Tratamiento y prevención de la depresión en perros
Veterinaria clínica de pequeños animales
Actualizado: 29 de julio de 2022
Permitir que tu perro desarrolle sus pautas de comportamiento normales es la mejor manera de prevenir la ansiedad y la depresión. Cubrir sus necesidades físicas y emocionales es vital para garantizar el bienestar animal de tu mascota, y es importante comenzar desde lo más básico. Proporciona una alimentación de calidad a tu perro, bien equilibrada, y ofrécele agua fresca y limpia en todo momento. Tu perro necesita salir a pasear al menos tres veces al día durante un tiempo variable, dependiendo de su edad, tamaño y nivel de actividad. Las salidas al exterior no solo se aprovechan para hacer sus necesidades, también para distraerse, ejercitarse, descubrir olores nuevos, y relacionarse con otros perros.
La parte psicológica también es muy importante. Jugar con él, cepillarle, o simplemente hablarle, le estimula y además refuerza el vínculo emocional que tienes con tu mascota. Ellos también disfrutan de nuestra compañía. Evita que pasen mucho tiempo solos, pero si esto no es posible por alguna circunstancia, puedes dejarle juguetes interactivos, como pelotas que se rellenan con pienso o puzles que, además de entretenerles, estimulan su cerebro. Si alguna vez no dispones de tiempo para pasearle o estar con él, puedes recurrir a canguros o cuidadores de mascotas, que acuden a pasear y jugar con tu perro cuando lo necesitas.
Tratamiento de los trastornos del comportamiento en los perros
Los perros son susceptibles de sufrir diferentes trastornos comportamentales, además de la ansiedad y la depresión, como el miedo, la agresividad hacia personas o animales, y trastornos compulsivos. Todos ellos deben ser tratados como tales para que nuestro perro goce de buena salud emocional. Tu veterinario habitual puede ayudarte a solucionarlos, y a veces es necesario recurrir a un etólogo, veterinario experto en comportamiento animal. Él te ayudará a diagnosticar y averiguar la causa de la depresión en tu perro para poder tratarla.
Una terapia basada en técnicas de modificación de la conducta suele requerir varias visitas al entorno del animal y una gran implicación por parte de los veterinarios y los propietarios, con buenas dosis de paciencia. Actualmente, la educación en positivo, con refuerzos y premios del buen comportamiento, está teniendo resultados.
En casos muy graves, puede resultar beneficiosa una terapia multimodal que incluya la administración de fármacos ansiolíticos o antidepresivos, aunque los resultados son variables y es preferible dejarlos como última opción. Como medidas terapéuticas complementarias a las terapia etológica de modificación de conducta, existen diferentes opciones. Una de ellas son las feromonas sintéticas, que imitan a las que las madres secretan cuando amamantan a sus cachorros, y que les produce una sensación de seguridad y serenidad. Son inocuas y se comercializan en diferentes formatos: spray, collar o difusores ambientales. También existen nuevas terapias como la homeopatía, las flores de Bach, o la acupuntura. Consulta con tu veterinario cuál sería la opción que mejor se adapta a tu perro.
Creado: 2 de diciembre de 2016