La soledad se suele asociar a sentimientos negativos, pero cuando es una opción elegida puede proporcionar un gran bienestar emocional. Descubre cómo aprovechar las ventajas de estar solo y evitar aislarse socialmente.
Si has escogida un estado de soledad por voluntad propia, y vives como piensas seguramente te encuentres cómodo con la decisión que has tomado, pero a las personas que no han elegido la soledad (porque se deba a miedos personales o situaciones estresantes, por ejemplo), o que en algunos momentos no se sienten tan a gusto como pensaban en esta situación, hay algunos consejos que pueden ayudarles a afrontarla.
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Estos son algunos tips para disfrutar de estar solos por elección y evitar caer en un aislamiento social:
Aceptación: si la soledad es elegida es fácil: tienes lo que quieres. Pero si por el contrario tu soledad es impuesta, intenta aceptarla, no te resistas ante ella. Decía Jung “Lo que se resiste, persiste. Lo que aceptas, se transforma”. Es decir, que no aceptar una realidad la hará más patente, mientras que aceptarla te ayudará a superarla.
Haz lo que siempre quisiste: piensa en todas aquellas cosas que no podías hacer cuando estabas acompañado, o que no podrías hacer si convivieras con alguien, y aprovecha para hacerlas y disfrutarlas.
Acostúmbrate a tomar decisiones: no tengas miedo a hacerlo por no tener a nadie que te pueda apoyar. Las personas que más confían en sí mismas son aquellas que toman decisiones solas, acierten o no.
No te aísles: elegir y aceptar la soledad no implica que no te relaciones con la gente. Intenta no perder de vista las relaciones sociales, apúntate a actividades o planes y cultiva momentos para compartir con los demás.
Busca compañía: cuando te sientas solo o necesites estar con gente no dudes en pedir ayuda. Uno puede desear vivir solo, pero no querer estar solo en un momento dado o ante determinadas circunstancias (una enfermedad, la muerte de un ser querido, una mudanza…).
Analiza cómo te sientes: si presentas alguno de los siguientes síntomas es posible que tu soledad no sea tan elegida como te parece: tristeza, vacío, sentimiento de soledad, sensación de aislamiento, ansiedad e irritabilidad. En tal caso, revisa tu situación valorando si realmente vives como deseas, y solicita ayuda psicológica si crees que el malestar persiste.