Síntomas del estrés y del eustrés
Actualizado: 29 de julio de 2022
A los cambios físicos que desencadena el estrés que se describen en el apartado anterior, como insomnio, cefaleas o disfunciones sexuales, hay que unirles tal vez aquellos que lo retroalimentan e influyen en nuestra conducta diaria, y que son las sensaciones y pensamientos negativos que genera el estrés en general.
Entre ellos cabe destacar la sensación de indefensión, abatimiento, frustración, cansancio, irritabilidad, inseguridad, baja autoestima, ira, sentimiento de culpa, etcétera, todo ello acompañado por una sensación de bloqueo mental de la persona que dificulta la capacidad de toma de decisiones y que, por lo tanto, incrementa aún más las situaciones de estrés.
Por su parte, si bien como hemos dicho, el eustrés conlleva prácticamente los mismos cambios físicos que el estrés, a nivel emocional supone experiencias bien distintas a éste como el sentimiento de satisfacción, vitalidad, energía, sensación de crecimiento personal, optimismo e incremento de la autoestima y del sentimiento de confianza en uno mismo. La clave para diferenciar uno de otro es hacer una instrospección y darse cuenta de si lo que nos agobia y estresa es algo que deseamos o no, de esta manera podremos diferenciarlo de manera rápida.
El eustrés, por lo tanto, se ve acompañado de emociones positivas, además nos llena de una sensación placentera de impaciencia, como por ejemplo en el caso del eustrés en la espera de un hijo o de la compra de una casa. Estas sensaciones no sólo pueden mejorar nuestra calidad de vida sino suponer también un factor protector para la salud.
Creado: 24 de julio de 2015