Ecolalia
La ecolalia, que consiste en imitar y repetir frases y sonidos de forma involuntaria, es un síntoma de trastornos como el autismo o la afasia. Conoce cómo puedes ayudar a los afectados y comunicarte mejor con ellos.

Tipos de ecolalias

Por: Mireya Cortavitarte

Logopeda experta en patologías de la voz

Actualizado: 21 de septiembre de 2022

Las ecolalias se clasifican principalmente en dos tipos teniendo en cuenta dos aspectos: el tiempo de aparición y la funcionalidad.

  • Tiempo de aparición: en base a cuando se presentan se distingue entre:
    • Ecolalias inmediatas, que son aquellas en las que el paciente comienza a emitir los sonidos en el mismo momento en el que ha escuchado la palabra o frase que imita;
    • Ecolalias retardadas en el caso de que la repetición se produzca horas, días, o incluso semanas después de haber escuchado la frase que repite. En ocasiones, la emisión de los sonidos va acompañada también de imitación de los gestos que el locutor al que imitan ha realizado (ecopraxia).
  • La funcionalidad de la ecolalia: es importante que las personas del entorno del afectado tengan mucho cuidado, sean pacientes, y comprueben si la ecolalia realmente es funcional o no, ya que puede dar lugar a equívocos y situaciones incómodas.
    • Una ecolalia funcional es aquella en la que se entiende que el lenguaje utilizado tiene un sentido o significado lógico dentro del contexto de la conversación.
    • Por el contrario, una ecolalia no es funcional cuando se comprueba que lo que repite el niño es siempre lo mismo, indistintamente de lo que se le esté preguntando.

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Cómo diferenciar si una ecolalia es funcional o no

Para intentar entender mejor este concepto y distinguir el tipo de ecolalia que tiene nuestro hijo, intentaremos explicar esta diferencia entre ecolalia funcional o no funcional a través del siguiente ejemplo:

Cuando queremos que el niño elija entre dos juguetes que le estamos presentando a través de una pregunta, por ejemplo entre un peluche y una pelota.

En primer lugar se pregunta al niño “¿Quieres el peluche?”, y si contesta “Peluche”, podemos entender que sí lo quiere. Si volvemos a hacer la misma pregunta y vuelve a contestar de igual manera, aunque lo lógico sería dar por sentado que lo está confirmando, en estos casos no podemos confirmar que sea así. Para contrastarlo, debemos preguntarle si quiere la pelota, en caso de que la respuesta sea “Pelota”, habremos comprobado que es una ecolalia de la última palabra que está escuchando, pero si la respuesta es “Peluche” por tercera vez, a pesar de haber preguntando en esta ocasión directamente por la pelota, entendemos que hay intencionalidad y una afirmación clara de que ha elegido el peluche en lugar de la pelota.

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Acompañar la pregunta con un gesto en el que se señale el objeto puede ayudar al niño a indicar su intencionalidad real, ya que el gesto de señalar va a indicar el juguete que quiere realmente, aunque con sus palabras nos diga lo contrario. El lenguaje no verbal en estos casos puede aportarnos mucha información. También podemos apoyarnos en imágenes para entenderle mejor.

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Creado: 27 de noviembre de 2015

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