Consejos para conseguir bienestar emocional en la vejez
Doctora en Filosofía y experta en coaching
Actualizado: 22 de septiembre de 2022
Existen hábitos sencillos que contribuyen al bienestar emocional de las personas mayores y les ayudan a combatir la soledad. Por ejemplo, cada día, conviene salir a pasear. Es importante dar esperanza porque muchas personas mayores hacen nuevas amistades cuando salen todos los días al parque, se sientan en un banco, y charlan con otros mayores. Y es que uno de los mayores peligros de la tercera edad es perder las relaciones sociales, por ello, es conveniente que intentes cultivar tus relaciones con tus vecinos.
Muchos mayores también acuden a misa cada día y, en ese caso, pueden charlar con algunos de los feligreses a la salida de la iglesia. Del mismo modo, es positivo estar integrado en las actividades de la parroquia; por ejemplo, puedes cantar en el coro de la iglesia. Los beneficios de la música son excelentes, no solo para tener un buen estado de ánimo, sino también para cuidar la memoria, tanto, que la música también es estimulante para los enfermos de Alzheimer.
Lamentablemente, la soledad de las personas mayores se potencia todavía más en las grandes ciudades, donde la indiferencia social es mayor debido al individualismo existente. Sin embargo, si tienes la suerte de residir en un pueblo, te resultará más fácil mantener relaciones sociales porque existe más cercanía entre los vecinos, y la sensación de soledad es menor.
Cine, juegos y lecturas para la tercera edad
Existen películas excelentes que ofrecen una visión fantástica de las personas de la tercera edad, como ‘Las chicas de la lencería’, un buen ejemplo de que es posible tener ilusiones a cualquier edad. Otra película que puede dar esperanza a muchas personas en el plano del amor es ‘Nunca es tarde para enamorarse’, protagonizada por Emma Thompson y Dustin Hoffman. Quien quiera reflexionar sobre el papel de los afectos en la tercera edad también puede hacerlo a través de una estupenda película dirigida y protagonizada por Clint Eastwood, ‘Gran Torino’.
Ir al cine es otra actividad sumamente gratificante en la tercera edad. Es un plan que incluso puedes disfrutar en solitario y, además, te sientes acompañado mientras estás viendo la película porque a través de la empatía que sientes como espectador, sales por un momento de ti mismo y de tu propio mundo para ponerte en el lugar de los protagonistas de la trama. Además, los jubilados disfrutan de descuentos especiales en muchas salas de cine; por ello, y aprovechando el descuento, merece la pena ir al cine un día a la semana. Se trata de un plan que te permite arreglarte, salir de casa, romper la rutina… Y todo ello influye positivamente en la autoestima.
Viajar también puede ser un buen plan para los mayores, además podrás apuntarte a los viajes del IMSERSO, que ofrece el gobierno a las personas a partir de los 65 años en los que descubrirás sitios desconocidos, conocerás gente y pasarás buenos momentos. Esta opción está paralizada por la pandemia de COVID-19, aunque se está planteando la idea de reactivarla debido a que el grupo de esa edad ya ha recibido las dosis de la vacuna contra el coronavirus.
Otras actividades que son muy enriquecedoras para una persona mayor, porque además de estar acompañada se siente bien al tener un plan diferente son: aprender a jugar al ajedrez, asistir a clases de bailes de salón o a gimnasia de mantenimiento, participar en un taller de escritura creativa o en un taller de lectura… La lectura es un hábito estimulante que mantiene la mente ocupada en un tema de nuestro agrado. Por ello, puedes hacerte socio de una biblioteca y consultar las novedades bibliográficas con regularidad. En caso de tener algún tipo de dificultad física, podrías consultar tu situación con la biblioteca de tu barrio, ya que algunas bibliotecas ofrecen la posibilidad de llevar los libros a la casa del usuario, aunque este servicio solo se ofrece en situaciones muy puntuales. El ejemplo de otras personas mayores que siguen teniendo una vida intelectual muy rica puede servir de impulso a los de su misma generación. Por ello, te recomiendo un libro del periodista José María Carrascal que lleva por título ‘Jubilación para dummies’.
Aprovechando que ahora dispones de más tiempo libre, también puedes llevar a cabo un reto muy estimulante a nivel emocional: prueba a escribir tus propias memorias. No se trata de convertirse en un escritor profesional y desear publicar tu propia vida en un libro. Pero puede ser un libro muy emotivo para ti, que sea tu particular legado para recordar todo lo bueno que te ha pasado en la vida. De hecho, de una forma consciente, puedes centrar la atención de esta obra tan importante en los acontecimientos positivos que han ocurrido en tu vida. Como explica Tomás de Aquino, la alegría en la vejez se potencia a través del recuerdo. Por ello, en la medida en que recuerdas las grandes amistades que has conocido, el amor que has sentido, y los éxitos profesionales que has alcanzado, también te sientes feliz.
Algunas personas mayores dejan de soñar, piensan que ya lo han vivido todo. Para combatir este estancamiento, tienes que seguir marcándote retos y metas. Metas que no tienen que ser grandes proezas, pero sí objetivos que te estimulen y hagan tu rutina más agradable: tener unos horarios regulares para las actividades cotidianas (asearse, comer, dormir…), salir a tomar el aire todos los días, hacer los recados… La vida te da grandes oportunidades en cualquier momento. Para reflexionar sobre este tema te invito a ver una película: ‘El exótico Hotel Marigold’.
También conviene recordar que la televisión es una gran compañía para aquellas personas mayores que viven solas, al igual que la radio, que también es un buen aliciente para todos los que quieren escuchar un programa antes de dormir para sentir menos la soledad. Conviene que te decantes por contenidos televisivos que transmitan valores positivos y gratificantes.
Como conclusión, y para lanzar un mensaje positivo, merece la pena recordar que ser mayor es todo un privilegio y un honor. Muchas personas mueren jóvenes, sin embargo, ser mayor supone tener una perspectiva de la vida plena: la perspectiva que te aporta la riqueza de la experiencia. Por otra parte, la edad no es más que una fecha que está en el calendario ya que, en realidad, una persona puede ser joven de espíritu aunque su DNI indique que tiene noventa años. La vida es un regalo siempre que una persona se siente querida.
Creado: 29 de septiembre de 2012