Autoestima en la adolescencia
Actualizado: 20 de octubre de 2022
Cada vez son más las personas concienciadas de lo importante que son unos adecuados niveles de autoestima para su bienestar emocional. La eficacia de los programas de prevención de problemas de autoestima ha potenciado esta idea. Estos programas se basan en la idea de que no hay que esperar a que el problema surja, sino desarrollar la autoestima desde antes. Tanto es así, que cada vez son más los colegios que incluyen estos programas entre sus actividades fomentando el desarrollo de la autoestima infantil. Desde ellos, tanto en niños como adultos, aunque de forma diferente, se aprende a desarrollar un diálogo interno positivo, a quererse a uno mismo y a afrontar los retos como un desafío y no como un estresor constante que nunca acabamos de resolver.
Y es que, llegados a la adolescencia, la autoestima se muestra como un valor básico, ya que es en esta etapa cuando desarrollamos nuestra identidad. Empezamos a pensar en lo que somos, en lo que piensan los demás de nosotros y en nuestras posibilidades y camino en la vida. Todo ello tiene mucho que ver con la autoestima.
Si se consigue forjar una autoestima elevada durante la adolescencia, es posible que los pasos que dé esa persona en su vida sean más firmes y seguros, con mayores probabilidades de éxito. Es más, una autoestima alta ayudará al adolescente que la posee a confiar más en sus virtudes y posibilidades, eso afecta a sus estudios: un joven con la autoestima baja puede que tenga peores resultados en las clases y los exámenes, ya que confía menos en sí mismo y piensa que para qué esforzarse si su trabajo no llegará a buen puerto. Al contrario, un muchacho con una autoestima saludable se enfrenta con más fuerza y ánimo a los retos y dificultades, es más autónomo, ya que su personalidad es más fuerte y no le asustan las relaciones sociales, y tiene un mayor sentido de la responsabilidad y el respeto por los demás.
Los amigos, los profesores, la familia y hasta los medios de comunicación tienen mucho que ver en la formación de esa autoestima, en que esta sea más alta o más baja. Por ello, conviene que, en especial los padres, los más influyentes en el niño a estas edades, le hablen y le traten con respeto, dejándoles expresar su opinión, y teniendo paciencia y comprensión cuando se equivoquen, sin caer en el insulto, la descalificación o gritarles delante de otras personas. Pero ojo, sobreprotegerles también puede ser contraproducente en este sentido. Así como tener demasiadas expectativas en ellos o demasiado pocas.
Creado: 14 de febrero de 2011