Miedo al compromiso
A veces el tren del amor solo pasa una vez, y tener miedo al compromiso puede hacer que lo pierdas para siempre. Conoce las claves para vencerlo y evitar que acabe con una relación de pareja que funciona.

Cómo detectar el miedo al compromiso: perfil psicológico

Un hombre sujeta un corazón con una mano, mientras se sujeta la cabeza con gesto de preocupación

Una persona con miedo al compromiso se muestra indecisa, y en vez de pensar en lo que le aporta su pareja, añora lo que cree que pierde por estar con ella.

Por: Dra. Vanesa Fernández López

Psicóloga, especialista en emociones

Actualizado: 28 de junio de 2022

A pesar de que muchas gente piensa que el miedo al compromiso es un problema de hombres, lo cierto es que no se trata de un sentimiento que afecte exclusivamente al sexo masculino. La independencia económica, laboral y personal alcanzada actualmente por las mujeres, ha hecho que pierdan el miedo a no satisfacer los requerimientos de una sociedad machista (por ejemplo, casarse, tener hijos, cuidar de la familia), y ha hecho más evidente que también en el caso de ellas el miedo al compromiso ha existido desde siempre aunque, una vez más, la cultura impedía que afloraran estas emociones.

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Así es una persona con miedo al compromiso

Las características principales que definen el perfil psicológico de una persona con miedo al compromiso, tanto si es hombre como si es mujer, son:

  • Le cuesta tomar decisiones que tengan que ver con ‘dar un paso más’ en la relación (por ejemplo presentar a su familia, irse a vivir juntos, o casarse).
  • Se siente incapaz de expresar a su pareja lo que le sucede por lo que, sin pretenderlo, genera un clima hostil en la cabeza que propicia discusiones perfectas para justificar la ruptura.
  • Intenta convencer a su pareja de que su relación no va bien entrando en el autoengaño.
  • Lejos de pensar en lo que la pareja les aporta, piensan en lo que pierden por estar con ella (por ejemplo libertad, sentimiento de pertenencia a su familia nuclear).
  • Por lo general son personas inmaduras y con escasa capacidad para gestionar sus emociones. A algunos de ellos, les cuesta dejar de verse como ‘hijos de…’ para pasar a ser ‘pareja de…’. Esta dificultad personal o impuesta (a veces son los padres los que no dejan abandonar el nido a sus hijos) para formar otra familia diferente a la nuclear (la de origen) les impide disfrutar de su relación de pareja y considerarla como su nueva familia.
  • Prefiere realizar actividades en compañía de amigos, y en las que no intervenga su pareja.
  • Se siente responsable de los sentimientos de la otra persona, por lo que ante el temor de hacerle daño, confundirse, querer dejarlo más adelante…, prefiere romper y no verse atado a dichos sentimientos de culpa e inseguridad.
  • Rompe relaciones que funcionan cuando se encuentra en una situación en la que debe dar un paso que le involucre más con su pareja.

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Creado: 6 de noviembre de 2015

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