Adicción a Internet y las tecnologías
Te contamos cómo podemos identificar si nuestros hijos, amigos o nosotros mismos estamos enganchados a la red, el teléfono móvil o las nuevas tecnologías y cómo podemos prevenir la adicción a Internet.

Adicción al teléfono móvil, síntomas y soluciones

Por: Maite Nicuesa Guelbenzu

Doctora en Filosofía y experta en coaching

Actualizado: 5 de mayo de 2023

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE),  el 66 por ciento de los niños (1.713.905) que tienen entre 10 y 15 años tienen un teléfono móvil –disponiendo de un terminal más del 90% en la franja de 14-15 años–. Llamar por teléfono es algo tan natural y cotidiano que pocas personas son de verdad conscientes de que también existe el riesgo adictivo.

Antes de comprar un smartphone a tu hijo hazte la siguiente pregunta: ¿De verdad lo necesita?

La adicción al teléfono móvil en los más jóvenes también muestra unos síntomas de alarma muy concretos que los padres pueden identificar:

  • El precio de la factura del teléfono aumenta de una forma desorbitada. Es mejor que los adolescentes tengan teléfono móvil de tarjeta y no de contrato. Así es más fácil limitar la cantidad de gasto.
  • La persona no deja el móvil de lado, ni siquiera, cuando está en un plan de grupo. Es incapaz de centrarse en la conversación porque solo se centra en el aparato. Para solucionar este tema, lo mejor de todo es que los padres, quiten el móvil a sus hijos antes de ir al colegio, en el tiempo de estudio y antes de ir a dormir.
  • El adolescente no se separa del teléfono móvil para comer, ir a clase o ir al baño. Se trata de una obsesión que altera su vida.
  • El móvil se convierte en un entretenimiento constante más que en un objeto de uso práctico para llamar por un motivo concreto. Lo mejor de todo es comprar al joven un teléfono sencillo que tenga únicamente las aplicaciones básicas para llamar y mandar mensajes.

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A modo de reflexión, conviene precisar que mientras que muchos padres compran un teléfono móvil a sus hijos para poder tenerles localizados y saber dónde están, en realidad, conviene retrasar la edad en la que el joven tenga su primer teléfono lo máximo posible. Los adolescentes cuando quieren no estar localizados cuando están con sus amigos, apagan el teléfono móvil. En ese caso, se produce un círculo paradójico y es que la ansiedad de los padres aumenta.

Es fundamental educar con criterio y no ceder ante el chantaje juvenil de “todos mis amigos tienen un móvil”. Antes de comprar un smartphone a tu hijo hazte la siguiente pregunta: ¿De verdad lo necesita?

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Creado: 15 de marzo de 2013

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