Ambición saludable
El deseo por alcanzar nuestros propósitos en la vida se considera ambición saludable, pero cuando es excesiva impide apreciar lo conseguido y genera insatisfacción. Descubre cómo puedes dirigir de forma positiva tu ambición.

Cómo guiar nuestra ambición para que sea saludable

Por: Dra. Vanesa Fernández López

Psicóloga, especialista en emociones

Actualizado: 29 de julio de 2022

El deseo de crecer y conseguir más es una motivación inherente al ser humano que tiene un objetivo saludable: satisfacer nuestra necesidad de autorrealización. Sin embargo, las excesivas pretensiones de algunas personas las alejan de este camino o lo convierten en una vertiginosa carrera de obstáculos que les impide disfrutar de lo que tienen. Estos consejos te ayudarán a tener una ambición saludable:

  • El primer paso es poder responderte al siguiente interrogante: ¿para qué? Desde el enfoque gestáltico, autores como Jorge Bucay, relacionan la respuesta a esta pregunta con el sentido de la vida, con las metas y el rumbo que trazamos para conseguirlas. Para que nuestra ambición sea saludable debe estar dirigida a algo, y ese algo debe ser conocido por nosotros. Si no somos capaces de verbalizarlo, probablemente estemos perdidos y esta pregunta aparecerá de nuevo en nuestra cabeza ante las posibles dificultades.
  • Para no perderte, comienza estableciendo tus metas. Para ello debes describirlas bien, operativizarlas. Por ejemplo, no se trata de decir “quiero un trabajo más estable”, sino que debemos ser capaces de indicar qué trabajo queremos exactamente. Cuánto más definido lo tengamos, mejor.
  • Traza un plan de acción: piensa cuáles son los objetivos intermedios para conseguir aquello que te propones, e indica qué tienes que hacer para conseguir esos objetivos. Por ejemplo si mi meta es montar una empresa, previamente deberé formarme, ahorrar dinero, elegir el tipo de negocio que me interese, etcétera. Para conseguir estos objetivos intermedios deberé adquirir los conocimientos académicos necesarios, seleccionar de dónde reducir el gasto o dónde solicitar financiación, informarme sobre las características de los negocios que me interesan…
  • Felicítate por los objetivos conseguidos y revisa aquellos a los que no accedes, porque es posible que te falten pasos intermedios que no has tenido en cuenta.
  • Para no caer en una espiral de ambición infinita debes tener claro cuándo parar. Para ello debes entrenarte para decirte “ha estado bien”, o “ya es suficiente”. Hay deseos que una vez satisfechos no tendrían por qué pararse ahí, la decisión la tomas tú, y también tú pones el freno cuando lo consideres oportuno, pero debes saber que, de no hacerlo, caerás en las redes de la insatisfacción continua a la que nos conduce la ambición tóxica.
  • Asume las dificultades como parte del juego; no puedes rendirte cuando las cosas van mal. Pensar que todo ha de salir bien o ser fácil es una creencia irracional que te conducirá a la frustración y la dependencia.
  • Céntrate en ti y sé feliz. Evita estar pendiente de cómo le va a los demás y no caigas en la trampa de ser feliz solamente si al otro le va peor o igual que a ti. Existen personas que basan su felicidad en la infelicidad del prójimo. La envidia y la rivalidad son dos de las emociones más tóxicas que ensucian el alma.

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Creado: 14 de junio de 2019

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