Bernabé Tierno
13 de agosto de 2013
Hacer frente a las situaciones que desestabilizan nuestra vida a través de la filosofía oriental de las artes marciales. Es la nueva llave maestra con la que el conocido psicólogo y escritor Bernabé Tierno nos anima a afrontar los problemas personales y las situaciones difíciles en su nuevo libro: ‘Kárate mental’ (Ed. Temas de Hoy).
Firme luchador contra el fracaso escolar y autor de más de veinte publicaciones de autoayuda, este premio ‘Paz del Mundo’ de UNICEF nos da algunas pistas para que ni el pesimismo de la crisis, ni las personas tóxicas, puedan con nuestra alegría de vivir. Es el momento de conocer su nueva propuesta de actitud vital ante los conflictos de nuestro día a día.
En tu nuevo libro aseguras que el ‘kárate mental’ se presenta como un manual de defensa ante los golpes que recibimos a lo largo de nuestra vida. ¿En qué consiste esta técnica?
La características principal del ‘kárate mental’ es que siempre se enfrenta con las manos abiertas y vacías, nunca esconde nada. Siempre que nos encontramos ante una situación difícil o una persona tóxica, la aplicación de sus principios se basan en resaltar de tal forma las virtudes del enemigo, que finalmente te lo traigas a tu terreno y no quiera quedar mal contigo. El adversario pensará “si resalta esa cualidad que yo sé que tengo y me cuestiona lo que hago mal, quizá me esté equivocando”. Existe una especie de vasos comunicantes que provoca que la persona que nos ha planteado la situación difícil se cree un conflicto consigo misma y establezca una comunicación con lo más positivo de sí misma, para diluir así progresivamente todo lo negativo. Lo que más me interesa de mi libro y de esta nueva corriente que intento instaurar es transmitir que hoy en día son necesarias formas más inteligentes de actuar ante la vida, y el kárate mental se basa en demostrar que, sin el uso de ningún tipo de violencia y a través de la potenciación de lo mejor del otro, conseguimos mejorar sus aspectos negativos.
Cómo afrontar la crisis económica y el acoso laboral
La situación que vivimos en la actualidad, de grave crisis económica, puede derivar también en una crisis de valores o una crisis vital para muchas personas, que deben afrontar duras dificultades que amenazan su bienestar emocional y el de sus familias. ¿Cómo deberíamos afrontar psicológicamente la sensación de pesimismo derivada de la crisis financiera?
Hay un principio básico en el kárate mental que se deduce en la expresión latina Suaviter in modo, fortiter in re: los problemas hay que abordarlos con firmeza, con total decisión, pero el ‘suaviter in modo’ son las formas, determinantes en la vida en sociedad. En el caso de una persona que haya perdido el trabajo, si le falta el ‘fortiter in re’, es decir, las ganas, la motivación en seguir buscando un empleo, de prepararse o mejorar el nivel de inglés, no conseguirá nunca nada. También es muy importante en estos casos ampliar el número de tus contactos, de las opciones disponibles. No podemos quedarnos en casa esperando a que alguien venga a solucionar mi problema, sino salir y trabajar en lo que sea.
Ese crecimiento personal interior es el que defiende el karateca mental: siempre está en el gimnasio, entrenando, la preparación es clave en el kárate mental –al igual que en el físico–. Cuando las cosas no nos vienen bien, debemos mejorarnos a nosotros mismos en el gimnasio, para recoger mejores resultados cuando volvamos a estar en competición. Una actitud siempre positiva en el karateca mental es determinante también para el crecimiento personal integral. El secreto está en ejercitarse para vivir el momento presente y no permitirse jamás pensamientos del tipo: "¡Qué asco de vida!" o buscar pensamientos negativos sobre el presente. El karateca mental se pone en lo mejor de cara al futuro y concita todas sus energías para vivir mejor y solucionar sus problemas.
Con la crisis y las dificultades del actual mercado de trabajo, se han acentuado en los últimos años los casos de acoso laboral. ¿Qué le aconsejarías a las personas que atraviesan esta situación y que, en muchos casos, no saben cómo actuar por miedo a perder su empleo?
El consejo fundamental que daría a todas las personas que se sienten en esta situación de acoso laboral es perder el miedo y plantearle al jefe, por ejemplo: “aunque yo puedo estar haciendo algo mal, el trato que estoy recibiendo por tu parte no es adecuado y me gustaría que me aconsejases sobre qué puedo hacer para mejorar”. Lo mejor es la comunicación, hablar. No podemos esperar a que sea el propio el jefe el que venga a interesarse por cómo nos sentimos dentro de la empresa. También podemos plantearle a los compañeros por qué ha cambiado la relación, pedirles ayuda con lo que yo llamo una actitud de ‘sano, sabio y santo descaro’. En estos casos hay que mantener una postura humilde, pero con dignidad y no dejarse nunca ser arrastrado por los suelos. Mientras no se produzca el despido, hay que luchar por lo que se quiere, defenderse y expresar el deseo de quedarse en la empresa y de mejorar para revocar esta situación.
En el kárate mental lo más importante son las buenas formas, el respeto al ‘adversario’, buscar sus mejores cualidades y, sobre todo, no tener nunca miedo a actuar
En el peor de los casos, si finalmente se pierde el empleo, es muy importante no venirse abajo, contemplar esta posibilidad y estar seguro de que siempre hay posibilidades ahí fuera: no está de más empezar a abrir horizontes laborales, enviar cuántos más currículos mejor, y comentar a todo el mundo tu situación y tus ganas de trabajar.
Otro tipo de acoso muy común durante etapas tempranas de nuestra educación es el ‘bullying’ o acoso escolar. ¿Cuál sería la actitud aconsejable ante este tipo de acoso que suele afectar a niños de corta edad?
Hace unos dos años llegó a mi consulta un caso de acoso escolar que sufría un chaval de once años con problemas de sobrepeso y al que sus compañeros de colegio martirizaban todos los días con insultos como ‘gordo’, ‘foca’, o ‘imbécil’. Durante año y medio este chico no podía salir al recreo por temor a los desprecios de sus compañeros. Cuando su madre me lo trajo, le dije que lo primero que tenía que hacer era quitarse ese miedo a salir al patio con sus amigos y darles a entender que si quieren burlarse, él mismo se lo iba a facilitar. Precisamente para ponerles en conflicto, preparé al chico para que les dijera: “a vosotros os encanta meteros conmigo y para vosotros eso –es decir, yo– es lo más importante y os hace perder todo el recreo. Yo he sido tonto por esconderme durante todo este tiempo, por lo que os propongo que me digáis todo lo que queráis, pero sólo durante cinco minutos. La condición es que no repitáis siempre los mismos insultos, sino que cada día tenéis que decirme cosas nuevas. Después de que os desahoguéis, me iré a jugar’. Esto desestabilizó a los acosadores, especialmente cuando el niño víctima del acoso se ofreció incluso a ayudar a sus acosadores con los deberes del colegio. Es un ejemplo de cómo se pasar al terreno de tu ‘oponente’ y de que éste se de cuenta de la incoherencia en sus actos.
Las personas que utilizan unas formas más suaves de conducta y comunicación no significa que sean blandos, sino que son mucho más inteligentes
Una actitud positiva ante la adversidad
El kárate mental se basa en un estilo comunicativo positivo ante el conflicto. Sin embargo, hay ocasiones en las que el estrés o la irritabilidad dificultan que mantengamos la calma. ¿Cómo podemos conseguir esa actitud positiva ante un determinado problema?
Ante el estrés, tenemos dos opciones: la primera se basa en permitir que se active el sistema nervioso simpático: nuestra parte más primaria, más visceral, los actos que realizamos sin pensar y que tienen que ver con nuestros ancestros; mientras que la segunda, controlada por el sistema nervioso parasimpático, se basa en el equilibrio, en el funcionamiento de la parte consciente y la calma a través de la activación de los lóbulos pre-frontales. Este proceso consigue que seamos prudentes y tengamos la suficiente entereza y frialdad como para pensar que ponerse al nivel del contrincante no nos permite obtener ningún resultado, sólo activa la parte más visceral de nuestro enemigo y nos convertimos en dos gallos de pelea.
Cada vez que perdemos el control, dejamos nuestra vida y nuestra felicidad en manos de los demás. Yo tengo que estar siempre al mando de mí mismo
Cuando alguien te insulta, te hace la vida imposible o te menosprecia, el problema lo tiene él y no tú. Tienes que pensar que si se mete contigo es porque tiene graves problemas que está focalizando en ti y que una reacción bien pensada, calmada y respetuosa puede ser incluso más contundente. Las personas que utilizan unas formas más suaves de conducta y comunicación no significa que sean blandos, sino que son mucho más inteligentes.
La ira o los enfados son también otro tipo de reacciones que muchas personas tienen ante las dificultades, ¿cómo afecta psicológicamente estar continuamente enfadado?
La reflexión que yo siempre traslado ante la ira es que cada vez que perdemos el control, dejamos nuestra vida y nuestra felicidad en manos de los demás. Yo tengo que estar siempre al mando de mí mismo. ¿Quién si no yo lo va a estar? Cuando conducimos y estamos al volante de nuestro coche, podemos girar a la derecha y a la izquierda, e incluso frenar cuando lo consideremos. Pero un coche sin control está siempre abocado a un desenlace fatal si no lo controlamos a tiempo. Es uno de los principios básicos en las artes marciales: la persona debe tener autocontrol y estar siempre tranquila y relajada.
En ocasiones, la dificultad de comunicarnos con el contrario es la raíz de problemas como la violencia de género. ¿Qué le aconsejaría a las mujeres que viven esta situación?
Me gustaría que cada vez hubiese más mujeres que fuesen ‘karatecas mentales’ porque se le pondría muy difícil a los hombres causantes de la violencia de género. Un planteamiento que estas mujeres deberían hacer a sus parejas sería mostrarle una foto de la boda y decirle: ”nos casamos hace siete años, mira esta foto porque entonces eras un encanto y yo soy la misma. No he cambiado a pesar de que ahora digas que no valgo para nada y me dejes en ridículo delante de la gente. Sabes perfectamente que todo lo que dices no es verdad y no entiendo por qué me tratas de esta manera. Espero que cambies, porque si no lo haces no pienso disimular y tratarte con cariño como si nada pasase. ¿Qué quieres de mí? Elige tú”. En ese momento se deja a la persona con la decisión en su tejado.
Me gustaría que cada vez hubiese más mujeres que fuesen ‘karatecas mentales’ porque se le pondría muy difícil a los hombres causantes de la violencia de género
En este caso puede ayudarnos una agenda en la que apuntar todo lo que nos dice, los insultos y una lista con las cosas que, según el maltratador, hacemos mal al cabo del día y enseñársela, mientras que podemos decirle: “yo quiero estar con alguien que me valore y me quiera. No soy nada de lo que ves ahí escrito, a pesar de que grites”. Generalmente, muchos hombres vienen a razón con ese tipo de argumentos, pero la ‘karateca mental’ debe saber retirarse a tiempo de esa persona, cuando lo único que le aporta es dolor.
¿Cómo debemos gestionar psicológicamente golpes psicológicos fuertes, como la pérdida de un ser querido o el acaecimiento de grandes catástrofes?
La aceptación de la realidad es la primera ley para el crecimiento personal. Cuando muere un hijo o has perdido el trabajo de toda tu vida, la reacción más lógica es llorar, lamentarse…, pero debes ser consciente de que todas las energías que pierdas sólo te harán más débil. Es normal acusar de una forma muy fuerte el duelo, pero inmediatamente hay que sobreponerse y pensar que desde que el mundo es mundo, el ser humano está acostumbrado a perder a familiares queridos o a quedarse en la calle de la noche a la mañana: es el pan nuestro de cada día. Yo siempre digo: ‘la mayor seguridad a la que podemos aspirar los seres humanos es a la de estar preparados para admitir la normal inseguridad en que todos vivimos día tras día’: en el momento en el que despertamos por la mañana estamos expuestos a un accidente, un infarto… Por ello, todo lo que tenemos que hacer es cuidarnos y estar convencidos de que tras la noche llega el día y tras la tempestad, llega la calma.
¿Cómo puede una actitud de kárate mental ayudarnos ante el padecimiento de una enfermedad?
He tenido durante todos mis años ejerciendo como psicólogo muchísimos casos de personas que vienen a la consulta con una enfermedad grave. Creo que cuando la persona es consciente de lo que puede ocurrir da por hecho lo que puede pasar, pero cambia de actitud y se dedica precisamente a vivir, a pesar de que le hayan pronosticado poco tiempo de vida, mejora de su enfermedad. Todas las fuerzas interiores de la persona, tanto físicas como emocionales y mentales, deben unirse en una misma sinergia positiva. Esto se ha demostrado en muchos casos de cáncer, en los que la enfermedad se ha ralentizado cuando la persona toma una actitud más positiva ante la vida.
La mayor seguridad a la que podemos aspirar los seres humanos es a la de estar preparados para admitir la normal inseguridad en que todos vivimos día tras día
El ‘milagro humano’ puede producirse si el enfermo se plantea comer de una forma saludable, hacer ejercicio, dejar de lamentarse, comienza a salir con los amigos y trata de llevar una vida lo más normal posible. Es un error caer en la trampa de ‘vivir muriendo cada día’. El miedo hace que en la mayoría de los casos las personas que sufren una enfermedad grave ‘vivan muriendo’, lo que facilita que su actitud negativa favorezca el avance de esa enfermedad. El poder mental es lo más importante.
¿Es cierto que hay determinados alimentos que potencian el equilibrio emocional y favorecen nuestro optimismo, alegría o nuestra calma? ¿Cuáles son?
Todo lo que suponga huir de las grasas animales, acercarse a la dieta mediterránea y no comer demasiado, resulta beneficioso. La alimentación es determinante para nuestro estado de ánimo. La fruta, el pan integral o la fibra pueden ayudarnos, incluso, a mejorar nuestro estado anímico. La clave está en comer cinco veces al día, pero siempre en pequeñas cantidades, para no cargar al estómago, así como respetar el horario de comidas y cenas. Hoy está demostrado que estos consejos relacionados con una alimentación sana, unidos a una actitud positiva de la persona, facilitan que ésta sea más longeva, evite depresiones y mantenga durante toda su vida una mayor energía. En este sentido, las verduras y frutas son determinantes; así como tomar mucho agua. No debemos olvidar un par de huevos a la semana y pescados, como la sardina. La fibra resulta también un alimento muy beneficioso para la actividad mental diaria.