Tratamiento y prevención del moquillo canino
Veterinaria clínica de pequeños animales
Actualizado: 29 de julio de 2022
Actualmente no se conoce ningún tratamiento farmacológico para atacar al virus del moquillo canino y curar el distemper o enfermedad de Carré. Únicamente se lleva a cabo un tratamiento de soporte para ayudar al propio organismo del animal a combatir la infección.
En qué consiste el tratamiento del moquillo canino
En la gran mayoría de los casos es necesaria la hospitalización del perro. En esos casos, el aporte de fluidos por vía intravenosa es fundamental para evitar la deshidratación y suplementar con nutrientes al paciente con anorexia y diarrea. A medida que el perro comience a comer, se puede recurrir a alimentos específicos de fácil digestión y alta energía.
Las infecciones secundarias por bacterias oportunistas del tracto respiratorio y digestivo deben ser eliminadas con el uso de antibióticos. Los signos neurológicos, como las convulsiones, se tratan con fármacos anticonvulsivos. Para los mioclonos no existe tratamiento eficaz.
Si los signos nerviosos o las convulsiones empeoran o no se controlan, se puede plantear la eutanasia para evitar sufrimiento. Los perros con síntomas neurológicos que sobreviven podrían presentar como secuela la mioclonía (sacudidas involuntarias) durante meses, o indefinidamente.
Cuidados del perro con moquillo canino
Los perros que muestren signos respiratorios o gastrointestinales deben aislarse para evitar el contagio a otros animales. Es importante limpiar todas las secreciones regularmente. El virus es sensible a la mayoría de desinfectantes.
Durante la recuperación del perro con distemper, se puede utilizar una dieta digestible, de alta energía y muy palatable. Los suplementos alimenticios con vitaminas del grupo B, pueden ayudar a los perros que han superado los signos neurológicos para minimizar las secuelas.
Prevención del moquillo canino en los perros
La vacunación completa de los cachorros es fundamental para evitar la enfermedad. La primera dosis se administra a las seis u ocho semanas de edad, y se revacuna a las 12 y a las 16 semanas. Al año se repite una dosis y, posteriormente, se aplica una de recuerdo cada tres años.
Antes de la vacunación frente al moquillo, los cachorros deben estar correctamente desparasitados y no presentar signos de enfermedad infecciosa para que la inmunidad se desarrolle completamente.
No es recomendable el contacto directo con otros perros hasta no haber completado el calendario de vacunación. Además, los perros que han superado la enfermedad no quedan inmunizados de por vida, por lo que deben vacunarse tras un periodo de recuperación.
Creado: 26 de enero de 2018