolescentes”, explica la Dra. Ana Rosa Jurado, médica y sexóloga, miembro del grupo de probióticos de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia y Secretaria del grupo de trabajo de Sexología de SEMERGEN.
Por otro lado, en periodos vacacionales como los de Semana Santa, las escapadas a la playa o las piscina pueden favorecer el desequilibrio y la aparición de infecciones debido, entre otros factores, a la humedad del bañador.
Tratamientos recomendados
Lo habitual es tratar la infección mediante óvulos vaginales y cremas que se aplican en la vulva. Los antifúngicos o bactericidas locales suelen ser eficaces y fáciles de usar, pero fallan a la hora de restaurar el equilibrio vaginal perdido. Este problema se suple con los preparados probióticos vaginales, que contienen lactobacilos, y que suponen un buen complemento terapéutico.
Sin embargo, no todas los preparados son efectivos. Es importante que contengan las cepas de lactobacilos adecuadas para una mayor eficacia. Los lactobacilos son probióticos utilizados para restablecer el equilibrio de la flora vaginal y cuentan con efectos antialérgicos, antiinflamatorios y aumentan las defensas. En el caso de la vaginitis bacteriana, está demostrado que las cepas del lactobacillus - L. rhamnosus y L. gasseri - tienen propiedades en la regeneración y mantenimiento de una flora vaginal sana, además de ser las más indicadas para evitar la colonización e infección por cándida albicans -una tercera parte de las vaginitis son debidas a hongos-.
“Uno de los problemas más frecuentes con el que nos encontramos, tanto las mujeres que lo sufren como los profesionales médicos, a la hora de tratar este tipo de infecciones, es la repetición de la enfermedad (incluso después de un adecuado tratamiento), ya que una vez alterada la flora vaginal, es difícil restaurarla y la repetición de la vaginitis es frecuente”, comenta la Dra. Jurado.
Por último, se debe tener en cuenta que, muchas de estas infecciones, requieren un tratamiento en pareja, ya que también el hombre puede estar infectado y si éste no realiza el tratamiento, es más probable sufrir recidivas.
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Fuente: Soluciones en femenino
Actualizado: 25 de agosto de 2017