Aplicaciones de la terapia Gestalt
Actualizado: 22 de septiembre de 2022
A diferencia de una terapia clínica, la Gestalt se define como una terapia de acompañamiento, en donde la persona tiene las respuestas dentro de sí, y el terapeuta únicamente es un acompañante, una vez que le ha enseñado las herramientas de toma de conciencia y de responsabilidad sobre sus sentimientos, todo ello como parte de un proceso de autodescubrimiento y crecimiento personal.
De ahí que incluso los nombres de los participantes cambien, y el enfermo o paciente se convierta en cliente, ya que la relación que establece no tiene nada que ver con una situación en la que se acude a un profesional para que te cure, sino que se trata de ser ayudado para que uno mismo sea capaz de encontrar dentro de sí la solución, aprendiendo a tomar conciencia de lo que siente aquí y ahora, y a integrarlo con su realidad externa.
Durante las sesiones de terapia Gestalt se evita bucear en el pasado en busca de un trauma o problema que haya marcado al paciente, para centrarse en las dificultades y problemas que tiene hoy en día, con el objetivo de que aprenda a superarlos, identificando en primer lugar su parte de responsabilidad en ello, y asumiendo los sentimientos y pensamientos que le generan, para luego poner en práctica las habilidades comunicativas necesarias para superar cada situación.
Partiendo de una concepción holística del individuo, en donde los pensamientos, sentimientos y acciones interaccionan, se busca que la persona llegue a ser coherente, siendo consciente de sus sentimientos y de los pensamientos que estos le originan, así como actuando acorde a ambos, y todo ello sin perder de vista que se vive en un ambiente social en el cual debe desenvolverse.
Creado: 29 de noviembre de 2013