El duelo por un bebé
Doctora en Filosofía y experta en coaching
Actualizado: 21 de septiembre de 2022
Los filósofos clásicos reflexionaron sobre la ley natural, es decir, sobre aquello que es acorde a la naturaleza del ser humano. En este sentido, no hay nada que vaya más en contra de la naturaleza de la maternidad y de la paternidad que sobrevivir a los hijos. Por ley de vida, lo habitual es que sean los hijos quienes en su etapa adulta tengan que despedir a sus progenitores como consecuencia de la muerte. Teniendo en cuenta, además, que la esperanza de vida ha crecido tanto en las últimas décadas, hasta el punto de que las mujeres superan la barrera de los ochenta años, muchos hijos pueden disfrutar durante mucho tiempo de la presencia y de la compañía del padre y de la madre.
Sin embargo, los datos también reflejan una estadística menos amable: existen casos de parejas que pierden a un bebé. En estos casos, la perspectiva cambia de una forma radical, la sensación de vacío es inmensa, la desorientación ante el futuro es muy potente, el desgarro interior es intenso, el proceso de duelo es muy duro y esta pérdida tan notable puede afectar incluso a la relación de pareja.
“El duelo por la pérdida de un bebé es más complejo en tanto que, por ley de vida, los hijos sobreviven a los padres y no al revés”
Otra situación que también es difícil de afrontar es la de tener un hijo que padece una patología terminal o una enfermedad rara. Si esto ocurre, es indispensable afrontar la situación en común, compartir los sentimientos y, también, hacer terapia psicológica en caso de que sea necesario para evitar el sentimiento de culpa. No existen culpables en una situación de este tipo, sin embargo, la mente humana necesita buscar las causas en su afán de querer controlarlo todo.
Creado: 14 de septiembre de 2012