Síntomas y diagnóstico del FLUTD en los gatos
Veterinaria clínica de pequeños animales
Actualizado: 28 de junio de 2022
Las afecciones del tracto urinario inferior de los gatos domésticos presentan síntomas similares, independientemente de la causa. Algunas veces las manifestaciones del FLUTD son pocas o muy sutiles, y otras, en cambio, son más llamativas y nos hacen sospechar una obstrucción uretral que puede llegar a ser muy peligrosa para el animal.
Generalmente, observaremos uno o varios de estos síntomas del FLUTD cuando nuestro gato esté sufriendo problemas urológicos:
- Disuria: es la dificultad o dolor en la evacuación de la orina.
- Estranguria: es la micción dolorosa, gota a gota, con tenesmo (sensación de llenado de la vejiga e intentos de orinar, cuando en realidad está vacía).
- Periuria: orinar en lugares distintos al habituado para ello, fuera de la bandeja de arena.
- Polaquiuria: aumento del número de micciones, normalmente de escasa cantidad.
- Hematuria: presencia de sangre en la orina a simple vista (color rojizo) o microscópicamente.
- Lamido excesivo en la zona perianal.
- Cambios de comportamiento: se muestra agresivo o esquivo.
- Vocalización excesiva: maullidos, especialmente al orinar o defecar.
Síntomas de obstrucción urinaria en el gato
En el caso del FLUTD obstructivo parcial, el gato mostrará estranguria, pero si la uretra está completamente taponada, adoptará la postura típica para orinar, pero no conseguirá hacerlo, y maullará debido al dolor agudo. Muchos se lamen la zona perianal en un intento por aliviar el dolor. A veces, estos animales presentan estreñimiento porque sienten molestias al ir al arenero y lo evitan.
Algunos gatos obstruidos muestran signos de afectación más severa como vómitos, anorexia, debilidad, letargia, o pulso acelerado, ya que se suelen producir alteraciones de los electrolitos sanguíneos que afectan al riñón o al corazón. Es muy importante contactar con tu veterinario de urgencias ante los primeros síntomas de obstrucción.
Diagnóstico del FLUTD en los gatos
Es relativamente sencillo detectar un problema en las vías urinarias en base a la sintomatología referida por el animal, pero para averiguar la causa que lo provoca con el fin de ponerle remedio es necesario realizar algunas pruebas médicas:
- En primer lugar, tu veterinario recopilará información acerca de los cambios en el comportamiento de tu gato y los síntomas que has observado. Es importante recordar si hay variaciones en la frecuencia de micción, cambios en el color de la orina, si se lame la zona perianal, orina fuera de la bandeja, o si ha habido cambios en casa últimamente, como reformas, que puedan originar cierto estrés.
- A continuación, el experto tomará sus constantes vitales, palpará el abdomen para determinar la distensión y dureza de la vejiga, y explorará la zona de desembocadura de la uretra para ver si existe inflamación.
- Adicionalmente se debe realizar un urianálisis o estudio de la orina, valorando la presencia de sangre, cristales o infección en el gato.
- Si existe obstrucción, es importante realizar una analítica sanguínea para descartar daño renal y alteraciones en la concentración de electrolitos, ya que el desarrollo de hiperpotasemia puede conducir a arritmias cardíacas.
- Las pruebas de imagen, como la radiografía simple y la de contraste, permiten observar la presencia, tamaño y localización de urolitos (piedras). Mediante la ecografía abdominal se pueden ver cambios en la pared interna de la vejiga, como engrosamientos por inflamación, defectos anatómicos, coágulos o cristales.
- Para localizar focos hemorrágicos o masas se recurre a la cistoscopia, un procedimiento en el que se introduce una pequeña cámara en la vejiga para observar su interior.
Creado: 16 de febrero de 2018