Impacto psicológico de la DANA de Valencia: cómo gestionarlo
Actualizado: 11 de noviembre de 2024
La DANA de Valencia ha supuesto un antes y un después para sus víctimas, sus allegados y para todo un país, que sufre conmocionado el dolor de los habitantes de tan bonita tierra, de gente hospitalaria y que tan maravillosos momentos nos ha ofrecido, que ahora han tenido que enfrentarse a una catástrofe natural devastadora a nivel físico y psicológico. Algunos han sufrido pérdidas materiales como sus casas, sus enseres, sus recuerdos. Otros, además, han sufrido pérdidas humanas y lloran ahora por las personas que se fueron de forma inesperada.
Sentimos impotencia por no poder hacer más por vosotros, por no acudir a deciros uno por uno: “lo sentimos, estamos con vosotros”, y queremos dedicar este artículo, desde la noble afición a la lectura y el poder de las redes, para llegar hasta todos los que, por uno u otro motivo, estáis sufriendo los efectos de las inundaciones a consecuencia de la DANA: víctimas, allegados, personal de emergencias, voluntarios y observadores.
Queremos que comprendáis lo que estáis sintiendo, ayudaros a gestionarlo y que sepáis detectar señales que pueden poner en riesgo vuestra salud emocional y la de vuestros seres queridos. Si eres uno de los afectados y piensas que tu bienestar emocional ahora está en un segundo plano, te diré que es normal que lo pienses. Pero déjame decirte también que, si comprendes tu dolor y te orientan en su gestión, tu dolor se aliviará y verás cómo es posible volver a ser tú, a pesar de que este recuerdo forme parte de tu historia.
Impacto psicológico en las víctimas de la DANA
La DANA ocurrida en Valencia es entendida desde el campo de la psicología de las emergencias como un desastre natural que da lugar a alteraciones bruscas e intensas que afectan a gran parte de la población agotando las estructuras de asistencia. Todo ello supone una importante pérdida económica, un fuerte impacto psicológico y alarma general.
Si es que tienen una característica que las hace más superables en contraposición a los desastres generados por el hombre –por ejemplo, violaciones, accidentes de tráfico por imprudencias, atentados, etcétera– es que las segundas generaran un mayor dolor debido a la intencionalidad directa por acción u omisión de otra persona que ha generado la crisis.
Por ello, en los desastres generados por la mano del hombre al dolor de la crisis en sí se le une la rabia, el rencor y una agresividad que en muchos casos no se puede dirigir hacia las personas que los provocaron. De ahí la importancia de no buscar culpables en un desastre natural como la DANA, que nadie ha provocado.
A nivel psicológico, el impacto de un desastre depende de una serie de variables bien estudiadas, que son:
- El grado de predictibilidad del evento traumático; si se puede predecir y con cuánta antelación.
- Su probabilidad de aparición o repetición.
- Las causas que se le atribuyen; por qué creen los afectados que ha ocurrido.
- La capacidad de control; tiene que ver con la percepción de control sobre el impacto de lo ocurrido y para evitar que suceda de nuevo.
La combinación de estas causas altera nuestras emociones y nuestra salud mental. A pesar de que estos datos parecerían lo suficientemente objetivos para poder saber con exactitud las reacciones emocionales de los afectados, lo cierto es que no los son, ya que la forma de pensar de cada individuo puede situar el evento en puntos diferentes de una de las categorías anteriores.
Así, por ejemplo, habrá personas que pensarán que no se pudo predecir, mientras que otras piensan que esto sí era posible. Otros entenderán lo ocurrido como una circunstancia excepcional, mientras que otros temerán que vuelva a repetirse, etcétera. Por ello, es importante hacer el esfuerzo por no ver más horrible lo que ya lo es, buscando culpas o responsabilidades; nadie creó esa lluvia y todos hubieran querido que lo ocurrido se hubiera gestionado de tal manera que este desastre no hubiera existido.
Reacciones emocionales ante la DANA: signos de alarma
En una catástrofe hay víctimas primarias (quienes han experimentado la DANA, tanto heridos, como fallecidos e ilesos), secundarias (familiares y amigos de las víctimas), terciarias (personal de emergencias), de cuarto nivel (comunidad implicada) y de quinto nivel (espectadores de televisión o personas no afectadas, pero sí impactadas emocionalmente por el desastre). Todas ellas deben saber el panorama emocional al que se enfrentan.
Si eres uno de los afectados, especialmente, primarios y secundarios (víctimas y allegados) es importante que comprendas cómo te estás sintiendo en este momento. Ver ciertas reacciones como normales o esperables te puede ayudar a encontrarte mejor y a no intensificar reacciones ante la falta de comprensión de estas. Así mismo, si no eres una de las personas directamente afectadas, pero sí las tienes cerca o quieres ayudarlas, es bueno que conozcas las reacciones normales o esperables, así como las que no lo son, para valorar la necesidad de ayuda psicológica especializada.
La DANA ha supuesto un evento traumático e inesperado que puede estar causando en ti diferentes alteraciones emocionales. Estoy segura de que muchas de ellas son normales, pero, si no las conoces, el propio miedo y desconcierto al experimentarlas puede intensificarlas. Así pues, es normal que los días posteriores a la DANA experimentes:
- Incertidumbre, ansiedad, miedo a que se repita o a las consecuencias de esta.
- Indefensión.
- Llanto.
- Disminución de la efectividad de los procesos cognitivos; dificultad para pensar, tomar decisiones, mantener la atención, dificultad para recordar, etcétera. Es normal sentirse enlentecido y aturdido.
- Disminución de las estrategias de afrontamiento; sensación no saber cómo actuar y de sentirse bloqueado.
- Irritabilidad.
Reacciones emocionales a las que prestar especial atención
Será importante considerar la intensidad, el momento en el que aparecen y la duración de estas reacciones para valorar su evolución. Sin embargo, es posible también que experimentes otro tipo de reacciones por las que merece la pena solicitar asistencia especializada en salud mental. Debes conocerlas, pues cuanto antes las gestiones más fáciles será recuperar la normalidad. Pide ayuda psicológica si tras la DANA experimentas:
- Agitación.
- Inhibición o estupor.
- Negación de lo ocurrido, no aceptación de las pérdidas.
- Oposición; negativa a recibir cuidados médicos, aceptar cambios de residencia, etcétera.
- Culpa.
- Embotamiento afectivo; sensación de no poder experimentar ninguna emoción.
- Pánico.
- Ira o agresividad.
- Ideación de suicidio.
Consejos para afrontar psicológicamente los efectos de la DANA
Haber sufrido y seguir sufriendo los efectos de la DANA es simplemente devastador. ¿Cómo no te vas a sentir mal? ¿Quién tiene derecho a pedirte que relativices y “seas fuerte”? No tienes que relativizar ni hacerte el fuerte. Tienes todo el derecho del mundo a sentirte destrozado, mal, aturdido y con miedo, pero también quiero que sepas que Valencia recuperará su color y también lo recuperará tu alma. Quiero darte algunos consejos para ello:
- Ten presente las emociones de las que hemos hablado en el punto anterior porque te será útil para dos cosas. La primera, normalizarlas: no te asustes por ellas. La segunda, para solicitar ayuda si tus reacciones están entre las patológicas. Si es así, cuanto antes pidas asistencia existirá un menor riesgo de desarrollar patología emocional, como los trastornos de ansiedad, la depresión o el trastorno por estrés postraumático.
- El primer apoyo es el de los tuyos; mis compañeros están a tu lado en estos momentos para ofreceros el apoyo psicosocial que necesitéis. Psicólogos y trabajadores sociales de diversas instituciones como Cruz Roja, el Colegio Oficial de la Psicología, Psicólogos sin Fronteras, Protección Civil, Psicólogos de la Red Sanitaria Pública, etcétera, están allí entre vosotros porque sabemos que el apoyo psicosocial inmediato es crucial para reducir la probabilidad de padecer trastornos psiquiátricos. Por eso, y porque quieren estar a vuestro lado. Pero su apoyo no sustituye en ningún caso al de tus seres queridos. Tu familia, tus amigos, tus vecinos… son tu principal fuente de ayuda. Mantente a su lado y, juntos, aceptar el apoyo psicosocial que os están ofreciendo.
- Jamás te automediques; no consumas medicación sin que un profesional te la prescriba, ya que se debe ser cuidadoso con el consumo de cualquier tipo de medicación, especialmente los psicofármacos.
- Cuida la alimentación e intenta descansar. No se puede tener un buen estado emocional sin una buena salud física.
- Evita sobreexponerte a las imágenes. Esto no solo es recomendable para los afectados de primer nivel, sino también para la población en general. Ya sabemos lo que ha pasado. Evita visualizar imágenes violentas o que arrojen más dramatismo todavía al que ya hay. Es especialmente importante proteger de estas imágenes a los niños, ancianos y personas psicológicamente vulnerables.
- Habla de ello, sin forzar y si te apetece. Apóyate en los que han vivido lo mismo que tú y compartid emociones.
- Ahora mismo es difícil porque la situación de desastre natural es posible que aún no te lo permita, pero trata de incorporarte a tus rutinas cotidianas en cuanto te sea posible.
- Las familias (sobre todo aquellas con niños) deben mantenerse juntas siempre y cuando no exista riesgo físico o dificultades de atención. Si los padres no pudieran hacerse cargo de los niños por fallecimiento, desaparición, lesiones físicas o emocionales, deberán quedarse con los familiares o personas más cercanos para ellos, entendiendo esa cercanía más que por el grado de consanguinidad, por aquellos que estén presentes en el día a día en la vida de los pequeños.
Consejos para ayudar a las víctimas de la DANA a nivel emocional
Somos muchos los que sentimos el dolor de las personas afectadas en estos momentos. A muchos nos hubiera gustado coger el coche para devolver a Valencia la ayuda que nos ha brindado a lo largo del año cuando nos acoge con sus playas y sus gentes. Pero no podemos hacerlo de forma desorganizada. El deseo de ayudar es magnífico, pero las masas de voluntarios sin organización pueden resultar caóticas y entorpecer el trabajo de los que ya están allí. Por eso, si quieres ir a ayudar, contacta con una de las instituciones que ya lo están haciendo para ofrecer tu colaboración y acudir si así te requieren.
El apoyo psicosocial ya se está impartiendo desde hace más de una semana en Valencia. Un estudio realizado tras el 11-S puso de manifiesto cómo el apoyo psicosocial debe ofrecerse antes de las 48h desde el evento traumático para que se reduzca de forma significativa la probabilidad de padecer trastornos de ansiedad, depresión y trastorno por estrés postraumático.
La situación física de cómo han quedado ciertas zonas de Valencia tras el desastre natural ha dificultado el acceso de los especialistas, pero no lo ha impedido; por eso, los equipos de apoyo psicosocial están ya al lado de los que están sufriendo y el Ministerio de Sanidad pondrá en marcha una intervención en salud mental que contará con 14 equipos multidisciplinares para atender las necesidades psicosociales de todos los afectados, ya que, aunque no les pueden quitar el dolor, sí pueden aliviarlo y, además, identificar cuanto antes a las personas que requieren un tratamiento especializado.
Si tú no formas parte de ninguno de estos equipos y no tienes formación en primeros auxilios psicológicos, pero estás al lado de alguna de las víctimas, quiero que sepas que eres tanto o más importante que ellos. Que el “estar al lado” para lo que “se te pueda necesitar” es un 90% de lo que necesitan las víctimas en este momento. Es posible que te sientas inútil por no saber qué decir, desbordado por su dolor…, pero te equivocas, eres útil y el dolor se lo alivias con tu presencia. No obstante, te damos unos consejos que te proporcionan herramientas para saber qué hacer:
- Permítele hablar de lo ocurrido, pero, si no lo hace, no le fuerces a ello. Basta con que indagues en su estado emocional preguntándole: ¿Necesitas algo? ¿Cómo te encuentras? ¿Has dormido bien?
- Ayúdale a normalizar sus emociones, permítele expresar su dolor, teniendo en cuenta lo que he explicado anteriormente. De la misma manera, anímale a pedir atención psicológica si crees que sus reacciones emocionales le están desbordando o expresa la idea de quitarse la vida.
- No es el momento de emplear frases como “al menos tú estás vivo”, “no lo has perdido todo”, “anímate”. Claro que todo va a pasar, pero ahora mismo no puede verlo y este tipo de expresiones pueden hacer que no se sienta comprendido.
- Intenta que coma y descanse, así como que deje de ver imágenes sobre lo ocurrido.
- Si tiene que tomar algún tipo de medicación estate pendiente de que lo haga, pues ahora puede olvidársele con facilidad.
- Ayúdale progresivamente a que se reincorpore a su vida cotidiana; sin forzar, pero animándole.
- Intenta fomentar a la reagrupación familiar; trata de que se ponga en contacto con sus familiares.
- No hables de culpas, ni fomentes los sentimientos de ira.
- Háblale de otras cosas (de qué vas a hacer, de tus propios planes, etcétera) sin saturar, pero para conseguir sacarle, aunque sea por unos minutos, de sus pensamientos negativos.
- Si ha sufrido el fallecimiento de algún familiar no le fuerces a retirar sus cosas; si no quiere hacerlo ahora no es necesario; ya lo hará a su ritmo y a su manera.
- Si estás al lado de alguien cuyo familiar haya desparecido no le intentes animar con falsas esperanzas. Sabemos que a medida que pasan los días tras la desaparición las probabilidades van empeorando.
Unas palabras a los especialistas de Apoyo Psicosocial en la zona
No me gustaría acabar este tema sin recordar a mis compañeros de los equipos de emergencia la importancia de cuidar desde el autocuidado. Como participante en otras situaciones de crisis soy consciente de lo rápido que pasan las horas intentando ayudar a los que más sufren. De lo difícil que resulta separarse de ellos. Cuesta marcharse y dejarlos con su dolor, te sientes egoísta. Pero os tengo que recordar que debéis descansar para poder volver con toda vuestra experiencia, energía y humanidad para seguir apoyándoles al día siguiente. Respetad los turnos.
Quiero recordaros que la gestión de una crisis, como ya sabemos, supone un antes y un durante, pero también un después. Dejadme que os recuerde que llaméis a lo largo del día a vuestras familias, a vuestros amigos, a vuestras parejas, que están pensando en vosotros. Esta llamada no solo les ayudará a ellos, sino a vosotros mismos a resituaros en vuestra propia realidad.
Compartid vuestras experiencias y emociones con vuestros compañeros de equipo. Sabéis que luego deberéis someteros a los Debriefing que ya están preparándose para el cuidado de los intervinientes. Y quiero deciros también que los que no podemos estar allí, estamos con vosotros y muy orgullosos de vuestra labor.
Valencia, ahora lloramos vuestras pérdidas, pero estamos con vosotros. Que nuestro apoyo y la ayuda que os llegue sirva de agradecimiento a todo lo que nos dais durante el año. Florecerán vuestros naranjos y seguiremos viendo brillar el sol sobre el inmenso mar Mediterráneo.
Creado: 11 de noviembre de 2024