Salud y reproducción de la mantis religiosa
Actualizado: 23 de septiembre de 2022
Si dedicas todos los cuidados necesarios a tu mantis religiosa podrás ver cómo se va volviendo adulta con cada cambio de piel, además de admirar su belleza peculiar. Serás testigo de su gran habilidad para cazar pequeños insectos, y se convertirá en una estupenda aliada para mantener tu casa o zonas verdes libres de mosquitos, moscas o polillas, entre otros insectos, de manera natural.
Una de las características más conocidas de la mantis religiosa está relacionada con su reproducción. Y es que en ocasiones la hembra devora al macho durante o después del apareamiento, aunque esta situación se produce en muchos menos casos de los que se piensa, y casi siempre en cautividad; es un hecho excepcional en su estado en libertad.
A pesar de la personalidad solitaria de las mantis religiosas, durante la época de apareamiento las hembras segregan feromonas que atraen a los machos, y la cópula, que suele durar unas dos horas, es el único momento en el que se juntan. Para diferenciar a ambos sexos hay que fijarse en los segmentos en los que se divide su abdomen, las hembras tienen menos que los machos, unos seis u ocho.
Después del coito la mantis religiosa pondrá los huevos en otoño, y los expulsa con una especie de espuma que al poco tiempo se endurece, permitiendo así que queden protegidos y bien fijados a las ramas. Una hembra puede colocar hasta 400 huevos en cada puesta, y suelen eclosionar en primavera, aunque solo unos pocos sobreviven debido al canibalismo entre ellos.
Este insecto no tiene la versión de larva o gusano, sino que cuando sale del huevo tiene la misma apariencia de la mantis religiosa adulta, pero en tamaño mucho más reducido.
Creado: 20 de abril de 2018