Causas y consecuencias del Síndrome de Alienación Parental (SAP)
Actualizado: 21 de septiembre de 2022
Existen diversas causas y motivos que pueden dar lugar a una situación de Síndrome de Alienación Parental (SAP). El progenitor (o progenitores, familiares) que ejercen el SAP generalmente son personas con una importante perturbación emocional, que carecen de recursos para afrontar el malestar emocional que conllevaría un divorcio o la mala relación de pareja.
En los casos en los que no existe un divorcio, o hay una incapacidad para aceptar la ruptura, el conflicto de la pareja hace que cambie el escenario familiar, alterando el funcionamiento cotidiano en casa, y vengando su rabia hacia el otro a partir de un conflicto de lealtades, que ponen en marcha con mensajes implícitos y explícitos para desacreditar al otro progenitor, sometiendo al pequeño a un auténtico chantaje emocional. Por otro lado, el deseo de mantener la relación, aunque sea mediante el conflicto, unido al temor a perder a los hijos en caso de una separación, hace que uno de los miembros de la pareja se tome la ‘justicia por su mano’ aplicando el SAP.
En otras ocasiones, aunque nunca se haya hablado de divorcio, existe un conflicto encubierto mediante el cual el padre alienador se siente profundamente acomplejado (en su profesión, papel dentro de la familia…) respecto al otro, por lo que utiliza al niño para mostrar su poder frente al otro progenitor al que él cree más fuerte, pero pretende hacer más débil.
Finalmente, la psicopatología del progenitor alienador puede ser otra posible causa del SAP. Cabe destacar que, habitualmente, el progenitor alienado (aquel del que el hijo tiene deteriorada la imagen) suele tener un estilo educativo autoritario, distante y rígido, frente a la indulgencia del progenitor alienador (el que desvalora la imagen del otro).
Consecuencias del Síndrome de Alienación Parental (SAP)
Los principales afectados por el SAP son los niños. Los hijos son observadores activos de la disputa de la pareja, no pudiendo mantener la neutralidad, y mucho menos aún cuando uno de sus progenitores, una de esas personas tan cercanas que debería protegerle y amarle incondicionalmente, le chantajea o coacciona para que desacredite o retire el cariño al otro progenitor. Sin embargo, como lo normal es que los hijos quieran a ambos progenitores, un niño que sufre SAP vive un auténtico conflicto de lealtades.
Ya a principios de los años 70, cuando aún no se hablaba del SAP propiamente dicho, Borszomengy-Nagy observó este tipo de conflictos como una forma de relación familiar en la que la lealtad hacia uno de los padres supone deslealtad hacia el otro. Este hecho, que Borszomengy-Nagy denominó “lealtad escindida”, obliga al hijo a ser incondicionalmente leal a un progenitor, desvalorizando al otro. Este sentimiento de lealtad puede extenderse también a la familia (abuelos, tíos, primos) del progenitor al que el niño está alineado (hacia el que es leal), en detrimento de la familia del otro.
No obstante, hay que recordar que ni las principales asociaciones psiquiátricas, ni la OMS, reconocen el SAP, que por ahora no está incluido en el Manual de Enfermedades Mentales (DSM).
Creado: 30 de diciembre de 2016