Alimentación e higiene del caballo árabe
Actualizado: 3 de abril de 2024
Cómo alimentar al caballo árabe
La alimentación de un caballo árabe debe ser cuidadosamente balanceada para satisfacer sus necesidades nutricionales específicas, teniendo en cuenta, como en el resto de razas, su nivel de actividad, peso, edad, salud y condiciones climáticas del entorno. Por norma general, necesitará un kilo de alimento por cada 45 kilos de peso; teniendo en cuenta que un caballo árabe ronda los 450 kilos de media, estamos hablando de 10 kilos de comida al día.
Son animales herbívoros y por tanto se alimentarán de pasto y plantas diversas (heno, alfalfa, timoteo, avena, hierba fresca…) o, puntualmente, de pienso equino (concentrado o compuesto de cebada, avena, maíz o salvado). Debería tener acceso a forraje casi constantemente, ya que esto es crucial para su sistema digestivo. Un caballo árabe generalmente necesita consumir entre el 1,5% y el 2,5% de su peso corporal en forraje por día. Los concentrados (granos, piensos comerciales) deben usarse con moderación, ajustándose a las necesidades energéticas del caballo según su nivel de actividad, edad, y estado de salud. Los caballos árabes son eficientes en el uso de su alimento, y un exceso puede llevar a problemas de salud.
El pan duro, las verduras y las frutas serán alimentos bien recibidos por el caballo árabe. Y, por supuesto, es importante ofrecerle la piedra de sal para que reciba calcio y vitaminas. Asegúrate de que tu caballo árabe tenga acceso constante a agua limpia y fresca. La cantidad necesaria puede aumentar significativamente con el ejercicio, el clima caliente, o si la dieta incluye mucho heno seco.
Debemos tener cuidado de no ofrecer al animal heno con menos de seis meses o con moho, ya que podríamos ocasionarle problemas de salud, especialmente de tipo respiratorio o digestivo.
Ten en cuenta también que los caballos árabes pueden ser propensos a ganar peso fácilmente; monitoriza su condición corporal regularmente y ajusta su dieta para prevenir la obesidad. Por último, algunos caballos árabes pueden ser sensibles o alérgicos a ciertos alimentos o ingredientes. Observa cuidadosamente cualquier signo de problemas digestivos o alergias y ajusta la dieta según sea necesario.
Higiene y limpieza del caballo árabe
La higiene y limpieza del caballo árabe son esenciales no solo para mantener su apariencia estética, sino también para su salud y bienestar general. Una rutina de cuidados apropiada puede prevenir problemas de piel, parásitos y enfermedades.
Por ello, debemos asear a nuestro caballo árabe a diario. Si no es posible que lo hagamos nosotros, debe hacerlo una persona que pueda ocuparse de sus cuidados. El objetivo es eliminar la suciedad acumulada de los paseos, así como el pelo suelto, y que el animal se familiarice con nosotros. El proceso nos llevará entre media hora y una hora.
El cepillado debe ser regular, especialmente si el caballo pasa mucho tiempo fuera o está en entrenamiento activo. Esto ayuda a remover el polvo, la suciedad, y el pelo muerto, y también estimula la circulación sanguínea. Así, antes de montar, le limpiaremos los cascos con un limpia cascos o cepillo especial; esto es importante para evitar posibles lesiones o infecciones. Después, es aconsejable cepillar al animal con una almohaza, que deslizaremos haciendo círculos enérgicamente y, por último, podemos pasar un cepillo de raíces a favor del pelo para eliminar el pelo muerto o caído. Si la crin y la cola del caballo están enredadas podemos usar un peine de crin especial o los dedos junto con productos desenredantes si es necesario. Estas partes deben ser desenredadas regularmente para prevenir nudos y mantenerlas limpias.
Importante recordar que después de montar hay que volver a limpiar al caballo árabe. Esta vez, lo ideal es darle una ducha con agua en las patas si hace frío o una ducha completa si hace calor. Insistir en las patas con un cepillo si fuera necesario de forma que los cascos queden perfectamente limpios. Después, se recomienda su secado con un limpiasudor. Solo usaremos agua y jabón para la ducha si el animal está excesivamente sucio de grasa o alguna otra sustancia que le pueda molestar. Por supuesto, siempre con jabones especiales para caballos y nunca enjabonar la cabeza.
En los días de mucho frío, podemos evitar la ducha y limpiar al caballo con toallas calientes. El proceso es muy sencillo: llenamos un barreño grande con agua caliente y un poco de jabón especial, mojamos una toalla, la escurrimos y limpiamos con ella al animal. Imprescindible que el agua siempre esté caliente para que el caballo árabe no sufra.
En cuanto a sus pezuñas, deben ser limpiadas diariamente con un limpia pezuñas para remover piedras, suciedad y estiércol que pueden acumularse y causar problemas como la podredumbre de la pezuña. Es útil también que un herrador revise y recorte o cuide las pezuñas regularmente (aproximadamente cada 6-8 semanas), dependiendo del crecimiento y la actividad del caballo.
Por otro lado, debes llevar a cabo una desparasitación regular, sigue un programa de desparasitación recomendado por tu veterinario para controlar los parásitos internos. Y utiliza productos antiparasitarios para prevenir problemas con moscas, garrapatas y otros ectoparásitos, especialmente en los meses cálidos.
Por último, debes mantener el establo y las áreas de descanso limpias y secas para prevenir problemas de salud. Esto incluye retirar regularmente el estiércol y la ropa de cama húmeda o sucia, así como asegurar una buena ventilación.
Creado: 15 de junio de 2016