Seguros para perros, cuándo son necesarios

Si has decidido tener un perro o ya convives con uno te conviene hacer un seguro para perros que cubra tanto los posibles desperfectos y daños a terceros que pudiera causar, como los problemas de salud que pueda sufrir el animal. En España, la legislación vigente en algunas comunidades autónomas exige que los propietarios de un perro, independientemente de su raza o tamaño, contraten un seguro de responsabilidad civil para hacer frente a los posibles daños que pueda ocasionar el animal.

Lo mejor es consultar al ayuntamiento de la localidad donde residas si tienes la obligación de contratar un seguro para tu mascota. Sin embargo, incluso en el caso de que no sea necesario y aunque el perro pertenezca a una raza pacífica y tranquila, siempre es recomendable que lo hagas porque se pueden producir situaciones imprevistas, por ejemplo que se escape y provoque un accidente de tráfico al atravesarse en la trayectoria de un coche, que podrían tener como consecuencia el pago de una indemnización (en el mejor de los casos).

El precio de este tipo de seguros para perros varía mucho dependiendo tanto de la compañía aseguradora como de las condiciones de la póliza, de lo que cubre (si solo se trata de la responsabilidad civil o incluye cobertura sanitaria), y de sus limitaciones, pero los precios suelen oscilar entre los 60 € y los 200 €, que pueden ser más elevados si aseguras a un perro de gran valor, o a uno cuya raza esté considerada entre las potencialmente peligrosas.

Seguros para perros potencialmente peligrosos

En España, las personas que quieran tener un perro que pertenezca a una raza considerada potencialmente peligrosa (Pit Bull Terrier, Staffordshire Bull Terrier, American Staffordshire Terrier, Rottweiler, Dogo argentino, Fila Brasileiro, Tosa Inu y Akita Inu) por reunir unas determinadas características físicas referidas a su complexión, tipo de mandíbula y peso, deben necesariamente solicitar una licencia para ello y cumplir una serie de requisitos, entre los que está el de contratar un seguro de responsabilidad civil por daños a terceros, con una cobertura mínima de 120.253 €, que puede alcanzar los 300.000 € en algunos ayuntamientos.