Qué es el chantaje emocional y cómo puede afectar a la víctima
Actualizado: 23 de marzo de 2023
Tal vez te venga a la cabeza una persona cuyo trato hacia a ti o hacia personas cercanas puede haberte despertado el deseo de leer este artículo. ¿Qué te hace sentir? ¿Culpa, miedo, sumisión, sentimiento de inferioridad…? ¿Y cómo lo consigue? Si no reflexionas sobre esta pregunta, la primera respuesta sería “no lo sé”, “no hace nada”, “a lo mejor está en mi cabeza, tal vez sea yo…”, porque esas son frecuentemente las respuestas que emiten las personas que están sometidas a un chantaje emocional.
Se sienten mal en su relación con el otro (el chantajista emocional), y se consideran responsables de múltiples errores que además causan horribles consecuencias para este, y creen que si no fuera por su actuación las cosas irían mucho mejor. Pues bien, si alguien te hace sentir culpable, responsable de sus desgracias, no te permite expresar tus opiniones o deseos porque (dice) son ridículos, y te conduce a conductas sumisas para evitar discusiones, estás ante una situación de chantaje emocional, un tipo de maltrato psicológico.
El término ‘chantaje emocional’ fue enunciado por la psicóloga Susan Forward para referirse a un conjunto de comportamientos dirigidos a manipular a otra persona desencadenando en ella miedo, obligación y culpa, principalmente. Este complejo de sentimientos generados en la víctima se denomina FOG por sus siglas en inglés (Fear, Obligation, Guilty) y, casualmente, en inglés ‘fog’ significa niebla, una acertada comparativa que describe la confusión emocional y de pensamientos que padece la víctima hacia su chantajista emocional.
Generalmente, el chantaje emocional se da entre personas que tienen una relación íntima y con carga afectiva (por ejemplo, padres, hijos, pareja, amigos íntimos…) de la que el chantajista emocional se vale con el fin de conseguir sus objetivos. Sus estrategias buscan que la víctima tenga miedo a enfrentarse a ellos y que, mediante la culpa, haga todo aquello que desean.
Entre sus estrategias principales para conseguir estos perversos objetivos está la retirada de afecto o atención hacia su víctima cuando los deseos de esta chocan con los suyos. De esta manera, dejan de hablarles o les hacen de menos hasta que la otra persona cede a sus demandas, o bien le sobrecompensa con otras.
Efectos del chantaje emocional sobre la víctima
La persona sometida al chantaje emocional experimenta un conjunto de sensaciones que se definen en una sola palabra: anulación. Por miedo no hace nada que moleste a su chantajista, y por obligación emocional cede a sus demandas y las compensa con creces. La culpa hace que se someta a él o ella, sintiéndose responsable de las desgracias y consecuencias negativas que sus malas decisiones han causado sobre el sufridor que aguanta su mala cabeza. Se sienten, en palabras de la escritora Doris Lessing, perdidos en una “especie de niebla psicológica”. No saben hasta dónde son culpables y hasta dónde son víctimas.
En sus momentos más lúcidos, la víctima entiende que la forma de trato o los sentimientos que la persona chantajista genera en ella no son normales y los rechazan, mientras que en otros momentos se siente ampliamente agradecida solo con que esta le dirija la palabra.
No es de extrañar que, en medio de todos estos sentimientos, aparezcan emociones como la ansiedad en forma de angustia intensa o de nudo que le asfixia, la depresión por la indefensión e impotencia por no saber qué hacer ante este tipo de situación, la frustración porque lo que hacen nunca es suficiente para contentar al otro (pobres, no caen en que ahí está su truco), y la soledad pues, desde fuera, las cosas se ven muy fáciles.
Es por ello que los trastornos de ansiedad y la depresión son muy frecuentes en las personas sometidas a chantaje emocional, así como la presencia de signos físicos de estrés crónico, entre ellos dolores de cabeza, insomnio, dolores musculares, problemas digestivos, alteraciones dermatológicas y presión arterial elevada.
Creado: 25 de octubre de 2019