Cómo aprender a perdonar
Actualizado: 28 de junio de 2022
Cuando alguien forma parte de nuestra vida será partícipe y responsable de muchos momentos buenos, pero también de momentos malos, y en algunos casos él o ella habrá provocado esa situación desagradable, o habrá dicho o hecho algo que nos cause dolor. Si tras una discusión familiar, una fuerte desavenencia con tu pareja o un problema directo con un amigo o compañero de trabajo, deseamos seguir manteniendo a esa persona a nuestro lado y apostar mínimamente por la continuidad de la relación, deberemos saber perdonar su ofensa, y estos consejos te pueden ayudar a aprender a pedir disculpas:
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¿Realmente quieres perdonarlo?
Esta pregunta y su respuesta parecen simples, pero realmente no lo son y marcan el punto de partida. Sin un deseo, motivación y reflexión interna sobre qué es lo que quieres hacer realmente, no tiene sentido avanzar en los siguientes pasos. Recuerda que no hay una respuesta correcta, y que no importa lo que harían otras personas en tu lugar o cómo te juzguen, porque solo tú tendrás que afrontar las consecuencias (para bien o para mal) de lo que decidas.
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Déjale que te exponga su error
Permite a la persona que te ha ofendido o ha hecho daño con sus actos o palabras que construya la historia, y te explique sus motivos y razones, aunque estos te aparezcan dantescos. Solo desde su perspectiva podrás comprender lo que hizo y por qué. Este hecho en sí no significa que apruebes su conducta, simplemente es la mejor forma de enterarte realmente de lo que ocurrió, evitando completarlo con tormentosas lagunas imaginarias que pueden ponértelo más difícil. Las intenciones que tuvo también son importantes.
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Contextualiza
Si el hecho ha ocurrido de forma aislada, o corresponde a una actitud adoptada en un periodo de tiempo concreto, es bueno que lo contextualices. Es decir, si el resto del tiempo habéis estado bien juntos, si no existen otros problemas similares o concurrentes, es importante no generalizar lo ocurrido a otras facetas de la relación. De lo contrario contaminarías la relación juzgándola por un hecho concreto y sin valorar otros factores que han sido positivos.
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Exprésale cómo te sientes
Hazle saber al otro cómo te ha afectado su comportamiento. Desde el respeto, habla abiertamente de cómo te ha hecho sentir. Recuerda que si lo que le digas (insisto, desde el respeto, no deseando hacer daño) le duele, tú no eres responsable de sus sentimientos. De igual modo que tú te gestionas el dolor de su error, la otra persona debe admitir tu dolor y asumir el suyo propio. Tienes permiso, y todo el derecho a sentirlo y manifestarlo.
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Promesas y acciones
Debéis hablar de qué medidas se van a tomar para que este hecho no vuelva a repetirse. Un simple perdón no basta. Es importante un cambio cognitivo; es decir, una propuesta de mejora por su parte, verbalizando qué medidas va a emprender para que no se repita, y para recuperar tu confianza.
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Opciones de mejora
Sugiérele opciones para que vuestra relación se vea reforzada con este hecho, o simplemente para poder superarlo. Es bueno que le hables de los beneficios que consideras que conllevarán estas opciones, y de las desventajas en caso de que no se cumplan.
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Sin perdón posible
Si tu respuesta al primer interrogante fue afirmativa, pero finalmente te das cuenta de que no puedes perdonarlo, recuerda que también tienes derecho a cambiar de opinión. Eres libre de vivir tu vida, tus emociones y decisiones. Házselo saber de forma respetuosa explicándole tus intenciones iniciales y tu imposibilidad para conseguirlo, y vive tu vida en paz y lejos del rencor, porque el resentimiento te impediría ser feliz o hacer feliz a otra persona.
Creado: 8 de noviembre de 2019