Villancicos, reuniones familiares, comilonas… Esto es la Navidad para muchos, mientras que a otros les hace sentirse mal, o acentúa su soledad y tristeza. Conoce las causas del malestar emocional en estas fiestas y cómo evitarlo.
Todos tenemos en mente esos anuncios con argumentos de reunificación familiar, abrazos, sonrisas y calor en Navidad, amenizados con una música nostálgica que, en muchos casos, nos produce emociones contradictorias. De hecho, para muchas personas la Navidad no se caracteriza por una etapa de reencuentro, diversión y villancicos, sino más bien lo contrario, ya que esta época del año –sobre todo en estos delicados tiempos de guerras, virus e inflación– les recuerda a la pérdida de aquellos que marcharon para siempre y a los que ya no pueden abrazar, o a la lejanía de aquellos a los que, si disponen de las tecnologías necesarias, lo máximo que podrán hacer será dar un ciberabrazo.
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Otros muchos no pueden celebrar las fiestas navideñas porque los lujos y gastos excesivos no son compatibles con su nivel económico. O, como ocurre estos días en muchos casos, se encuentran enfermos o con COVID y no pueden celebrarlo como pensaban. Y, para otros tantos, no existe ningún motivo aparente, simplemente no les gusta la Navidad. No se trata de frenar la alegría de quienes disfrutan estas fiestas, ni de convencer a quien no quiere o puede de que las viva con ilusión, sino de saber respetar cómo desea vivirla cada uno y evitar el malestar emocional en Navidad, en la medida de lo posible.
Malestar emocional en Navidad: por qué hay personas que lo pasan mal
Algunas personas sienten un malestar emocional en Navidad tan intenso que afirman desear quedarse dormidos el 21 de diciembre (antes del sorteo de la lotería, que una vez más les recuerda que la ilusión “debe” ser compartida) y despertarse después del día de Reyes. Es frecuente que las personas a las que no les gustan estas fiestas sean acusadas por otros de “aguafiestas” o “amargados” pero, ¿nos hemos planteado qué les puede ocurrir a estas personas, o les hemos preguntado por qué no les gusta la Navidad? Estos son los motivos más frecuentes:
Pérdida o lejanía de los seres queridos. Si bien cuando pierdes a alguien significativo, o cuando no lo tienes presente en tu día a día, te acuerdas de esta persona en todos los momentos del año, las reuniones familiares, las comidas o cenas navideñas, o la entrega de regalos, hace que se eche más de menos a esa persona y que su recuerdo se haga más presente y doloroso.
Nostalgia de una época o estado que nunca volverá. La desaparición de situaciones pasadas en las que éramos más felices (por ejemplo, las Navidades que pasábamos cuando éramos niños, o cuando teníamos pareja antes del divorcio, o cuando vivíamos en otro lugar en el que nos sentíamos mejor), o la pérdida de experiencias que esperábamos vivir la siguiente Navidad (por ejemplo, el haber sufrido un aborto y que ese bebé ya no esté con nosotros en Navidad) también influyen en que las personas pasen malos momentos en estas fiestas.
Tristeza. La tristeza es una emoción básica (nacemos con ella) que se asocia a situaciones de pérdidas de personas, cosas o situaciones pasadas o futuras, como es la pérdida de una ilusión o expectativa. Es por ello que muchas persona se sienten tristes en Navidad. Tanto es así, que en aquellos casos en los que existe una predisposición para ello, la persona puede sufrir episodios depresivos.
Soledad y vacío. A pesar de estar rodeadas de gente, muchas personas se sienten solas en Navidad por no poder estar junto a aquellos que tanto anhelan, lo que les hace sentir un importante vacío en su interior que no son capaces de llenar a pesar de las cosas bellas de estas fiestas.
Problemas laborales o familiares, crisis en la pareja, enfermedades… Las crisis o situaciones adversas que la persona puede estar pasando en estas fechas hacen muy difícil que pueda disfrutar de la Navidad. Por otro lado, la situación económica impide a otras muchas afrontar los gastos económicos asociados a estas fechas, por lo que tienen que ver la Navidad desde la barrera.
Fobia social. Algunas personas experimentan malestar si tienen que asistir a cualquier tipo de reunión, y este se intensifica en frecuencia y duración en estas fiestas. Algunas no desean reunirse, y otras no son capaces de hacerlo porque en situaciones sociales sufren elevados niveles de ansiedad. Por ello, la Navidad se convierte en una situación ansiosa destacable, y a esta ansiedad social se le puede añadir la asociada a la anticipación de conflictos familiares que, como todos sabemos, a veces se producen en este tipo de celebraciones.
Personalidad y gustos. También hay personas a las que nunca les gustaron las tradiciones navideñas o cuyo carácter (individuos poco emocionales, poco expresivos o a los que no les gustan demasiado las relacione sociales) hace que consideren que la Navidad es igual al resto de las épocas del año. En estos casos puede ocurrir que sientan irritación, o incluso ira y frustración si perciben que otros les “imponen” la Navidad.
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Consejos para sobrellevar el malestar emocional en Navidad
Por mucho que no te guste, la Navidad y las tradiciones que la acompañan existen y el mejor modo de afrontar tu malestar es aceptar y mirar de frente aquella situación que no te gusta. Lo que hagas después de mirarlas será crucial para que este malestar sea más o menos intenso. Por eso, ten en cuenta estos consejos:
No intentes convencer a otros de que la Navidad no merece la pena y explicarles que hay gente que no la disfruta. Todos son conscientes de ello, y aunque los más educados se callarán para no hacerte sentir mal, les molestará lo cortante de tu comentario, y a ti, que te estás oyendo decir una vez más que la Navidad no te gusta, te resultará más intensa esa realidad.
Pide respeto cuando alguien te insista en que la disfrutes, o incluso te ofenda con malos comentarios cuando dices que no te gusta.
Intenta integrarte en la medida de lo posible, especialmente si vives en una familia o grupo social que incluye a personas a las que sí les gusta la Navidad. Al igual que otras circunstancias del año, la Navidad exige flexibilidad con las costumbres de los demás.
Si echas de menos a alguien que se fue para siempre o que tienes lejos, intenta hacer una Navidad diferente a la que hacías con esa persona, por ejemplo, haz un viaje.
No se trata de que busques aspectos positivos que para ti no tiene, pero sí de aprovechar aquello que te brindan las fiestas navideñas, como estar al lado de otras personas a las que también quieres, aunque otras ya no estén.
Si hay alguien a quien no soportas y que estará presente durante las celebraciones, sonríe igualmente y cambio tu foco de atención. Préstale la atención justa y disfruta del resto de tus acompañantes.
Si te producen ansiedad las reuniones sociales propias de la Navidad, intenta no limitarte y acude a ellas, aunque te retires antes.
Finalmente, si eres de aquellas personas a las que les encanta la Navidad, pero no así a tu pareja o familiar cercano, recuerda que como en cualquier momento del año, la alegría debe de estar dentro de ti. Que te acompañe a los planes navideños que le apetezcan sin obligar, pero no dejes de hacer tú el resto con otras personas o solo. No te desgastes intentando convencerlo. La Navidad está dentro de ti.