Alcoholismo en la pareja, claves para manejar esta adicción
Actualizado: 20 de octubre de 2024
El alcoholismo no es un vicio, sino una adicción y, como tal, es una enfermedad mental. Esto es lo primero que debes tener en cuenta si tu pareja es alcohólica. Es necesario que el enfermo lo sepa para que tome conciencia de su problema y recurra a un tratamiento especializado, mientras que para su pareja esta información evitará que al dolor que le provoca esta situación y sus consecuencias se añada la creencia de que el alcohólico tiene la intención de perjudicar o hacer daño.
Esta grave enfermedad muchas veces está infradiagnosticada por dos motivos. En primer lugar, porque en nuestra cultura no está mal visto beber y el alcohol se consume en el ámbito de las celebraciones, como elemento de reunión y de evasión: ¿quién no ha brindado con una copa, o se ha “tomado” un trago para recuperarse de una discusión o un disgusto que le ha generado tensión?
Por otro lado, el alcohol es una droga legal y muy accesible y, si no se ejerce un control personal, progresivamente su consumo se puede ir haciendo cada vez más indispensable, dando lugar al alcoholismo, que además de la adicción en sí supone otros problemas como los accidentes de tráfico, los accidentes y bajas laborales o actos agresivos, entre otros.
A esto se añade el impacto que este tipo de problema y sus consecuencias tienen sobre las personas que conviven con el alcohólico, como es el caso de su pareja. Es importante que en el tratamiento y rehabilitación de este tipo de pacientes se tenga en cuenta a la pareja, que debe saber tanto sobre la enfermad como la persona alcohólica, además de facilitarle herramientas para que sea capaz de hacer frente al problema en los episodios de consumo, apoyar en la abstinencia y ayudar en la prevención de recaídas.
Cómo saber si tu pareja es alcohólica
La Organización Mundial de la Salud define el alcoholismo como “cualquier deterioro en el funcionamiento físico, mental o social de una persona, cuya naturaleza permita inferir razonablemente que el alcohol es una parte del nexo causal que provoca dicho trastorno”. Es decir, lejos de la imagen prototípica que tenemos de la persona alcohólica tirada en la calle, existen diferentes grados de alcoholismo dependiendo de la interferencia o el impacto que tenga en el funcionamiento del paciente, de cómo interfiera en su ámbito social, familiar, laboral, académico o personal.
Algunos alcohólicos no reconocen serlo (o sus parejas no lo ven como tal) porque su trabajo u otras áreas no se ven afectadas de forma importante, pero basta con que la persona no tenga control sobre el consumo para que estemos ante un problema de alcoholismo, aunque sea de forma incipiente.
Por otro lado, tanto el alcohólico como su pareja deben tener en cuenta que como en cualquier adicción operarán dos parámetros: se perderá tiempo en el consumo de la sustancia y esto impactará en la vida del paciente y su familia (por ejemplo, salidas con amigos o mal estado a la hora de tomar decisiones o cuidar a sus hijos, llegar tarde a casa, etcétera), y progresivamente se desarrollará una tolerancia al alcohol que hará que cada vez se necesite beber más y aparezca un malestar importante cuando le falte, lo que se conoce como síndrome de abstinencia.
Es posible que incluso aunque estés leyendo esto te cueste reconocer a tu pareja como una persona alcohólica; por ello, fíjate si tiene estos comportamientos que son signos de alarma que te ayudarán a darte cuenta:
- Encuentra fácilmente una justificación para beber y cuando lo hace te dice que no es para tanto.
- Se muestra frecuentemente irritable.
- Tiende a negar u ocultar que ha bebido ante las muestras de tu desacuerdo.
- En algunas ocasiones (o varias) bebe a solas.
- Se encarga de que, de alguna manera, siempre haya alcohol en casa.
- Se producen cambios en sus hábitos diarios para consumir alcohol: sale con amigos a beber, se acuesta más tarde o con horarios desorganizados, cambio del grupo de amigos, etcétera.
- En los casos más graves empieza a haber una pérdida de las relaciones sociales (o se relaciona con amigos que beben a su mismo nivel), aparece un deterioro físico en lo que respecta al autocuidado, e incluso medidas de higiene o de su estado de salud (ansiedad cuando no bebe, temblores frecuentes, mareos, sudoración excesiva).
- También a nivel psicológico aparecen alteraciones como la impulsividad, los celos, las dificultades de concentración o memoria, que pueden fomentar olvidos o provocar accidentes, alteraciones del humor, e incluso en personas predispuestas la aparición de brotes psicóticos.
Impacto del alcoholismo en la relación de pareja
Si has leído hasta aquí no te resultará difícil deducir el enorme impacto que tiene el alcoholismo en la vida de pareja. El dolor emocional y las discusiones frecuentes son una constante en la vida de las parejas donde uno de los miembros es alcohólico. La pareja de una persona alcohólica sufre un importante malestar emocional como tristeza, ansiedad ante la llegada del nuevo episodio de consumo, vergüenza porque la gente vea a su pareja bebida, soledad, aislamiento, frustración y enfado.
Si hubiera que resaltar dos emociones como las más presentes en las parejas de los pacientes alcohólicos, éstas serían la culpa y la vergüenza.
- Culpa por creer que ellos podrían hacer algo por resolver el problema, por creerse responsables del mismo o por considerar que podrían haber evitado el consumo o no haberlo precipitado. Esto es un gran error, pues el responsable de su adicción es el paciente.
- Vergüenza porque los demás vean así a su pareja. Una vergüenza que va más allá del qué dirán y que incluye preocupación porque otros familiares –y especialmente lo hijos– sean conscientes del grave problema. Esto los lleva, también por error, a ocultar los episodios de consumo y sus consecuencias, además de sentir elevados niveles de ansiedad y miedo ante situaciones sociales donde puede desencadenarse un episodio de bebida.
No es de extrañar que estas emociones desemboquen en problemas psicopatológicos importantes como los trastornos del estado de ánimo, los trastornos de ansiedad, conductas autolesivas, e incluso adicciones. Lejos de lo que a primera vista pueda parecer, la ruptura de la pareja no siempre sucede, ni siquiera es lo más frecuente. Muchas parejas de pacientes alcohólicos desarrollan una codependencia como respuesta a controlar la vida del alcohólico, sus episodios de consumo y su desorganización vital.
Como señalábamos anteriormente, es posible que la pareja del paciente alcohólico organice su entorno social en función de éste rechazando opciones donde es más fácil que consuma, como celebraciones, reunirse con amigos a tomar el aperitivo, o salir con personas que beben. También cambian sus propios hábitos para vigilar el consumo (por ejemplo, se acuestan más tarde para ver en qué condiciones llega).
Esto hace que la persona se olvide de sí misma, soporte importantes niveles de frustración por no poder controlar la conducta inadecuada de su pareja y sus niveles de autoestima descienden de forma importante. Algunos incluso llegan a restar importancia o niegan el problema, e incluso pueden manifestar un importante nivel de malestar físico, como dolores de cabeza o musculares, o problemas para dormir.
Cómo actuar si tu pareja es alcohólica
El tratamiento del alcoholismo requiere la intervención de un equipo especializado en el tratamiento de adicciones. Por ello, la pareja por sí misma no puede acabar con este problema, pero sí puede ayudar y cooperar en el tratamiento si así lo desea. Te explicamos algunos aspectos clave para que puedas cooperar en el tratamiento de tu pareja, así como en la prevención de recaídas y el fortalecimiento de la relación.
- Infórmate sobre qué es el alcoholismo: acude a charlas o grupos de ayuda a familias, pregunta a los especialistas o apóyate en buenos libros escritos por manos expertas. Te recomiendo para ello el libro recientemente publicado por el Dr. Gabriel Rubio, psiquiatra experto en adicciones, El laberinto de cristal: Cómo detectar las señales y actuar si vives con un adicto al alcohol.
- No le tapes los episodios de bebida; él o ella es responsable. Entiendo que en muchas ocasiones sientas vergüenza o temor de que otras personas, especialmente tus hijos, lo vean, pero no ocultes lo que ocurre; además de descargarte responsabilidad, al enfermo le ayudará a tomar conciencia de su problema.
- Habla con tu pareja de la necesidad de que vaya a un especialista para tratar su adicción si quiere que no se rompa la relación.
- No justifiques las consecuencias de sus episodios, ni le ayudes a resolverlas: él o ella debe responsabilizarse, ya que esto le ayudará a asumir las consecuencias.
- No te descuides. Tu vida no debe cambiar. Tú también tienes necesidades y deseos que debes satisfacer. Te lo debes a ti mismo.
- Muestra tu enfado y disconformidad cuando lo necesites estableciendo tus propios límites. Expresa tus emociones y no consientas aquello que te hace sentir mal.
- Habla y apóyate en las personas de confianza. No tienes por qué callar y pasar por esto solo.
- Solicita ayuda psicológica exclusiva para ti. Es bueno que un especialista te ayude a gestionar tus emociones y te dé pautas concretas de actuación.
Creado: 20 de octubre de 2024