Consejos para favorecer que el perro se adapte al bebé
Actualizado: 31 de marzo de 2023
Cuando el bebé llega a casa debemos continuar con la adaptación y enseñarle a nuestro perro a manejar los cambios que se producen, y los nuevos estímulos y rutinas presentes en su entorno. Para ello, hay una serie de consejos o recomendaciones que pueden hacer más sencilla la adaptación de nuestra mascota a la nueva situación.
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La llegada a casa: la importancia del refuerzo positivo
Rosana Álvarez, licenciada en Veterinaria, acreditada por AVEPA (Asociación española de veterinarios especialistas en pequeños animales) en Medicina del comportamiento, y fundadora de Etolia, nos explica que en el momento de la llegada “es importante que pase primero la madre sin el bebé para saludar al perro, y luego se le presente despacio, dejándolo olfatear”. Debemos manejar la situación con ejercicios de obediencia calmada y de refuerzo positivo. La comida y los juegos son los reforzadores más empleados, pero cada animal tiene sus propias preferencias, por lo que sólo nosotros, que somos quienes conocemos bien a nuestra mascota, podremos saber cómo conseguir ese refuerzo positivo.
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Busca un rato solo para vosotros
Si bien previamente, durante el embarazo, debemos haber aumentado el tiempo de juego y paseo con nuestra mascota, con la llegada del bebé no debe menguar esa atención específica, sino mantenerse en la medida de lo posible. Establecer un rato al día para ambos, mejor si es a la misma hora, es una forma de transmitir a nuestro perro que es importante para nosotros, y que su cariño no ha sido reemplazado.
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Actuar con naturalidad
Para el especialista en comportamiento animal Ricardo Luis Bruno, lo más importante es no evitar el contacto del perro con el niño, ya que “normalmente el perro quiere acercarse a oler cuando llega el bebé o cuando éste llora”. Si alejamos al perro del bebé, entonces el animal sentirá aún más interés hacia el nuevo integrante de la familia, y puede asociar ese comportamiento como algo negativo, por lo que es fundamental que actuemos con naturalidad, sin miedo ni restricciones sin motivo.
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Asociación del bebé a momentos agradables
Para Rosana, “las situaciones en las que esté el bebé presente se deben acompañar con la atención al perro, reforzándolo positivamente, jugando con él, proporcionándole caricias, o hablándole; sin dejar, por supuesto, solos al bebé y al perro sin supervisión”. Salir a caminar junto al perro cuando se sale a pasear con el bebé, o relacionar el momento del baño del bebé con comida y juegos para nuestra mascota, pueden ser buenos ejemplos de este tipo de trabajo de asociación del bebé con hechos agradables para el perro.
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Cuando el niño crece: la importancia de la educación
El momento de mayor peligro para que puedan surgir problemas en la convivencia entre niños y perros es a partir del año y medio o dos años del niño, ya que es cuando los pequeños comienzan a tener cierta autonomía y generalmente van hacia el perro y lo persiguen. Por tanto, se debe ir enseñando al niño a manipular de manera suave al perro, y a no molestarlo mientras come o descansa; recomendaciones que deben ir unidas a otras igual de importantes, como no tocar a perros que no se conocen, no jugar con partes del cuerpo sino con juguetes, cesar el juego si el perro muerde, o educar en la importancia de pasear al perro, recoger sus heces, cepillarlo, o bañarlo.
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Buscar un lugar tranquilo y seguro para el perro
La veterinaria de Etolia insiste en la importancia de buscar un lugar seguro y tranquilo al que el animal pueda acudir si se siente agobiado. “Allí colocaremos sus juguetes, le daremos premios y caricias, y no permitiremos al bebé acceder sin supervisión, o sin asociar su presencia positivamente mediante premios”, apunta.
Creado: 14 de abril de 2016