Síntomas de la legionella
Por: Dr. José Antonio Nuevo González
Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid
Actualizado: 29 de julio de 2022
El periodo de incubación de la legionella, es decir, desde que se contrae la infección hasta la aparición de los síntomas, está entre dos y diez días y, al principio, el paciente puede sentirse cansado y débil.
Se pueden distinguir dos grupos de síntomas de la legionella en función de la enfermedad que produzca. Así, la fiebre de Pontiac, que es la forma que no produce neumonía, suele expresarse como un cuadro gripal, con cansancio, debilidad, dolores articulares, cefalea, fiebre y tos. Suele resolverse en pocos días sin ningún tipo de tratamiento, y de hecho, muchas infecciones de este tipo pasarán inadvertidas o diagnosticadas de una falsa gripe.
En el caso de la neumonía por Legionella, llamada enfermedad del legionario, los síntomas suelen ser más llamativos, con tos y expectoración, sensación de falta de aire o disnea, malestar general con cefalea, a veces diarrea, dolores torácicos al respirar, y en formas más graves, cierto grado de alteración de la conciencia. En la mayoría de los casos predominan síntomas no respiratorios, por ejemplo, dolor abdominal, diarrea y fiebre. Esto hace difícil la sospecha de legionela para el médico si no es por el contexto epidemiológico.
Estos casos suelen aparecer en brotes epidémicos, relacionados con refrigeraciones contaminadas, residencias de ancianos, hospitales, etcétera.
La mortalidad de la neumonía por Legionella puede llegar al 25% de los casos dado que son pacientes en su mayoría con algún trastorno respiratorio o inmunitario previo. La infección en otros individuos sin patologías previas y una administración precoz del antibiótico adecuado hacen disminuir notablemente estas cifras.
Creado: 26 de octubre de 2010