Miedo al qué dirán: claves para superarlo
Actualizado: 20 de septiembre de 2022
Los seres humanos somos animales sociales y como tal nos gusta ser queridos, respetados, y aceptados por el resto de los miembros de nuestra especie. Tanto es así, que el gran psicólogo Abraham Maslow señalaba la necesidad de reconocimiento y aceptación como uno de los factores clave para alcanzar la autorrealización. Los intereses evolutivos explican en gran parte esta necesidad ya que, a lo largo de la evolución de la humanidad, el ser humano ha tenido más probabilidades de sobrevivir en grupo que de forma aislada, donde podría ser depredado sin defensa alguna.
Aunque en la actualidad los depredadores han cambiado (en lugar de bestias salvajes pueden ser jefes, suegras o vecinos), no nos viene nada mal tener apoyos para combatirlos. Sin embargo, algunas personas convierten su deseo de aprobación en un auténtico yugo que les conduce a estar constantemente preocupados por lo que otros piensan de ellas y a vivir pendientes del qué dirán, hasta el punto de que actúan más según lo que “creen” que puede ser mejor visto por los otros, que como a ellos mismos les gustaría actuar.
Este hecho, el miedo al qué dirán, frecuentemente esconde unos niveles patológicos de necesidad de aprobación constante, cursa con baja autoestima, ansiedad, tristeza y aislamiento. Además, lejos de conseguir que el resto de las personas les aprueben más, lo que consiguen es perder su genuinidad, deteriorando en muchos casos sus relaciones sociales.
¿Por qué surge el miedo al qué dirán?
Cuando la necesidad de aprobación por parte de los demás se asocia al miedo al qué dirán sobre nosotros y a la ansiedad constante ante la posibilidad de rechazo, estamos ante un problema que puede alterar nuestras emociones y comportamiento.
Veamos cuáles son las causas que originan ese miedo al qué dirán:
- Ansiedad de evaluación. Es la principal causa de este problema. Es normal que todos sintamos un poco de ansiedad cuando nos exponemos a la opinión de otras personas. Esta ansiedad es beneficiosa para que nos percatemos de las reacciones de los otros ante nuestros actos u opiniones, ayudándonos a regular nuestro comportamiento en situaciones sociales, pero cuando los niveles de ansiedad de evaluación son demasiado elevados, en lugar de ayudarnos, nos obstaculizan, ya que estamos más pendientes de lo que digan o piensen los otros de nuestra conducta que de nuestros propios deseos y opiniones.
Hay personas a las que su ansiedad de evaluación les afecta solo a lo que respecta a qué dirán de ellos los grupos (por ejemplo, grupo de amigos, familiar, compañeros de trabajo, gente nueva). A otras les importa más el qué dirán personas concretas (por ejemplo, su jefe, su suegra), por lo que dicha ansiedad de evaluación actúa más a nivel de ansiedad interpersonal. Aquellas personas que sufren este temor al qué dirán en grandes grupos sufren ansiedad social, que puede convertirse en fobia social. - Deseabilidad social. Es el deseo de ajustar nuestro comportamiento de cara a los demás en función de lo que socialmente está bien visto. Tener ciertos niveles de deseabilidad social nos ayuda a adaptarnos al grupo, pero cuando es demasiado elevada cursa con importantes niveles de ansiedad y una falta de genuinidad que los demás leen como “falsedad”, por lo que se corre el riesgo de ser rechazado.
- Factores socioculturales. Afectan al temor a lo que piensen los demás de nosotros. La época, el lugar, la cultura y el estatus social en donde nos encontramos inmersos marcan lo que está bien y lo que está mal, y la necesidad de ser mejor o peor visto por los otros. En los pueblos o lugares con pocos habitantes el miedo al qué dirán es más acusado que en las grandes ciudades, donde la opinión que tengan los otros de mí no es tan importante por la falta de frecuencia de los contactos.
Así mismo, las personas más expuestas a la opinión pública o con estatutos sociales más elevados muestran un mayor temor al qué dirán por su exposición continúa a la crítica de los otros.
Consecuencias de tener miedo al qué dirán: cómo te afecta
El miedo al qué dirán se acompaña de mucho sufrimiento, tanto para quien lo padece, como para los que lo acompañan, ya que en muchos casos el afectado extiende este temor hacia los otros, por ejemplo, insistiendo en que sus hijos adultos vayan bien vestidos, o en que su pareja se comporte de una forma determinada ante la presencia de los demás. Las principales consecuencias de este temor a la opinión ajena son:
- Ansiedad y frustración. Los efectos que tiene a nivel emocional y de la personalidad son niveles elevados ansiedad y de frustración. La ansiedad aparece ligada a la incertidumbre de no saber exactamente qué están pensado los demás sobre nosotros, mientras que la frustración se relaciona con no ser capaz de gustar todo lo que desearíamos, o de lograr la aprobación de los otros.
- Tristeza y sensación de estar solo. Habitualmente a los sentimientos anteriores los acompaña la tristeza y la sensación de soledad por no sentirnos realmente “acogidos” por nadie, ya que la idea de perfección en cuanto a la opinión de los demás es difícil de alcanzar.
- Intolerancia. En lo que respecta a su comportamiento, las personas con temor al qué dirán pueden comportarse de dos formas distintas. Por un lado, la conducta de algunos resulta insoportable para las personas de su entorno porque no solo quieren controlar lo que ellos hacen, sino lo que hacen los que les rodean, con el fin de que “los demás no hablen…”. Suelen ser personas controladoras, rígidas, habitualmente amargadas, y con poder sobre los que los rodean. Además, ellos mismos suelen actuar de forma crítica hacia los otros; es decir, temen que les hagan lo que ellos mismos hacen.
- Inhibición. En el otro extremo estarían las personas pasivas o inhibidas, que van “de puntillas” con el fin de que no se note su presencia en ninguno de los ámbitos de su vida para “no dar de qué hablar”. Suelen ser individuos poco asertivos, que no muestran su opinión ni preferencias para evitar exponerse al juicio de los otros. Es importante saber que tanto si se elige una opción, como la otra, su temor se acaba cumpliendo. Al final, la gente habla mal; por insoportables, o por desconcertantes. ¿No será mejor superar el miedo a lo que digan los otros y ser tú mismo?
Cómo superar el miedo al qué dirán: 8 claves para liberarte
Como hemos visto, el temor al qué dirán llega a alterar tanto tu comportamiento que al final puede facilitar el hecho de que tu miedo a ser rechazado se cumpla. Te vamos a dar las claves para superarlo y liberarte de la necesidad de aprobación por parte de los demás:
- Acepta que no se puede caer bien a todo el mundo. El deseo de aprobación es un deseo infantil que no responde tanto a una necesidad adulta. Una cosa es preferir caer bien, y otra necesitarlo.
- Intenta relajarte y emplea el humor a la hora de relacionarte con los otros; verás que de esta forma no te tomas tan a la tremenda la desaprobación del otro.
- Asume la crítica como algo que te ayude a construir; a las críticas destructivas hay que ignorarlas, mientras que a las constructivas debemos atenderlas. No te tomes a mal cuando alguien te hace una crítica para ayudarte a mejorar. Es bueno que la gente sea sincera con nosotros.
- Trabaja tu autoestima y la seguridad en ti mismo. Tú eres tan válido como los demás, no te compares y aprende a reconocer y aprovechar tus cualidades y a actuar de acuerdo a tus principios.
- No te calles ante una ofensa. Si te molesta algo que han dicho sobre ti, comunícalo; no es bueno que te aguantes el resentimiento. Expresa siempre tu malestar de forma respetuosa a pesar de que la otra persona no lo haya hecho, juzgándote de forma inadecuada, pero si lo que ha dicho o su forma de juzgarte te ha molestado tienes derecho y es conveniente que lo expreses, porque a veces al miedo al qué dirán se le une el autorreproche por tolerarlo.
- Expresa y defiende tus opiniones sin tratar de imponerlas. Habla con mensajes que empiecen por “yo creo que”, “en mi opinión”, “desde mi punto de vista”, “pienso que”…. No deberían juzgarte cuando no te estás metiendo con nadie ni imponiendo nada, sino simplemente hablando desde tu forma de ver las cosas.
- Sé tú mismo. Muéstrate como eres y no tengas miedo a exponerte en cierta medida. Habla de cosas tuyas que no sean demasiado privadas para que las personas con las que te relacionas te conozcan mejor y puedan decidir si desean intimar más contigo, o no. No podemos elegir a la familia, pero sí a los amigos.
- Busca ayuda profesional. Si te sientes demasiado bloqueado a la hora de expresar tu opinión y mostrarte tal y como eres acude a una psicoterapia que te ayude a adquirir habilidades sociales especialmente dirigidas a adoptar un estilo de comunicación asertivo, así como hacer y responder a las críticas.
Creado: 2 de septiembre de 2022