Síntomas y diagnóstico de la leishmaniosis canina
Veterinaria clínica de pequeños animales
Actualizado: 23 de septiembre de 2022
Los perros con leishmaniosis suelen mostrar síntomas variables, ya que la enfermedad puede afectar a diferentes órganos, y los más habituales son:
Diagnóstico de la leishmaniosis canina
El diagnóstico de la leishmaniosis es complejo y se basa en la observación de los síntomas compatibles con la enfermedad, las pruebas serológicas, las pruebas de detección directa del parásito, y las analíticas sanguíneas y de orina.
- Pruebas serológicas de detección de anticuerpos: cuando tu perro ha contactado con la Leishmania puede fabricar anticuerpos defensivos que son detectados en la sangre. Los “test rápidos” detectan la presencia o ausencia de anticuerpos, pero para determinar la cantidad son necesarias pruebas cuantitativas (IFI o ELISA). Un resultado positivo no siempre implica que tu perro tenga el parásito en su organismo, a no ser que la cantidad de anticuerpos sea muy elevada, o se detecte la presencia del parásito, entonces sí se considera infectado.
- Pruebas para la detección del parásito: determinan la presencia directa de la Leishmania en el organismo. Se realizan a partir de muestras de ganglios linfáticos o médula ósea. Si resultan positivas, tu perro está infectado.
- Analíticas sanguíneas (hemograma, bioquímica y proteinograma) y de orina: en los perros enfermos se observa anemia, trombocitopenia, incremento de las globulinas y descenso de la albúmina. Si los riñones o el hígado están afectados, las transaminasas hepáticas y la creatinina están elevadas. El estudio de la orina también puede revelar afectación renal. Si se logra mantener a raya la multiplicación del parásito, estas analíticas pueden llegar a alcanzar valores normales.
Clasificación de los perros en relación a la infección por Leishmania
No todos los perros expuestos a la Leishmania terminan desarrollando la infección: algunos son capaces de combatirla, y otros no, de forma que el parásito ya no se puede eliminar del organismo. Una vez establecida la infección, los perros pueden mostrar síntomas o no, dependiendo de la competencia de su sistema inmune. Esto es muy importante a la hora de diagnosticar la enfermedad y decidir el tipo de tratamiento que necesita tu perro. Por eso, es necesario establecer una clasificación de los perros en relación a la infección por Leishmania:
- Perros sanos no expuestos: no muestran síntomas, los resultados analíticos son normales, y no se detectan anticuerpos frente a leishmania en las pruebas serológicas.
- Perros sanos, pero expuestos: son perros que han estado expuestos recientemente al parásito, por lo que se hallan niveles muy bajos de anticuerpos frente a Leishmania en las pruebas serológicas. Sin embargo, no se detecta la presencia del parásito. Estos perros no están infectados y no van a desarrollar la enfermedad.
- Perros infectados, pero sin síntomas: la presencia del parásito se ha confirmado mediante pruebas complementarias, aunque los test serológicos muestran niveles bajos de anticuerpos y los animales no muestran síntomas. Esto quiere decir que, aunque el perro no va a conseguir eliminar ya las leishmanias de su organismo, su sistema inmune está manteniendo a raya su multiplicación y el desarrollo de síntomas.
- Perros infectados y con síntomas (enfermos): son perros que, independientemente del nivel del anticuerpos que tengan (generalmente medios o altos), muestran síntomas y alteraciones en las analíticas relacionadas con la leishmaniosis. Estos perros tienen una alta carga parasitaria y necesitan tratamiento anti-leishmania.
Creado: 9 de agosto de 2018