Cómo se trabaja la terapia miofuncional: ejemplos de ejercicios
Actualizado: 22 de septiembre de 2022
La terapia miofuncional (TMF) es una herramienta de la logopedia que se trabaja en su esencia de manera manual y sin necesidad de grandes aparatos, con cosas sencillas que podemos encontrar en la mayoría de los hogares. Abarca todas las edades, ya que puede utilizarse desde en bebés hasta ancianos.
Por otro lado la terapia miofuncional puede ser una rehabilitación activa o pasiva, es decir con la colaboración o no del paciente. Esto es debido a que en muchas de las patologías en las que se lleva a cabo la TMF nos encontramos con que los pacientes no pueden ayudar de manera voluntaria al logopeda, como puede ser en algunos casos de parálisis cerebral o demencias.
De manera directa se trabaja a través de masajes y manipulación manual de la zona para conseguir una mayor movilidad, sensibilidad y reeducación de malos hábitos, como pueden ser, en respiradores bucales, el permanecer con la boca abierta, lo que conlleva consigo una cadena de malas costumbres, apareciendo un exceso de saliva (sialorrea), hipotonicidad o falta de tono en la musculatura facial, masticación mas débil, deglución atípica al tener problemas en la creación del bolo alimenticio y su deglución (tragar) y en la alteración de la propia articulación.
En la terapia miofuncional se utilizan también diferentes texturas y temperaturas para trabajar la sensibilidad, tanto el defecto como el exceso (hipo o hipersensibilidad). Nos ayudamos de diferentes materiales metálicos que son fáciles de calentar y enfriar, guías maxilofaciales, depresores (palos) de madera o plástico, vibradores/masajeadores faciales, bolas de diferentes tamaños, alimentos cotidianos, chuches, pan de molde, yogures, purés, espesantes…
Ejemplos de ejercicios de terapia miofuncional
Por otro lado, la terapia miofuncional puede usarse con juegos básicos y fáciles de hacer manualmente para que se encuentren adaptados a cada paciente, como por ejemplo:
El conjunto de estos ejercicios lo que buscan es que el paciente adquiera un mayor control de los diferentes órganos de esta área, labios, lengua, músculos maseteros, paladar…, conseguir que desaparezca tensión excesiva de la zona mandibular o zona del cuello si existiera, corregir malos hábitos para conseguir un correcto patrón respiratorio, un buen sellado labial, un control adecuado de los órganos que intervienen en la articulación y masticación y una reeducación de los movimientos voluntarios e involuntarios como los ocasionados por el uso excesivo del chupete o succión del dedo, así como trabajar la sensibilidad de la zona.
Creado: 26 de agosto de 2015