Tratamiento de la malaria
Médico experto en Enfermedades Parasitarias, Medicina Tropical y Parasitología
Actualizado: 5 de mayo de 2023
El tratamiento de las personas infectadas de malaria es indispensable para evitar que actúen como fuente de infección para los mosquitos, eliminando los parásitos Plasmodium del torrente sanguíneo y de esta forma interrumpir la cadena epidemiológica. El abordaje de la malaria dependerá de la especie de Plasmodium, la gravedad de la infección, la edad del paciente, el estado de embarazo si lo hay y la resistencia a los medicamentos en la región donde se contrajo la infección.
En las zonas endémicas es de especial importancia, además del tratamiento, tomar medidas para evitar que los mosquitos piquen a los enfermos (mosquiteros, repelentes, etcétera). Cuando un paciente que reside o procede de una zona palúdica tiene fiebre, es necesario preparar y estudiar una gota gruesa y un frotis de sangre teñidos con Giemsa para confirmar el diagnóstico e identificar la especie del parásito.
Actualmente se recomiendan las terapias combinadas con artemisina (TCA) como tratamiento de primera línea para la malaria no complicada por P. falciparum en niños y adultos (salvo a las embarazadas que estén en el primer trimestre de gestación) con uno de los siguientes TCA: arteméter + lumefantrina; artesunato + amodiaquina; artesunato + mefloquina; dihidroartemisinina + piperaquina; artesunato + sulfadoxina‒pirimetamina (SP); artesunato + pironaridina.
Los esquemas de TCA deben proporcionar un tratamiento de 3 días con un derivado de artemisinina. Los derivados de la artemisina son los antimaláricos más potentes y con menos efectos adversos que existen en la actualidad. Su eficacia aumenta al combinarlos con otros fármacos, con lo cual se disminuye, además, la aparición de resistencias al tratamiento.
Para las embarazadas con malaria por P. falciparum sin complicaciones la recomendación de la OMS es tratarlas durante el primer trimestre con 7 días de quinina + clindamicina.
Los pacientes con paludismo grave y los que no pueden tomar medicación por vía oral deben recibir de inmediato una dosis completa de un tratamiento antipalúdico eficaz por vía parenteral (o rectal) como tratamiento inicial. Esta fase debe ir seguida de una dosis completa de un tratamiento combinado con derivados de artemisinina (TCA) por vía oral. Existen dos clases principales de medicamentos para el tratamiento parenteral de la malaria grave: los derivados de artemisinina (artesunato o arteméter) y los alcaloides de la quina (quinina y quinidina), siendo el artesunato parenteral el tratamiento de elección en todos los casos de malaria grave.
Cuando existen dudas acerca de la posible resistencia del parásito infectante, se debe administrar quinina o quinidina. En casos de resistencia a la cloroquina, se pueden utilizar TCA o combinaciones de otros antipalúdicos. Además, para prevenir recaídas en infecciones por P. vivax y P. ovale, se administra primaquina para eliminar las formas hepáticas latentes del parásito
Quimioprofilaxis frente a la malaria
Los viajeros no inmunes que estarán expuestos a las picaduras de mosquitos en zonas palúdicas deben utilizar en forma regular antes, durante y después de su viaje fármacos supresores o antimaláricos (atovacuona/proaguanil, mefloquina, doxiciclina, cloroquina). Se recomienda también la quimioprofilaxis (medicación preventiva) en las mujeres embarazadas y en los niños de corta edad, así como en personas con el sistema inmune debilitado, ya que de infectarse su riesgo de enfermedad es más grave.
La elección de un antimalárico u otro va a depender siempre de factores individuales (alergias, enfermedad u otras contraindicaciones…) y, sobre todo, de la resistencia de P. falciparum a estos medicamentos. Ninguna de las pautas de profilaxis con fármacos protege al cien por cien frente a la malaria, y se deben sopesar, siempre, los posibles efectos adversos del fármaco o combinación de fármacos recomendados, con la posibilidad real de ser picado por un mosquito infectado. El riesgo de exposición de las personas que viven en algunas ciudades en muchas de las zonas palúdicas es nulo, por ejemplo en Asia sudoriental y América del Sur, y quizás no esté indicada la quimioprofilaxis en estos casos.
La distribución geográfica y la sensibilidad de los parásitos palúdicos a fármacos específicos cambia con gran rapidez, por lo que es importante solicitar y obtener la información más reciente sobre la distribución y extensión de las resistencias, antes de ordenar algún quimioprofiláctico. Para ello, en España se dispone de los Centros de Vacunación Internacional y Consejos al Viajero, donde se prescribe la pauta de quimioprofilaxis indicada según la zona a la que se viaja y se administran las vacunas recomendadas para la prevención de otras enfermedades infecciosas.
Creado: 27 de junio de 2011