Cuidados fundamentales de una granja de hormigas

La alimentación, la humedad del hormiguero, su temperatura y la luz que entre en él son algunas de las cuestiones básicas que debemos conocer para que nuestra granja de hormigas prospere. En cuanto a la alimentación de las hormigas, Silvia Abril, entomóloga y experta en Mirmecología (el estudio de las hormigas y su desarrollo social), advierte de que depende de la especie, por lo que es muy importante informarse bien de la dieta de la especie determinada que se quiera criar antes de montar el nido.

“Existe una gran variedad de dietas dependiendo de la especie de hormiga. Algunas son granívoras (por ejemplo, la Messor barbarus). Éstas se pueden alimentar con semillas como alpiste, y un poco de agua con azúcar. Otras tienen una dieta muy carnívora, y deberán alimentarse con pequeños insectos. También hay especies muy nectarívoras, es decir, se alimentan sobre todo de jugos. En este caso, las podemos alimentar con una mezcla de agua y miel o azúcar, y con suplementos proteicos líquidos que se pueden encontrar a través de Internet. Por último, hay especies de hormigas generalistas, como las Lasius, que comen de todo. A éstas se les puede dar cualquiera de los alimentos citados. Es cuestión de ir probando qué les gusta más”, explica esta experta.

La humedad del espacio de nuestra colonia dependerá del tipo de hormigas que la formen pero, según nos cuenta Silvia, “por lo general, la mayoría de especies de hormigas necesitan humedad, si no, mueren deshidratadas”. Lo mejor es disponer zonas húmedas a través de esponjas, o reservas de agua, que deberemos rellenar o humedecer periódicamente para mantener cierto grado de humedad. “Lo más importante es que siempre tengan una zona más húmeda y otra más seca y así ellas mismas irán organizándose de cara a tener los huevos y las larvas en las condiciones óptimas de humedad para su desarrollo”, explica Guillermo Albert.

Luz y temperatura óptimas de la granja de hormigas

¿Necesitaremos condiciones de luz determinadas? Para Guillermo Albert, estudiante de biología y reconocido aficionado a las granjas de hormigas, lo más aconsejable es que las hormigas no tengan luz “para no estresarlas demasiado”, sobre todo en los primeros tiempos, cuando la colonia está desarrollándose. E insiste en que “lo más importante es que nunca les dé la luz directa del sol, además de estar lo más aisladas posibles de fuertes ruidos o vibraciones”.

Añade Silvia que debemos tener en cuenta que las hormigas “son insectos subterráneos”. En la naturaleza, las reinas y las larvas suelen pasar la mayor parte del tiempo bajo tierra, a oscuras, “por lo que es importante proporcionar una zona en el nido para que puedan refugiarse de la luz”. Para poder mantener estas condiciones en nuestro hormiguero artificial, la entomóloga nos anima a “poner hojas, o pequeñas cámaras tapadas pero, si lo que queremos es poder ver siempre la puesta o la reina, entonces lo que va bien es mantener tapada la zona del nido donde esté la cámara de la reina y la puesta”.

En cuanto a la temperatura de nuestro hormiguero artificial, lo más importante es que mantengamos alejado el nido del sol directo o de una fuente de iluminación o calor fuerte, “ya que el calor que recibirían las podría matar”, según Silvia. No es necesario en este sentido mayores cuidados ni aparatos si el hormiguero se encuentra en un piso o una casa, ya que lo ideal es que el lugar en el que se encuentre la colonia tenga una temperatura normal ambiente (que no supere los 30 grados), siendo preferible que en invierno la temperatura sea más baja para facilitarles que realicen la hibernación.