Hernias en los gatos: síntomas y cómo aliviar su dolor

Al igual que los seres humanos, los gatos pueden sufrir hernias en distintas partes del cuerpo. Te explicamos qué tipos de hernias pueden aparecer en nuestro felino, cómo identificar sus síntomas y sus posibles tratamientos.
Gato recién operado de una hernia

Por: María Bayón Piedrabuena

Veterinaria clínica de pequeños animales

Actualizado: 13 de noviembre de 2022

Aunque lo asociamos con un problema muy humano, lo cierto es que las hernias también puedes afectar a nuestros gatos. Una hernia es la salida de una parte o de la totalidad de un tejido o un órgano a través de un orificio generado en una zona debilitada de la pared de la cavidad que lo contiene. En función de la causa y localización, reciben una denominación particular y los síntomas, pronóstico y tratamiento en nuestra mascota son diferentes en cada caso.

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Tipos de hernias en el gato

Estos son los tipos de hernia que pueden afectar a los gatos y sus características principales:

  • Hernia umbilical: se produce cuando el ombligo no cicatriza de manera correcta y la pared abdominal queda abierta o debilitada. A través de ella puede salir grasa, lo más común, pero también asas intestinales si el orificio es de gran diámetro.
  • Hernia diafragmática: el diafragma es un músculo que separa la cavidad torácica de la abdominal. Cuando se produce una malformación congénita o una rotura traumática, los órganos abdominales pueden pasar al tórax, comprimiendo los pulmones y el corazón.
  • Hernia perineal: se produce por la rotura o la debilidad de la musculatura pélvica, pudiendo salir a través de ella órganos como la próstata, la vejiga, los intestinos o grasa abdominal.
  • Hernia inguinal: está originada por la debilidad o un defecto congénito del anillo inguinal, por el que discurren el cordón espermático y el ligamento redondo. A través de ella puede salir grasa, pero también vasos sanguíneos u órganos.
  • Hernia discal: ocurre cuando el cartílago que conforma los discos que separan las vértebras, se degeneran o calcifican, desgarrándose el tejido y empujando la médula espinal que recorre el interior de la columna vertebral.

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Gato con una hernia umbilical

Causas de hernia en el gato y factores predisponentes

También existen diferentes causas por las que tu felino puede tener alguna de estas hernias, que pueden ser:

  • Congénitas: se producen durante el nacimiento del gatito, como las hernias umbilicales, la mayoría de inguinales y algunas hernias diafragmáticas. Son bastante comunes.
  • Traumáticas: algunas hernias diafragmáticas, perineales, inguinales y discales pueden estar originadas por un traumatismo previo, como una caída desde gran altura (síndrome del gato paracaidista) o un atropello.
  • Degenerativas: la mayoría de las hernias discales se originan por desgaste del tejido conectivo de los discos intervertebrales en gatos senior. No son muy frecuentes.
  • Otras causas: los gatos mayores y los machos enteros (no castrados) son más propensos a sufrir hernia perineal. La obesidad y la gestación son factores que predisponen a la hernia inguinal. El sobrepeso también puede predisponer a una hernia discal y empeorarla.

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Gato asomado a una ventana

Síntomas de hernia en los gatos y posibles complicaciones

La gravedad de los síntomas que puede presentar un gato cuando tiene una hernia depende del tipo de hernia al que nos enfrentemos. Te explicamos cómo se manifiesta según su localización para que puedas identificar si tu felino tiene este problema de salud:

  • Hernia umbilical: se reconoce fácilmente como un abultamiento redondeado en el área del ombligo. Normalmente el tejido que protruye es graso y no causa síntomas en meses, e incluso años. El problema ocurre cuando a través de la hernia salen asas intestinales, causando dolor, y si estas se estrangulan, se produce la muerte del tejido herniado, peritonitis, shock y muerte.
  • Hernia diafragmática: es grave y requiere atención urgente, ya que el diafragma no puede ayudar a contraer y expandir el tórax durante la respiración, y los órganos abdominales están presionando los pulmones. Esto ocasiona respiración dificultosa y rápida. El gato adoptará una postura ortopneica (para respirar mejor), estirando el cuello. Si no se trata, el animal podría fallecer por falta de oxigenación.
  • Hernia perineal: este tipo de hernia es dolorosa y puede causar dificultad en la defecación o la micción, incapacidad para sentarse, o molestias al caminar. Se puede observar como un abultamiento en el área perineal, aunque a veces no es muy evidente a simple vista. Si los órganos quedan atrapados, disminuye el riego sanguíneo y puede suponer un peligro para la vida.
  • Hernia inguinal: normalmente se detecta un abultamiento en el área inguinal, de manera unilateral o bilateral. Puede ser asintomática, o producir molestias al caminar o al orinar. Si se estrangulan los tejidos herniados, puede ocasionar fuerte dolor, vómitos o anorexia.
  • Hernia discal: dependiendo de los discos vertebrales afectados, el gato puede presentar parálisis de las extremidades posteriores (paraparesia), o de todas ellas (tetraparesia), marcha descoordinada, dificultad o imposibilidad para orinar y defecar o, todo lo contrario, incontinencia fecal y urinaria. Ocasionan gran dolor y deben diagnosticarse y tratarse con urgencia, especialmente si el animal no puede caminar, ya que puede indicar un daño grave en la médula espinal potencialmente irreversible.

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Radiografía de un gato

Diagnóstico de hernia en los gatos

Si detectamos en nuestro gato un abultamiento anormal o síntomas que puedan estar relacionados con una hernia, debemos acudir al veterinario lo antes posible para que lo diagnostique mediante:

  • Exploración general y palpación: se pueden detectar a simple vista las hernias umbilicales, inguinales o perineales como una protuberancia anormal. Los signos respiratorios y los antecedentes de traumatismos harán sospechar de hernia diafragmática, mientras que los signos neurológicos, como la descoordinación o la parálisis, harán pensar en una hernia discal.
  • Radiografía y ecografía: sirven para determinar la extensión y comprobar si hay protrusión de órganos internos en hernias umbilicales, inguinales o perineales y para confirmar la hernia diafragmática. Ante la sospecha de hernia discal se hará una exploración de reflejos neurológicos y radiografías de columna, aunque para el diagnóstico definitivo y determinar su extensión y gravedad es imprescindible la realización de un TAC o una resonancia magnética.

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Cirugía de una hernia de gato

Tratamiento de las hernias felinas, pronóstico y prevención

Para tratar las hernias en los gatos hay varias opciones terapéuticas disponibles, que te explicamos a continuación:

  • Tratamiento conservador:  algunas hernias, como la umbilical y la inguinal, sobre todo si son de pequeño tamaño y solo hay contenido graso en su interior, pueden resolverse espontáneamente a medida que el gatito crece y se cierra la musculatura abdominal o se reduce el anillo inguinal. Puede ser necesario reintroducir manualmente el tejido mediante una leve presión y colocar un vendaje.
  • Tratamiento quirúrgico: la mayoría de las hernias deben resolverse quirúrgicamente para llevar los tejidos y órganos a su lugar natural y cerrar el anillo herniario. A veces, es necesario el refuerzo de la zona con malla quirúrgica para evitar recidivas. La cirugía de columna para la resolución de las hernias discales se realiza por veterinarios especializados, y consiste en la retirada del material discal extrusionado que comprime la médula espinal.
  • Tratamiento farmacológico de los síntomas: para el control de la inflamación y el dolor está indicado el uso de antiinflamatorios y analgésicos; es imprescindible en el caso de hernias perineales y las discales. Si el gato presenta vómitos, pueden reducirse con antieméticos y antiácidos. Los gatos con hernia diafragmática y estranguladas requieren terapia intensiva antes y después de la intervención quirúrgica con oxígeno, fluidoterapia intravenosa y, a veces, drenaje torácico o abdominal.
  • Fisioterapia y rehabilitación: en el caso de las hernias discales, tras la intervención quirúrgica, la fisioterapia es un tratamiento complementario muy beneficioso para el gato. Su movilidad puede aumentar y mejorar su calidad de vida considerablemente.

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Malla para evitar la caída de un gato desde un balcón

Cuánto puede vivir un gato con una hernia: pronóstico

La mayoría de las hernias simples umbilicales e inguinales tienen un pronóstico excelente tras la cirugía. Las hernias perineales son algo más complejas, pero con un buen refuerzo mediante malla y reposo posoperatorio se resuelven adecuadamente. Las hernias con tejidos u órganos estrangulados y la hernia diafragmática comprometen la vida del animal, por lo que el pronóstico es de reservado a grave.

En cuanto a las hernias discales, si el daño es extenso o se demora la intervención, el resultado puede no ser del todo satisfactorio, quedando secuelas permanentes, como parálisis o incontinencia. En estos casos, se debe valorar si el gato disfruta de una calidad de vida aceptable o, por el contrario, es recomendable la eutanasia compasiva.

Prevención de las hernias en gatos

Algunos tipos de hernias se pueden prevenir en buena parte. La hernia perineal es más frecuente en gatos machos enteros, por lo que la castración puede ser profiláctica. Las hernias diafragmáticas y discales consecuencia de traumatismos, pueden evitarse mediante el uso de redes o mallas en las ventanas para evitar caídas o escapadas al exterior. La obesidad un factor predisponente para la hernia inguinal y perineal y agrava los síntomas de la hernia discal, por lo que el control de peso es fundamental en estos casos.

Creado: 11 de noviembre de 2022

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