Test ¿Eres una persona muy rígida o inflexible?
Actualizado: 14 de enero de 2025
La rigidez a la hora de tomar decisiones, en los gustos o actividades en una tendencia de personalidad que trae consigo más consecuencias negativas que positivas. Esto conduce a una forma de pensamiento categórico donde las cosas son blancas o negras, están bien o mal, o pueden ser o no. Es por ello que las personas rígidas habitualmente se sienten frustradas e insatisfechas debido a que es realmente complicado que todo salga como ellas quisieran. Y es que, las personas inflexibles tienden a ser altamente controladoras, a menudo motivadas por el miedo al cambio o al fracaso. Ven el mundo como un conjunto de reglas inamovibles, donde la improvisación y la flexibilidad son riesgos que no vale la pena asumir. Pero esta mentalidad, aunque puede dar una ilusión de seguridad, a menudo se convierte en una cárcel psicológica.
La rigidez suele nacer en ambientes donde la incertidumbre no es tolerada, ya sea durante la infancia o en situaciones traumáticas. Crecemos buscando patrones y certezas porque nos hacen sentir seguros. Para algunos, este anhelo de control se cristaliza en formas rígidas de pensar y actuar. “Si hago todo perfecto, nada saldrá mal”, se convierten en su mantra, aunque la vida, por naturaleza, no se ajusta a un guión fijo.
El coste de la trampa de la rigidez
Este enfoque puede ser útil en diversas situaciones específicas que demandan precisión, pero cuando se aplica indiscriminadamente, la rigidez nos hace vulnerables. Las personas rígidas son más propensas a experimentar altos niveles de estrés, ansiedad y agotamiento emocional. Les resulta difícil adaptarse a los cambios inesperados, ya sean en el trabajo, las relaciones o incluso pequeños contratiempos cotidianos. Imagina a alguien enfrentando una decisión importante: cambiar de carrera, terminar una relación o mudarse a una nueva ciudad. Para una persona flexible, este desafío puede ser difícil pero manejable. Para alguien rígido, se convierte en un abismo. Cuestionar su decisión es cuestionar su identidad, y eso puede paralizarlas.
Así mismo se sienten solas e incomprendidas debido a que los demás no tienen por qué coincidir con ellas lo que traducen como una ausencia de empatía de los otros hacia ellas, cuando en realidad, ocurre lo contrario. Es por ello que, con frecuencia, los sentimientos de soledad se apoderan de ellas.
La buena noticia es que la rigidez no es una condena, sino un hábito. Como cualquier hábito, se puede desaprender. La clave está en cultivar la flexibilidad cognitiva, que es la capacidad de ver un problema desde diferentes perspectivas y considerar alternativas. Esto no significa abandonar los valores o la disciplina, sino aprender a integrar nuevas experiencias y aceptar que la vida no siempre se mueve en línea recta.
Ser menos rígido no significa vivir sin estructura. Más bien, se trata de construir una mentalidad que permita adaptarse, aprender de los errores y evolucionar. La flexibilidad no es una debilidad, sino una habilidad esencial para navegar en un mundo donde la única constante es el cambio. Por eso, la próxima vez que te enfrentes a una decisión, pregúntate: ¿Estoy avanzando por miedo al cambio o porque realmente quiero ir en esta dirección? Si puedes dar un paso atrás y reconsiderar, habrás comenzado el trabajo de aflojar los grilletes de la rigidez.
Pero, antes, deberás descubrir si eres una de estas personas. Para ello, realiza nuestro test para saber si realmente eres una persona rígida e inflexible. Si así lo reflejan los resultados, valora las consecuencias de serlo y replantéatelo, ¿realmente merece te la pena no flexibilizar un poco más?
- Lee detenidamente las preguntas y respóndelas todas.
- Una vez completado el test se procesarán las respuestas para mostrarte el resultado.
Creado: 14 de enero de 2025