Claves para expresarte con claridad y comunicarte mejor
Actualizado: 3 de noviembre de 2023
La comunicación entre los miembros de una misma especie (e incluso con los de otra, como puede ocurrir entre humanos y mascotas) es una necesidad básica que se ha observado en infinidad de animales. El motivo es que la comunicación está al servicio de nuestra supervivencia, ya que nos permite relacionarnos y estrechar lazos que nos ayudan a ser más fuertes por la pertenencia a un grupo.
Grandes psicólogos como Erich Fromm, que afirmaba que “el ser humano, es un ser social”, o como Abraham Maslow, que destacaba que la pertenencia a un grupo es una necesidad básica de todo ser humano, han puesto de manifiesto la importancia de relacionarnos con otros para ser felices. Y para relacionarse de forma satisfactoria es fundamental sabernos comunicar: ser capaces de transmitir correctamente nuestras ideas y puntos de vista y hacer saber a los demás nuestros sentimientos y deseos.
Por qué nos cuesta expresarnos con claridad
Nuestra capacidad para comunicarnos es innata y deseamos hacerlo desde que nacemos. El llanto de un bebé, sonreír, sostener la mirada, sus gorgojeos o echar las manitas son algunos ejemplos de nuestro deseo de comunicarnos desde los primeros meses de vida; un deseo y una necesidad que se mantienen toda la vida. Tanto es así, que recuerdo a un buen profesor que nos hablaba en sus clases de las discusiones de pareja y nos decía que “es imposible no comunicarnos, porque la ausencia de comunicación (los silencios) también es comunicación”.
Sin embargo, las habilidades para comunicarnos con los demás y trasladarles nuestros pensamientos, deseos y emociones, se van desarrollando a lo largo de nuestra vida y constituyen un conjunto de recursos aprendidos que nos ayudan a concretar ideas, expresarlas, regular nuestro discurso en función del feedback (expresiones, comentarios, etcétera) que nos da nuestro interlocutor, e incluso utilizar nuestra comunicación no verbal para permitir que nos comuniquemos de forma eficaz. Más allá de los trastornos que se manifiestan con dificultades para relacionarse con los demás, como el autismo, existen diferentes motivos que pueden obstaculizar este aprendizaje, como:
- Rasgos de personalidad, como ser introvertido, hacen que la persona tenga menos deseo o necesidad de relacionarse con los otros. Si tenemos en cuenta que una forma de aprender es mediante ensayo-error, este rasgo hace que disminuyan notablemente las posibilidades para aprender de la interacción con los demás.
- Educación recibida. La falta de oportunidades para expresarnos, o haber sido educados en un ambiente demasiado autoritario en casa o en el colegio, pueden reducir las posibilidades para aprender a comunicarnos con los demás. También criarse en un hogar donde existe poca comunicación emocional entre sus miembros, se castiga la misma con burlas, o no se presta atención a lo que uno de los miembros comunica, puede interferir significativamente en la adquisición de buenas habilidades de comunicación.
- Miedo a ser juzgados. La ansiedad de evaluación o el miedo a lo que otros puedan pensar de nosotros cuando hablamos o expresamos nuestras ideas, así como el temor a las consecuencias derivadas de dicha situación, se convierten en obstáculos a la hora de aprender a comunicarnos con los demás, desarrollar habilidades de comunicación y mantener o mejorar las estrategias aprendidas.
Cómo detectar si me cuesta expresarme con claridad
Seguro que, en líneas generales, sospechas que no te sabes expresar adecuadamente. Las personas con dificultad para expresarse con claridad muestran algunas de las siguientes características, comprueba si es tu caso:
- Sensación de no conseguir transmitir bien lo que está pensando o sintiendo.
- Dificultad para detectar o poner nombre a sus emociones para poder transmitirlas.
- Niveles elevados de ansiedad ante la interacción social por temor a lo que los demás puedan pensar. Este malestar puede llevarlos a preferir no compartir sus ideas, emociones o pensamientos, o bien a hacerlo de forma desordenada.
- Tendencia a apoyarse en tecnicismos para así parecer más competente y mostrar una apariencia de mayor seguridad.
- Sensación de haber acabado las conversaciones antes de tiempo, o de no haber dicho todo aquello que quería transmitir.
- Dificultad para encontrar las palabras correctas.
- Sensación de falta de feeling o de contacto con el interlocutor.
- Lenguaje corporal demasiado tenso o rígido que le hace estar incómodo.
- Error en la escucha: no está pendiente de la retroalimentación que su interlocutor le da mediante la comunicación verbal o mediante sus gestos para poder regular el mensaje.
Consecuencias de no saber expresarte con claridad
La falta de claridad en la expresión puede tener varias consecuencias negativas en diferentes aspectos de la vida, tanto personal como profesional. Algunas de las consecuencias comunes de no saber expresarte con claridad incluyen:
- Malentendidos: si no te comunicas con claridad, es más probable que las personas malinterpreten tus palabras, lo que puede llevar a confusiones y conflictos innecesarios.
- Fracaso en la transmisión de ideas: la falta de claridad puede dificultar la transmisión efectiva de tus pensamientos, ideas y opiniones. Si no puedes expresarte de manera coherente, es posible que otros no comprendan lo que estás tratando de comunicar.
- Dificultades en las relaciones interpersonales: la comunicación deficiente puede afectar las relaciones con amigos, familiares, colegas y parejas, ya que puede dar lugar a malentendidos, frustración y conflicto.
- Pérdida de oportunidades profesionales: en el ámbito laboral, la falta de claridad en la comunicación puede limitar tus oportunidades de empleo y progreso en tu carrera. La comunicación efectiva es esencial en entornos de trabajo.
- Falta de confianza: la incapacidad para expresarte con claridad puede socavar tu autoconfianza, ya que te sentirás inseguro acerca de tus habilidades comunicativas.
- Baja eficacia en la toma de decisiones: la comunicación poco clara puede dificultar la toma de decisiones informadas, ya que las personas no tienen la información necesaria para evaluar adecuadamente las opciones.
- Percepción negativa: las personas que no se expresan con claridad pueden ser percibidas como poco profesionales o poco preparadas. Esto puede afectar tu reputación en el trabajo o en otros contextos.
- Problemas académicos: en el ámbito académico, la falta de claridad en la expresión puede dificultar el aprendizaje y el desempeño en exámenes y trabajos escritos.
- Frustración personal: la incapacidad para comunicar tus pensamientos y sentimientos con claridad puede causar frustración y estrés, ya que te sentirás incomprendido y no podrás expresar tus necesidades y deseos de manera efectiva.
- Barreras en el logro de objetivos: si no puedes comunicar tus metas y objetivos de manera clara, es más difícil obtener el apoyo y la colaboración de otros para alcanzarlos.
Para mejorar la claridad en la expresión, es importante trabajar en tus habilidades de comunicación, practicar la escucha activa y utilizar un lenguaje claro y conciso. Esto te ayudará a evitar muchas de las consecuencias negativas de la falta de claridad en la comunicación.
8 consejos para aprender a hablar más claro
Como hemos visto, saber comunicarnos no es solo una necesidad básica, sino que es importante para alcanzar un adecuado nivel de satisfacción emocional. Si no sabes cómo ordenar tus ideas y expresarlas con claridad, te damos las claves para que puedas comunicarte eficazmente:
- Comienza mirando en tu interior: antes de comunicarte con los otros debes aprender a comunicarte contigo mismo conectando con tus estados emocionales. Las emociones te van a dar pistas para saber cómo actuar y, si observas las de los demás, sabrás en qué punto se encuentran para poder comunicarse contigo.
- Ordena tus ideas: piensa primero qué es lo que quieres transmitir. No es necesario tener un guion, ni hacer un listado con los temas que quieres tratar, pero debes tener una idea precisa de lo que quieres transmitir y cuáles son los puntos clave, y desarrollarla con posterioridad.
- Busca un lugar y momento adecuados para comunicarte: no es conveniente comunicar cosas importantes en cualquier sitio y en cualquier momento, porque si no son apropiados y no te sientes cómodo te puedes bloquear y que tu mensaje no sea bien transmitido o interpretado.
- Habla alto y claro: un tono de voz bajo y tembloroso es menos atrayente y puede denotar inseguridad. Por supuesto, evita alzar demasiado la voz para no resultar agresivo a tu interlocutor.
- Apóyate en tu lenguaje no verbal: los gestos, los movimientos corporales, etcétera, pueden apoyar tu discurso a la vez que te harán sentir más cómodo.
- Sonríe si lo que tiene que decir lo permite y mira a los ojos: sonreír y sostener la mirada son gestos de cercanía que atraen la atención del interlocutor desde el inicio de una conversación.
- Céntrate en el mensaje y no en tu emoción: no caigas en el error de dedicar más atención de la debida a tu ansiedad, a que te estás poniendo rojo, a lo que los demás podrían estar pensando, o a lo que se te ha olvidado decir, en lugar de a lo que estás diciendo y a cómo lo está recibiendo tu interlocutor.
- Apúntate a cursos para entrenar habilidades de comunicación o acude a psicoterapia: si careces de buenas habilidades de comunicación, aún estás a tiempo de aprender. La psicoterapia tiene un alto porcentaje de éxito en estos casos. Las técnicas de gestión del pensamiento y manejo de tus emociones, combinadas con el entrenamiento en herramientas de comunicación, te ayudarán a sentirte cómodo con tu discurso y a transmitir adecuadamente tus ideas.
Creado: 3 de noviembre de 2023