Qué es el burnout

El burnout (o ‘síndrome de estar quemado’ o del ‘trabajador desgastado’) es un síndrome relacionado con una respuesta de estrés crónico o mantenido en el trabajo. Este síndrome va mucho más allá que el mero estrés laboral, ya que supone una disminución de la capacidad de la persona para poner en marcha estrategias de afrontamiento, lo que se relaciona con importantes repercusiones para el trabajador y para la empresa. Se caracteriza por un estado de agotamiento físico y emocional, despersonalización o distanciamiento emocional hacia el trabajo y una disminución de la productividad laboral.

La Organización Mundial de la Salud acaba de rebautizarlo como síndrome de desgaste emocional en la nueva Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) que entró en vigor en 2022. El burnout es más frecuente en las mujeres, en personas sin pareja o con poco apoyo familiar, y durante los primeros años del ejercicio profesional. Este último dato puede explicar por qué el porcentaje de burnout es mayor en trabajadores jóvenes que en aquellos de más de 35 años.

El burnout se desarrolla gradualmente a lo largo del tiempo debido a una combinación de factores laborales y personales. Algunos factores que pueden contribuir al burnout incluyen una carga de trabajo excesiva, falta de control sobre el trabajo, falta de apoyo o reconocimiento, relaciones laborales conflictivas, desequilibrio entre el trabajo y la vida personal, y valores personales que entran en conflicto con el trabajo.

Perfil del trabajador con burnout

Para el diagnóstico de burnout el paciente debe referir tres síntomas básicos:

• Intenso agotamiento físico y emocional: sensación de falta de energía, sentirse constantemente cansado, y emocionalmente desgastado.
• Despersonalización hacia el trabajo o lo relacionado con el mismo entendido como desapego por el trabajo lo que puede dar lugar a comportamientos negativos e insensibles, o a desarrollar actitudes cínicas o distantes hacia el trabajo, los compañeros de trabajo o los clientes.
• Baja autoeficacia y sensación de falta de realización personal: se puede experimentar una disminución en el rendimiento laboral, dificultad para concentrarse, falta de motivación y sensación de que el trabajo no tiene sentido o propósito.

Consecuencias del burnout para la salud

El burnout puede tener efectos negativos en la salud y el bienestar general de una persona. Puede afectar la calidad de vida, la satisfacción laboral, las relaciones personales y la salud física y mental. Todo ello, se asocia de forma frecuente con síntomas emocionales como ansiedad, tristeza-depresión, ira-hostilidad… También es frecuente la aparición de alteraciones del comportamiento como el ausentismo laboral o los hábitos tóxicos.

Finalmente, cuando el burnout es demasiado duradero aparecen secuelas en nuestra salud física como pueden ser las cefaleas, el insomnio, los trastornos gastrointestinales, etcétera. Por todo ello, es importante abordar el burnout a tiempo para prevenir complicaciones adicionales.

Si crees que estás experimentando burnout, es recomendable buscar apoyo de profesionales de la salud mental, hablar con tu supervisor o buscar recursos especializados en el lugar de trabajo. El tratamiento puede incluir terapia, cambios en el entorno laboral, técnicas de manejo del estrés y un enfoque de autocuidado.