Impacto emocional del coronavirus: pautas para mitigarlo

El coronavirus está suponiendo un impacto psicológico para todos. Sus consecuencias sanitarias, económicas y sociales se asocian a sentimientos de angustia, malestar emocional y alteraciones comportamentales. Aprende a manejarlo.
Concepto cuarentena del coronavirus

Concepto del impacto de la cuarentena y el aislamiento por el coronavirus. Ilustración de Boykotapaint

Por: Dra. Vanesa Fernández López

Psicóloga, especialista en emociones

Actualizado: 4 de mayo de 2023

El impacto del coronavirus en nuestra sociedad está suponiendo una crisis en nuestra salud, en la economía y en nuestro estado psicológico y costumbres sociales. Como es normal cuando la prioridad es la salud, nuestra vida, el primer paquete de información lanzado por las autoridades sanitarias, ha tenido como objetivo concienciar a la sociedad sobre la importancia de prevenir el contagio indicando las pautas de autocuidado. Al mismo tiempo, hemos sido informados de los síntomas del COVID-19 para poder detectarlo cuánto antes y de qué hacer en caso de padecerlo. Sin embargo, el incremento en el número de contagios y de fallecimientos por el virus, unido al confinamiento obligatorio, a las consiguientes restricciones de movilidad y a la necesidad del cambio de costumbres que esta situación lleva aparejada en un país en el que nos encanta juntarnos, hacer vida en la calle, acudir a actos colectivos, etcétera, está haciendo que además de una crisis sanitaria, el SARS-CoV-2 esté siendo causante de una crisis económica y psicológica.

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Respecto a la última, están siendo frecuentes los cuadros de confusión, ansiedad y estrés ante las circunstancias cambiantes que estamos viviendo estos días. Comprenderlos, normalizarnos y regularlos, te ayudará a gestionar esta crisis psicológica causada por el coronavirus que conlleva desde sentimientos de angustia –vinculados en muchos casos al confinamiento en las casas o incluso al hecho de tener que ir a trabajar con el riesgo de contagio presente– a un intenso malestar emocional o alteraciones del comportamiento. Para ayudar en esta tarea, y siempre velando por nuestro bienestar emocional, el  Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, ya ha publicado unas indicaciones para el manejo del impacto psicológico del COVID-19.

¿Qué emociones puedes sentir ante la crisis del coronavirus?

Es normal que ante una circunstancia anormal como la que estamos viviendo, sientas una serie de emociones que, si no las comprendes, puedes vivir como más desagradables de lo que son. Sin embargo, las emociones son nuestras aliadas, no nuestras enemigas, y por ello, lo único que pretenden es informarte de que algo está cambiando en tu mundo y que por lo tanto, se exige una estrategia de actuación por tu parte en una u otra dirección.

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Aislamiento por el coronavirus
Lo raro e inconveniente sería no sentir ningún cambio emocional o en nuestro comportamiento dada la situación que estamos viviendo en la actualidad, caracterizada por la ausencia de buenas noticias (cada vez peores de hecho), circunstancias cambiantes de un día para otro, e impacto negativo en nuestra sociedad; trabajo, familia, colegios, costumbres… todos ellos se ven afectados. Aunque te cueste creerlo, las emociones que “te hacen sentir mal” (por ejemplo la ansiedad o la dificultad para tomar decisiones) realmente están al servicio de tu supervivencia. Por lo tanto, ¿qué es normal sentir y no debes temer por ello?

Manifestaciones y causas de la crisis psicológica por el coronavirus

Manifestaciones normales

De qué me informan

Cómo me ayudan

Ansiedad y miedo

Están asociadas a la percepción de amenaza y a  la incertidumbre resultante de la información ambigua que recibimos o al no saber qué va a ocurrir debido al devenir de noticias que requieren un rápido ajuste en nuestras conductas y costumbres

Me impulsa estar pendiente de lo malo que pueda ocurrir para evitarlo (por ejemplo, lavarme las manos) o atacarlo (como puede ser, ir al médico si tengo síntomas)

Sentimiento de inseguridad, de falta de control, dificultad para tomar decisiones u organizarse

Nos informa de que los recursos que tengo disponibles no son suficientes para hacer frente a la situación, así como de que me faltan datos para poder manejarla

Nos impulsa a adoptar pautas que sí nos ayudan a aumentar esa sensación de control (por ejemplo, organizar el tiempo que esté en casa o pensar qué suministros necesito)

Sensación de vulnerabilidad

 

Aparece asociada a la falta de control. El COVID-19 ha sido un batacazo ante nuestra “ilusión” de control de la raza humana. El impacto de los síntomas en determinada población acentúa la sensación de vulnerabilidad

Nos invita a protegernos (por ejemplo no salir de casa, o juntarnos en grupo)

Tristeza  y sentimientos indefensión

Nos informa de pérdidas de lo que tenemos en la actualidad o de lo que podríamos tener en un futuro (ilusiones, expectativas). La indefensión se asocia a la sensación de la falta de relación entre nuestras conductas y las consecuencias. El aumento de las cifras del número de contagios aumenta nuestra sensación de indefensión

Nos paraliza para reflexionar sobre dicha pérdida ayudándonos a buscar soluciones (cuando se puede) o acciones que la mitiguen

Irritabilidad

Aparece cuando algo o alguien bloquea nuestros objetivos o viola nuestros derechos. El coronavirus nos ha bloqueado nuestro quehacer diario y nos impide estar con personas a las que queremos para no contagiarlos (como nuestros queridos mayores)

Nos ayuda a salir de conformismo y a luchar contra él. Facilita la aceptación de medidas para combatirlo

Ligera sensación de culpa

Asociada a la sensación de responsabilidad ante hechos negativos

Hace que seamos precavidos a la hora de contagiar a otras personas. Especialmente se potencia hacia nuestros seres queridos

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Es importante no asustarse por padecer estas emociones ya que ellas nos motivan para llevar a cabo sentimientos de protección (por ejemplo cierta dosis de ansiedad y preocupación nos hace que adoptemos medidas de protección adecuadas). Sin embargo, es posible que algunas personas se sientan sobrepasadas por la situación y estas emociones se desajusten en intensidad (la precaución les conduce a la angustia, a comprar compulsivamente) o bien aparecen emociones que lejos de ayudarles a adaptar la realidad, les desajusten de la misma. Entre ellas encontramos:

  • Crisis de pánico o elevados niveles de ansiedad que se mantienen en el tiempo
  • Depresión (llanto frecuente, tristeza intensa, culpa excesiva, indefensión elevada, etcétera)
  • Comportamientos compulsivos
  • Insomnio persistente
  • Pensamientos catastróficos recurrentes
  • Consumo de sustancias

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Si aparecen algunos de estos síntomas o el malestar emocional que sientes te resulta desbordante no dudes en solicitar ayuda psicológica. Actualmente se están llevando a cabo consultas por videoconferencia con la misma frecuencia y normalidad que las presenciales.

Persona aislada haciendo terapia online
Aunque no puedas salir de casa, hay muchos psicólogos que ofrecen terapias online para ayudar a reducir la ansiedad.

Qué puedes hacer para gestionar el malestar psicológico del COVID-19

Esto no es un consejo, sino una realidad que debes aceptar para que puedas llevar a cabo las siguientes recomendaciones; cuando vives circunstancias excepcionales, cambiantes, ambiguas y en el que el mundo que conoces hasta hoy es diferente, si no sufres ningún impacto emocional, estás enfermo.

Infografía: Cómo gestionar tus emociones por el coronavirus

Teniendo esto en cuenta, trata de poner en práctica las siguientes pautas para mitigar los efectos psicológicos que la crisis del coronavirus y el aislamiento y cambio de rutinas está provocando en todos nosotros:

  1. Normaliza tus emociones: no tengas angustia por sentirte angustiado. Como te hemos explicado anteriormente, cierta dosis de ansiedad te ayudará a afrontar esta situación.
  2. Trata de distraerte: es importante que te mantengas informado, pero no te centres de forma exclusiva en todas las noticias y conversaciones con los demás (redes incluidas) sobre el COVID-19. Escucha noticias siempre de fuentes fiables y originales siempre que te sea posible. Tu percepción de inseguridad y vulnerabilidad crecerá de forma exponencial, igual que tu ansiedad.
  3. Organiza tu vida de forma que tengas dosis de emociones positivas y estés distraído (por ejemplo, haz lo que te guste: ver películas, leer libros, jugar a juegos de mesa, etcétera).
  4. Intenta introducir alguna actividad física aunque permanezcas en casa: esto no solo mejora tu salud sino también tu estado de ánimo. Puedes buscar algún video que seguir. ¡Hace ya más de 30 años que se inventó con Eva Nasarre cuyos calentadores copiábamos todas las niñas!
  5. No olvides reír: la situación es difícil, lo sabemos, pero es importante usar el sentido del humor sin tener que ironizar ni herir a personas afectadas para las cuáles la situación puede ser muy grave.
  6. Céntrate en el aquí y ahora: no tiene sentido que te estés preguntando qué va a pasar dentro de 6 meses, ni estar pensando en la crisis económica, etcétera. Hoy se te piden solo dos cosas y te indican cómo hacerlo: prevenir los contagios y responsabilidad social. Lo que hagas hoy, impactará en eso que te preocupa de mañana.
  7. No dejes que los comportamientos compulsivos te desborden: controla las compras, el miedo al contagio (coronafobia), etcétera. El ser humano es un ser social en el que el aprendizaje por observación puede causar problemas para él y la sociedad. No hace falta más que ver cómo están los supermercados estos días llenos de gente que “por miedo a contagiarse” compraban todos juntos para llevarse la comida (y el virus) a sus casas. La palabra clave aquí es control para llevar a cabo conductas moderadas.
  8. Ten una rutina en tus pautas de sueño y alimentación, intentando que sean lo más parecidas posibles a las que tenías antes de la llegada a nuestras vidas del coronavirus.
  9. Solicita ayuda psicológica si toda esta situación te resulta desbordante. Las nuevas tecnologías han permitido que los psicólogos podamos hacer terapias online con normalidad por distintos medios telemáticos (Skype, videoconferencias, etcétera) que nos están permitiendo dar continuidad a las terapias ya iniciadas antes del COVID-19, así como ayudar a las personas que debutan actualmente con un cuadro emocional debido a ésta u otra circunstancia.

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Creado: 15 de marzo de 2020

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