Qué es el coaching

Es muy probable que a lo largo de tu vida hayas sentido en algún momento la necesidad de un cambio. Puede que desearas un nuevo empleo, mejorar la relación con tu pareja, encontrarte mejor físicamente, ascender de puesto en tu empresa… Sin embargo, también es posible que no encontraras la manera de conseguir esos propósitos y finalmente cayeras en la frustración o el inmovilismo. Frente a esa sensación de incapacidad, el coaching es una de las técnicas que mejor pueden mostrarte el camino para alcanzar tus metas.

El coaching consiste en un proceso durante el cual un profesional (el coach) formula preguntas a su pupilo (el coachee) durante una conversación para que reflexione sobre su situación actual y encuentre por sí mismo las respuestas que le permitan conseguir sus objetivos. Este acompañamiento ayuda a las personas a explorar en su interior para encontrar su potencial, su talento y sus fortalezas, de manera que puedan resolver las situaciones que antes parecían inalcanzables.

Mientras una terapia pretende resolver conflictos relacionados con el pasado, el coaching analiza el presente para afrontar el futuro

Pero para que esta herramienta de desarrollo personal tenga éxito es fundamental la actitud. Si no existe una voluntad real de cambio o no se invierte el esfuerzo necesario para llevarlo a cabo, el coaching sirve de poco. Por ello, es imprescindible que el alumno interiorice que, como sostiene la principal premisa de esta disciplina, “el motor del cambio es uno mismo”.

Hay que tener en cuenta que este método no es una terapia psicológica ni un asesoramiento. Se trata de un acompañamiento en el que tanto el problema como la solución parten del alumno. Mientras una terapia pretende resolver conflictos relacionados con el pasado, el coaching analiza el presente para afrontar el futuro. Por otro lado, a diferencia del asesoramiento, en el coaching tanto los objetivos como los pasos a dar tienen su origen en las reflexiones del propio coachee y no del asesor.

Orígenes del coaching

Los orígenes del coaching (que significa ‘entrenamiento’) se encuentran en Estados Unidos, a mediados de los años setenta; aunque algunos especialistas en la materia aseguran que tiene influencias de filósofos como Sócrates, Aristóteles o Platón. En aquella década, esta técnica comenzó a aplicarse en el deporte para motivar a los deportistas frente a las derrotas o ayudarles a superar las frustraciones.

A partir de los años ochenta, ese procedimiento se trasladó al ámbito profesional, primero entre los ejecutivos, para ayudarles tomar las decisiones dentro de las compañías, y más adelante entre los empleados y equipos de trabajo de las empresas. Los resultados se mostraron tan positivos en este campo, que después fueron surgiendo nuevas especialidades del coaching aplicables a la vida personal o a la salud.

A lo largo de más de tres décadas, la popularidad del coaching ha crecido exponencialmente y se ha extendido desde Estados Unidos a prácticamente todas partes del mundo, con especial interés en Europa y América Latina.