Las mordeduras de serpientes, un grave problema de salud en África
02/08/2011
Cada año un millón y medio de personas son víctimas de un envenenamiento provocado por una mordedura de serpiente en el África subsahariana, lo que supone un problema de salud pública para el continente, que está "descuidado por las autoridades sanitarias", según recoge una investigación realizada por L'Institut de recherche pour le développement (IRD) de Francia. Hasta 7.000 personas podrían morir al año por esta causa.
Tras analizar un centenar de estudios e informes médicos publicados durante los últimos cuarenta años, se ha visto que sólo se trata a un 10% de las víctimas, debido a la falta de antivenenos y a un personal médico poco sensibilizado a estas prácticas. Sin embargo, las complicaciones clínicas pueden ser muy graves, o "incluso fatales".
Como ha constatado un investigador del IRD, más de 300.000 personas al sur del Sáhara son atendidas cada año como consecuencia de una mordedura. Sin embargo, la dificultad de acceso a los centros de salud y el recurso habitual de la población a la medicina tradicional, hacen que numerosos casos no se conozcan, por lo que esta cifra no refleja la totalidad de los envenenamientos, y los especialistas consideran que ese número sólo simboliza entre una tercera y una quinta parte de la realidad. Según el nuevo estudio, puede haber hasta un millón y medio de víctimas al año y alrededor de 7.000 personas muertas debido a una mordedura anualmente, mientras que a unas 14.000 personas sería necesario amputarles algún miembro por la misma causa en el mismo periodo de tiempo.
En cuanto a las condiciones que propician estos accidentes, según el estudio, un 95% de las mordeduras ocurren en el campo, y especialmente en las plantaciones, por lo que las personas que corren más riesgo son los trabajadores agrícolas. Las ciudades tampoco están libres de este peligro, aunque la incidencia allí es entre diez y veinte veces menor que en el medio rural.
Antídoto contra el veneno
El único tratamiento eficaz es la inyección del antiveneno por vía venosa inmediatamente después de la mordedura, con el fin de neutralizar la sustancia tóxica. Sin embargo, en la actualidad la disponibilidad de estos productos es reducida porque su precio es elevado y su corta duración, de tres a cinco años de vida, desalienta los suministros. En estas condiciones, "es difícil definir los presupuestos y asignar fondos para la gestión de los envenenamientos y para la instalación de los equipos necesarios para la sensibilización del personal médico", explican los investigadores.
El único tratamiento eficaz es la inyección del antiveneno por vía venosa inmediatamente después de la mordedura, con el fin de neutralizar la sustancia tóxica
Y es que como el personal médico tampoco cuenta con la formación adecuada sobre el empleo de los antivenenos, estos tratamientos pueden dar resultados decepcionantes, lo que disuadiría sobre su reutilización posterior. Por este motivo se solicitan menos antídotos y, como consecuencia, los fabricantes dudan sobre la conveniencia de producirlos porque no están seguros de poder venderlos. Todo ello reduce la accesibilidad a estos tratamientos, y se ha comprobado que el número de dosis vendidas ha pasado de cerca de 200.000 antes del 2000 a menos de 20.000 en los últimos años. Según la investigación del IRD, se necesitarían 500.000 dosis cada año. Desde el instituto aseguran que el nuevo estudio permitirá a las autoridades sanitarias de los países afectados “basarse en estos datos para mejorar la calidad de los cuidados prestados a las víctimas, y desplegar un dispositivo de censo y vigilancia".
Actualizado: 25 de septiembre de 2017