La educación del perro en positivo y el refuerzo
Por: Elena Romero García
Veterinaria especialista en medicina de pequeños animales
Actualizado: 22 de septiembre de 2022
Los perros aprenden por asociaciones y son realmente buenos para crearlas. Son capaces de crear una línea recta que asocia un estímulo inicial con el resultado final, aunque en el medio existan otros estímulos. Por ejemplo, un perro es capaz de asociar que cuando suena nuestro despertador por la mañana (estímulo inicial) saldrá a pasear (resultado final), independientemente de que entre los dos actos nos duchemos o desayunemos.
Cualquier comportamiento que se ve reforzado aumenta la probabilidad de que el animal lo repita y, sin embargo, un comportamiento que no tiene ningún tipo de refuerzo acaba extinguiéndose. Esta es la clave de la teoría del aprendizaje animal.
Se entiende por refuerzo cualquier cosa o evento que fija una acción, aumentando la probabilidad de que se repita. Los refuerzos pueden ser positivos, como por ejemplo un trocito de su comida favorita o un juguete, o negativos, como los collares de castigo.
En la educación canina en positivo es necesario darle valor al refuerzo y que este tenga realmente un carácter de premio. Si queremos enseñarle, por ejemplo, a que se siente y cuando lo consigue le premiamos con una golosina de perro, esta no tendrá ningún valor si se la hemos dado durante todo el día a cambio de nada.
Se desaconseja la educación basada en refuerzos negativos porque casi siempre van asociados a dolor o temor y, en la mayoría de las ocasiones, cuando el estímulo negativo desaparece, el comportamiento no deseado también lo hace.
Creado: 29 de enero de 2016