Pulgas en la mascota
La infestación por pulgas es frecuente en las mascotas, y aunque a priori es un problema leve, puede resultar muy molesto si no se trata a tiempo. Te enseñamos a reconocer estos parásitos, su modo de actuar y cómo acabar con ellos.

Cómo identificar una infestación por pulgas y cuáles son sus consecuencias

Por: María Bayón Piedrabuena

Veterinaria clínica de pequeños animales

Actualizado: 14 de julio de 2024

Si sospechas que tu perro o tu mascota puede tener pulgas, basta con apartar el pelo del animal y verás pequeños insectos marrones corriendo y saltando, sobre todo en las áreas del abdomen, la base de la cola y las axilas. Además, las heces de estos parásitos se observan sobre las raíces del pelo en forma de pequeños puntos de color negro. Con un peine especial de púas finas podemos cepillar a nuestra mascota y depositar los detritos sobre un papel blanco. Si tras humedecerlo con agua aparece un halo rosáceo alrededor de esos puntos negros, se trata con seguridad de heces de pulga.

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Síntomas y consecuencias de una infestación por pulgas

La picadura de la pulga produce la aparición de pequeñas pápulas en la piel, que originan un intenso prurito o picor. El animal comenzará entonces a rascarse, lamerse, o morderse insistentemente, para aliviarse. En infestaciones graves podría verse afectado el estado general de la mascota, mostrando debilidad, e incluso somnolencia.

Ilustración: Cómo identificar una infestación por pulgas

Las pulgas no solo causan inquietud a nuestros perros u otras mascotas, sino que las pequeñas pápulas originadas por su picadura pueden llegar a convertirse en lesiones cutáneas más graves a consecuencia del rascado, apareciendo alopecia, inflamación, irritación y enrojecimiento e infección en la piel. Esto es especialmente frecuente en aquellos animales que padecen alergia a la saliva de las pulgas, una enfermedad conocida como DAPP (dermatitis por alergia a la picadura de la pulga).

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Las infestaciones masivas podrían llegar a provocar anemia a la mascota, es decir, una reducción en el número de glóbulos rojos de la sangre, que se manifiesta con palidez de mucosas y debilidad.

Estos parásitos externos también desempeñan un papel en la transmisión de patógenos como la bacteria Bartonella henselae, responsable de la 'enfermedad por arañazo de gato' (transmisible al ser humano) o Dipylidium caninum, un parásito intestinal canino que se adquire al ingerir las pulgas accidentalmente.

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Creado: 16 de diciembre de 2015

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